Capítulo 54

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Leosville, 28 de Octubre del 2009

T.J dejó de tocar la batería y sonrió al ver cómo la canción se había logrado, miró a Gino quién le sonrió. Ambos estaban de acuerdo, habían creado algo mágico. La letra era hermosa, demostraba lo que Axel sentía por Jane, las ganas de querer verla y de cómo ella podía darle vida a su alma.

Griffin dio unas palabras de felicitaciones a cada uno, como líder debía sentirse feliz por el trabajo que habían realizado. Ya sólo necesitaban que Howie la escuchara y diera su aprobación y grabarla para mostrarla en la radio.

¿Qué pensaría la gente? ¿Les gustaría el ritmo o la letra? ¿O ambos?

—Celebremos nuestro casi triunfo con unas hamburguesas—dijo Axel, T.J asintió.

—Uff sí, tengo hambre—expresó levantándose de la batería, guardó las baquetas en su bolsillo trasero—. Desearía que Camilo estuviese aquí, así no caminamos las enormes cuadras de Leosville.

—Yo desearía que Jenny estuviese aquí y así comer sus hamburguesas y sus malteadas—suspiró melancólico Griffin—. Podemos pedir un taxi.

— ¿No es muy caro?

—Que lo pague T.J.

—Me parece que están abusando un poco de la confianza—se quejó T.J, los tres chicos rieron—, Vamos de una vez, si yo pago el taxi que Griffin pague mi hamburguesa.

—Trato—apretaron sus manos—. Intenten pasar rápido por la recepción para así no ver a la chica que hizo que Axel llorase por Jane.

—No lloré—se quejó.

—Casi lo haces—rio.

T.J abrió la puerta y les hizo señas para que salieran. En el pasillo conversaron un poco sobre la música mientras esperaban el ascensor y luego hubo un momento de silencio al bajar para continuar hablando apenas salieron de él.

—Desearía volver a ver a la chica—hizo una mueca Griffin al salir de la torre—. Era muy bonita.

—Calma enamorado, las cosas poco a poco—respondió T.J—. Igual ella vive aquí, estás muy lejos de Coramora, no hay chance para un romance así.

—Es cierto—comentó Gino—. Una cosa es lo que Axel y Jane tienen que él está aquí pero por un tiempo corto y regresará con ella, en cambio tú te irías y regresarías para tiempos cortos con ella.

—Eso y que Leosville es demasiado grande como para encontrarse dos veces al mismo desconocido—Axel miró a T.J y éste se encogió de hombros.

— ¿Qué pasa si la vuelvo a ver? ¿Lo llamarían destino? —preguntó Griffin.

—Seguramente—respondió Gino—. Es muy difícil—Griffin señaló hacia el frente.

—Pues ahí está ella—los tres chicos miraron hacia donde Griffin señaló y abrieron la boca de la impresión—. ¿Es destino entonces?

—Debes ir a hablarle ya—ordenó T.J, Griffin se sonrojó.

—Está con un chico, ¿y si es su novio? ¿O si es eso lo que está intentando con ella? —dudó—. Dijiste que no hay chance para un romance así.

—Olvida lo que dije, ve y háblale—ordenó nuevamente, Axel y Gino lo alentaron a hacerlo también.

Griffin se acomodó la chaqueta que llevaba y un poco el cabello para caminar hacia ella. Iris se encontraba sentada en una de las mesas de afuera de la cafetería que estaba al cruzar la calle mientras hablaba muy entretenida con un chico.

El chico la tocó de la mano para hacerle señas de que Griffin se acercaba, Iris lo miró y sonrió.

—Hola—le dijo Griffin—. Es demasiada casualidad verte otra vez.

—Las casualidades no existen—sonrió—. Hola—el chico que estaba con ella tocó nuevamente su mano—. Ah, este es Dante, mi mejor amigo.

—Hola—saludó el chico—. Iris dijo que tienes una banda—Griffin asintió y miró a los chicos que estaban concentrados en ellos.

—Los chicos que creen que están mirando disimuladamente—habló—. Esos son mis amigos.

— ¿Cómo se llaman?

—Kloss.

—Es un nombre interesante.

—Sí, y no será la última vez que lo escuches—sonrió.

—Tienes un alto nivel de seguridad—rio ella—. Me gusta—Griffin la miró y le dio una pequeña sonrisa coqueta.

— ¡Griffin! —gritó T.J desde la otra calle, Griffin los miró y Axel lo saludó—. Vamos que debemos ir a comer.

Él asintió y se fijó en Iris.

—Debo irme, pero me gustaría verte nuevamente—ella se sonrojó.

—Si el destino nos quiere juntos, entonces me verás nuevamente—respondió.

Y sucedió, seis años después.

~•~

—Debo llamar a Jane—comentó Axel al llegar a la habitación del hotel, Griffin se lanzó a la cama—. No he hablado con ella en todo el día, ha ignorado mis llamadas.

—¿Te dejamos solo? —preguntó T.J.

—No, siempre están ahí cuando llamo—respondió—. No me incomoda.

—Menos mal porque quería dormir—confesó Gino, Axel rio y sacó su teléfono del bolsillo para caminar hasta la pared y apoyarse en ella.

Marcó su número y contestó al segundo tono.

—Jane—dijo alegre—, te extrañé mucho. No me respondías al teléfono y pensé que te había sucedido algo—escuchó un suspiro de su parte.

—Estoy bien, no hay de qué preocuparse. Sólo estuve pensando—confesó.

—Oh vale—dijo—. En otras noticias ya tenemos la canción hecha, falta que Howie la apruebe y que la grabemos. Ya casi nada para que la escuches y para que nos veamos.

—Sí, es estupendo—Axel frunció el ceño debido al tono de voz que usó, se escuchaba un tanto triste, como si no tuviera ganas de hablar.

— ¿Sucede algo, cariño? —ella volvió a suspirar, Axel comenzó a preocuparse.

—Axel no sabes lo mucho que me alegro porque estés cumpliendo tus sueños—habló—. Y es increíble que estés con los chicos porque entre ustedes siempre se apoyan en todo, pero...—se detuvo—. Necesitamos darle un fin a esto.

— ¿Qué? ¿A qué te refieres?

—Quiero terminar—Axel quedó quieto sosteniendo el teléfono, parecía como si el tiempo se detuvo y sólo retumbaba en su cabeza las palabras que ella había dicho segundos antes.

—No no, tú no quieres eso—respondió—. Estábamos bien, por qué, ¿qué hice?

—Ya no me siento feliz a tu lado—habló, el corazón de Axel fue apretado—. Por favor, no me llames y no me busques, cada quién debe continuar con su vida. No quiero verte más.

Y cortó.

Cuando sólo era Axel #KlossDonde viven las historias. Descúbrelo ahora