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No estaba muy seguro de lo que iba a hacer.

Seguramente todo terminaría en un desastre total, pero... Quizás valía la pena.

O tal vez no.

—Bro, no estoy seguro... —comenta, con una pizca de timidez para nada habitual en el.

—¡Oh, vamos! —alega el pelirojo, suspirando —Tú me pediste ayuda y eso estoy haciendo.

—Sí, de hecho, creo que hice mal —agrega el azabache.

—¡Deberías estar feliz! Acabo de darte el piropo que le iba a decir a mi blasty, pero ya qué —bufa, inflando levemente sus mejillas —En fin... ¡Sólo tienes que gritarselo!

—Sí, bueno...

Y comienzan a discutir.

Hanta realmente no estaba muy seguro de lo que había hecho, bueno sí pero no. Es decir, el haberle pedido ayuda con respecto a Kaminari no fue del todo mala.

Kirishima coquetaba con Bakugou y salía ileso. O al menos parte de él. En ese momento no se había planteado bien la idea de qué tipo de ayuda le daría Kirishima, pero ahora... La respuesta estaba frente suyo.

Por otro lado, Bakugou venía caminando relajadamente por los pasillos, en dirección al salón. Aunque faltaban al menos unos quince minutos para entrar a clase.

Denki; quién venía a un lado suyo chillando por que le ayudara, lo terminó de sacar de quicio.

—¡Joder, si tanto te interesa ve y dícelo! —grita, mirándolo con su habitual seño fruncido mientras se detienen a medio camino.

—¡No es tan fácil! —le grita él, de vuelta.

El cenizo estaba apunto de agregar algo, cuando escucha que lo llaman. Ambos dirigen su mirada hacia la puerta del salón, unos metros más adelante de donde estaban.

—¡Hey, Bakugou! ¡Kamibro! —grita Eijirou, alzando su mano.

Sero le imita, levantando su mano un poco.

Ambos rubios ven el cómo Kirishima codea a Sero, de una manera para nada discreta. El aludido finalmente levanta su mirada, clavándola en Kaminari.

—¡Denki! —grita. El rubio lo ve fijamente —¡A tu mamá seguro le dicen repostera, porque un bombón cómo tú no lo hace cualquiera!

Kaminari se sonroja hasta las orejas mientras que ríe a carcajadas.

Se acerca al azabache y le dice algo que Kirishima no alcanza a oír. Luego, ambos se van de allí.

—Ah, ¿por qué a mí no me pasan esas cosas? —bufa frustrado, mirando a Bakugou quien se acerco a hacia dónde se encontraba —¿por qué tú no me respondes así?

El rubio soltó una carcajada al ver el puchero que estaba haciendo.

—Ni en tus más húmedos sueños, bebé —le dice, y luego de guiñarle un ojo ingresa al salón.


















Ma' rato les subo los otros caps, cruz pal' cielo.

Por otro lado... DAY-HYUNG AL FIN ACTUALIZÓ WEON. Estaba que le tiraba un sartén en la cabeza KAHDKS.

Nos vemos~💕

Gran idiota | kiribaku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora