La Piedra del Matrimonio

Capítulo 96: En desacuerdo

Durante toda la semana, la faraona Nitocris había escuchado historias sobre Hogsmead, y estaba ansiosa por visitarlo el sábado con sus nuevos amigos. Estaba decepcionada de que Neville Longbottom se hubiera comprometido a ir a las Tierras de Invierno para ayudar a los guerreros, pero estaba entusiasmada ante la perspectiva de pasar la tarde en uno de los arquetípicos pueblos mágicos ingleses. Había enviado una lechuza a mitad de semana a su asesor de confianza para que solo estuviera disponible para reunirse con él en Hogwarts el sábado por la mañana.

A la hora señalada, no fue su asesor, sino su tío, el Príncipe Aktenat, quien atravesó la red flu en el Gran Comedor. Después de saludos formalmente adecuados, repararon en una de las aulas de la planta baja, transformada por los elfos domésticos por un día en salones para el uso de los visitantes.

Nitocris rabió en silencio. Habría disfrutado la oportunidad de ser visitada por su asesor y ponerse al día con lo que ha estado sucediendo en el Palacio. Sabía que sus tíos no estaban del todo contentos con su dependencia al asesor en lugar de uno de ellos en su ausencia, evidencia tangible de que minimizaba sus roles e influencia. Desafortunadamente, todavía habría sido un protocolo fácil para su tío tomar el lugar de su asesor en esta reunión con ella. Simplemente significaba que esta sería una reunión incómoda en lugar de la agradable visita que había estado esperando.

Se sentó en uno de los sillones tan pronto como entró en la habitación e hizo un gesto a su tío para que se sentara frente a ella.

–Nitocris, mis hermanos y yo creemos que deberías regresar de este lugar de inmediato. Tu lugar está en Egipto, no en Inglaterra.

Bueno, ¡Eso fue arrollador! La joven educó cuidadosamente sus rasgos en una máscara neutral para ocultar el furor que se acumulaba en su interior. Con mucha calma, ella respondió.

–Sí, tío, tú y tus hermanos me lo comentaron varias veces antes, cuando recibí esta invitación de Harry Potter y nuevamente cuando viajé aquí hace una semana. No estoy de acuerdo contigo. Ahora mismo pertenezco a esta importante conferencia, donde estoy aprendiendo cosas que me permitirán proteger y defender al pueblo mágico de Egipto. Mi asistencia aquí no está abierta a discusión o comentario, y me quedaré aquí hasta que concluya la conferencia la próxima semana.

Nitocris mantuvo cualquier rastro de desafío o argumentación fuera de su voz, pero se expresó con certeza y firmeza. La experiencia de la Llamada y este viaje la hicieron darse cuenta de que sus tíos habían usurpado su poder natural y su lugar durante demasiado tiempo. Estaba más comprometida que nunca para mantener los cambios que ya había hecho y establecer su propia regla en sus propios términos. Pensó para sí misma que si estaban molestos con los cambios que había comenzado a hacer hasta el punto de llegar a Inglaterra, estarían coléricos sobre los cambios que había comenzado a planear durante su tiempo aquí en Hogwarts.

Por su parte, su tío no se desanimaría fácilmente. Él y sus hermanos se habían irritado durante años bajo el reinado de su padre. Los trataba a todos como miembros de la familia de segundo rango, pero al menos había sido su hermano mayor. Todos se habían regocijado en secreto cuando solo había logrado engendrar un heredero, una hija. No perdió amor cuando el padre de Nitocris murió joven. Los hermanos se movieron rápidamente después de su muerte para rodear a la joven y evitar que todos los demás tuvieran acceso o influencia sobre ella. Pocos aceptaron su insistencia externa de que todos eran tíos adoradores, pero no había nada que nadie pudiera hacer. Todo lo que quedaba ahora era casar a Nitocris con uno de sus hijos, y sucedió que el hijo mayor de Aktenat, Ramessis, tenía la edad adecuada.

–Pierdes tu tiempo aquí. ¡Este no es un lugar apropiado para la Reina de Egipto! Perteneces al Palacio, con tu familia.

Nitocris no pudo evitar notar que le estaba negando su legítimo título de faraona, sin duda ya suponía que ella se casaría con su hijo y cedería su poder para gobernar a su primo.