Capítulo 35: Al abismo

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Severus se empeñó en estar levantado y arreglado antes de que los demás despertaran puesto que no quería responder preguntas indiscretas, como por qué estaba prácticamente envolviendo a Harry. Una vez vestido, dispuso la tetera en el fuego para hervir agua, despertando con el sonido a los demás, que empezaron a prepararse para el día que se avecinaba. Aún era temprano, no entraba luz a través de la delgada obertura de la ventana, y el cielo invernal aún tardaría en iluminarse varias horas. Pero Severus no dudaba que los demás ocupantes del castillo ya estaban levantados y preparándose para la batalla.

Hizo té para todos mientras los demás se vestían, y cuando Harry vino a por su taza, se dio cuenta de la mirada lejana que asomaba a sus ojos.

– ¿Estás bien, Harry? –inquirió, preguntándose qué estaría pensando el chico. Su comentario llamó la atención tanto de Lupin como de Black, aunque ninguno de los dos intervino en la conversación. Harry frunció el ceño, pero asintió.

–Sí –les aseguró– Es sólo que he tenido un sueño muy extraño.

Recordando las pesadillas que el chico solía tener, Severus no pudo evitar sentir miedo. Harry era conocido por sus "sueños" acerca de Voldemort. Como el Señor Oscuro tuviese la menor noticia de lo que se iba a llevar a cabo en aquel lugar, a día de hoy, Severus no pensaba permitir que Harry fuese a la batalla. Hubiese sido demasiado peligroso.

– ¿Sobre la batalla de hoy? –Preguntó– ¿Sobre Voldemort?

–No –Harry sacudió la cabeza con presteza, convencido– No era una visión, sólo un sueño. Y no tenía nada que ver con lo de hoy... no había Dementores o Grendlings. Sólo era... extraño. ¿Sabes cuándo tienes esas imágenes que no te puedes sacar de la cabeza...? –se encogió de hombros, quitándole importancia, pero Severus no estaba dispuesto a dejar el tema todavía.

– ¿Sobre qué trataba?

La mirada de Harry volvió a hacerse distante mientras trataba de recordar las imágenes.

–Yo estaba en una necrópolis –­explicó lentamente. Alarmado, Severus recordó la historia de cómo Voldemort había resucitado durante la última prueba del Torneo de los Tres Magos.

– ¿Un cementerio?

Pero de nuevo Harry negó con la cabeza:

–No, una necrópolis... una ciudad llena de los muertos, con una brillante tela de araña en el suelo. Pero eso no era lo raro... lo raro eran los pájaros.

– ¿Pájaros? –Severus dirigió una mirada hacia Lupin, que parecía igual de perplejo ante la descripción de Harry. No era nada similar a las visiones que les había explicado en el pasado, que al menos tenían rasgos reconocibles para ellos y tenían una cierta coherencia. Esto sonaba más a una recopilación de imágenes al azar. Harry asintió.

–Dos –explicó– Creo que eran cuervos. Cada uno estaba en uno de mis hombros. Me susurraban cosas, pero no las recuerdo.

Severus notó que la sangre huía de su rostro al oír aquellas palabras. No confiaba en su propia voz en aquel instante. Por la mirada que le dirigió Lupin, él también había entendido el simbolismo.

– ¿Estás seguro de que eran cuervos, Harry? –preguntó Lupin. Si el chico se dio cuenta de la tirantez presente en la voz del hombre lobo, no dio signo de ello.

–Muy seguro –asintió Harry– Aunque podrían ser cornejas, supongo... no sabría distinguirlas–soltó una risa y miró hacia Sirius, que miraba sin decir nada. Black, obviamente, no había entendido la referencia, pero sí que notaba que había algo que Remus y Severus habían comprendido y él no– Imagínate, estoy soñando con símbolos Ravenclaw –Harry sonrió a su padrino– Aún si fuesen leones y serpientes...

La Piedra del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora