Capítulo 46

2.2K 370 165
                                    

2/2

Coramora, 17 de Octubre del 2009

Faltaban doce horas para que Axel, Griffin, T.J y Gino se marcharan de Coramora hasta Leosville, doce horas en las que Axel dejaría de ver a Jane a diario por un mes, doce horas en donde su vida cambiaría por completo.

Y a pesar de todo el miedo que pudiesen tener, los cuatro deseaban que esas doce horas acabaran lo más rápido posible.

La mañana de Axel fue tranquila, se había despertado temprano con muchas ansias, había decidido acompañar a T.J a hacer ejercicio y luego invitó a Jane a desayunar en su casa.

Su padre acomodó la mesa, colocó la cesta con las empanadas que había hecho en el medio y su mamá lo ayudó a servir los vasos de jugo y las tazas de café. Cada quién se sentó y su madre dio las palabras de agradecimiento para luego iniciar el desayuno.

Axel veía a Jane y creía que ella no podía ser más perfecta. ¡Incluso comiendo lo era! Se sentía el chico más afortunado por tenerla.

—El avión saldrá a las ocho—recordó Axel—; íbamos a irnos en autobús pero Howie pensó que sería muy cansado para nosotros. Son más de diez horas de viaje—comentó.

— ¿Quieres que haga comida para que tengan en el avión? —preguntó su mamá, Axel sonrió y asintió.

—Compremos Twistos.

—Dije comida—respondió su madre, Axel fingió indignación.

—Los twistos son pan horneado como tostada, es comida—su madre negó, Jane rió.

—Yo te compro los twistos Ax—le dijo.

—Por eso es que yo te amo—ella volvió a reír y le dio un mordisco a su empanada.

Luego de desayunar y de que Jane se marchara a su casa, ya casi en su hora del almuerzo, decidió meterse en Facebook y hablar con Griffin; él también estaba ansioso por lo que vendría luego del viaje, había pasado la noche componiendo pequeños extractos de canciones e imaginándose todo lo que podía pasar durante el mes que pasarían en Leosville.

También habló con T.J y Gino, a través del mismo chat, Gino estaba en su casa y no se sorprendió por eso. Desde ese beso que se habían dado ellos no se separaban; sabía que llegarían a algo a pesar de que ambos lo negasen en el futuro.

En la tarde, ya casi a las tres, llamó a Jane y fueron a Sunny Ice a comer y pasar el rato; debía estar a las seis en el aeropuerto para confirmar su vuelo y tenía tres horas para estar con ella.

No quería tocar el tema de ellos y la distancia que tendrían pero debía hacerlo, necesitaba hacerlo para sentirse seguro de que todo lo que pasó por su mente la noche anterior no fuese cierto.

—Jane, todo seguirá entre nosotros, ¿no?

—Claro cariño, te lo dije antes, ¿por qué tienes tantas dudas?

—Es sólo que no quiero perderte.

—No lo harás, nunca lo harás—le dijo y tomó su mano para llevarla a su pecho—. Siempre estarás aquí, en mi corazón.

Él quitó su mano y se acercó a ella para besarla en la mejilla, Jane sonrió y tomó su rostro con ambas manos para besarlo esta vez en los labios. Axel dejó que ella tuviese el control esa vez, quería disfrutarla, quería que fuese suya otra vez.

—Te dedicaré todas mis canciones—le dijo—. El mundo sabrá que te amo por todas las canciones que escribiré sobre ti, sobre tu belleza, sobre tus pequeños detalles que te hacen perfecta.

Cuando sólo era Axel #KlossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora