Capítulo 68: La búsqueda del poder

5.8K 586 77
                                    

Lucius había estado en casa cuando llegaron las noticias del ataque a Hogwarts. El saber que había muerto gente, y que su hijo había estado en el estadio, había hecho que tanto Lucius como Narcissa se apresuraran a ir al castillo para saber qué le había ocurrido a Draco. Aunque lo había ocultado, Lucius estaba asustado: no era un hombre amable, ni siquiera un hombre bueno, pero no deseaba perder a su hijo a causa de la violencia desatada por un loco. No había sabido muy bien por qué Narcissa venía con él, ya que nunca había sido particularmente maternal. Al ver la confusión reinante ambos se alarmaron, pero a pesar del caos fue relativamente sencillo descubrir qué había ocurrido en el campo de quidditch: los heridos se alegraban de explicar la historia con toda clase de detalle.

Lo cierto es que el hecho de que Voldemort invocara a un demonio antiguo no le había sorprendido, ya que hacía mucho que sospechaba que había perdido completamente cualquier rastro de cordura. Fue el resto de la historia lo que le dejó asombrado: uno tras otro contaron la heroica actuación de Harry Potter y la forma en que había usado la Expulsión del Rey. Todos hablaban del alzamiento de un nuevo rey del mundo mágico.

Había buscado a su hijo entre la muchedumbre para descubrir finalmente que Draco había formado parte del grupo que había protegido a Harry Potter. Considerando la forma casi reverente en que la gente hablaba de ellos, adivinó que no se le permitiría pasar a ver a su hijo. No sabía muy bien qué pensar de la actuación de su hijo. Sin duda era algo inusitado en él. Sin embargo, le alivió saber que seguía vivo. Narcissa comentó agriamente algo sobre los Gryffindor, y cómo su estupidez parecía habérsele contagiado a Draco, pero él no pudo menos que pensar que Draco iba a obtener un rango mucho más elevado de lo que su matrimonio con Charlie le había obtenido. De hecho, sospechaba que toda la familia Weasley había superado su propia posición en la sociedad debido a lo ocurrido.

Finalmente, él y Narcissa habían regresado a casa. Fue entonces cuando Lucius empezó a escuchar la campana que sonaba en la lejanía.

Pasaron varias horas antes de que comprendiese qué estaba escuchando, y más tiempo todavía antes de que entendiera su significado. Para cuando se dio cuenta de que la Marca Oscura le impediría responder a la Llamada se había vuelto completamente loco. Narcissa se había escondido de él, encerrándose en sus habitaciones y negándose a salir.

El dolor que sentía en el brazo era espantoso, pero había sentido dolor antes y había sobrevivido. Era mucho peor la rabia que sentía al sentir que se le negaba su lugar en el mundo. Toda su vida había estado dedicada a lograr poder, y hete aquí que lo tenía al alcance de la mano y el Señor Oscuro le impedía aferrarlo. Nunca había sentido tal odio por él, ni había lamentado tanto unirse a su causa. Les había traicionado a todos, y Lucius no podía hacer nada para defenderse de ello.

Durante aquella noche decisiva, había destruido el ala oeste de la mansión; harían falta meses de trabajo antes de que los daños producidos por sus maldiciones fuesen completamente reparados.

Había pasado las últimas horas antes del amanecer con su amante actual, hasta dejarla completamente agotada y totalmente inconsciente. Cuando se despertó, horas más tarde, seguía furioso pero había recuperado su autocontrol. Se encontró mirando a la joven que dormía a su lado como si nunca antes la hubiese visto.

No fueron las marcas y moretones que le había producido lo que le llamaron la atención, sino su cabello oscuro y su constitución delicada. Ambos rasgos eran poco atractivos para él, habitualmente. Siempre había preferido a las rubias, por eso había elegido a Narcissa como esposa antes que a Bellatrix. También le resultaban más deseables las mujeres voluptuosas, o al menos de senos generosos. Aquella joven era, por contra, atlética y delgada, de busto modesto; sin embargo, llevaba meses con ella pese a todo. No hubiese podido explicar qué le atraía tanto en ella, aunque le fuese la vida.

La Piedra del MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora