Algo agitada, con la mente nublada, ella se preguntaba; « ¿Cuándo comenzó todo?, ¿qué demonios me pasa?, ¿cómo es que...? ».
Unas manos más hábiles de lo que esperaba la hacían respirar con mayor premura, sacándola de su monólogo interno. Sin log...
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Eran las cinco de la mañana, Mei comenzaba a despertarse, estirando un brazo con el infructuoso objetivo de encontrar a su amada a su lado.
Se quedó así por unos segundos con los ojos abiertos anhelando que frente a ellos mágicamente se llenaran las sabanas con la rubia más hermosa que existía. Pero al no suceder giró viendo hacia el techo para luego levantarse. Aprovechó para hacer la cama antes que otra cosa, ya que con Yuzu ahí eso solía ser misión imposible.
Luego de asearse se dirigió a la cocina para preparar el desayuno.
El ruido y el aroma a comida hicieron que Ume despertara ̶ buenos días Mei-chan.
̶ Buenos días madre.
̶ ¿Necesitas ayuda? ̶ asomándose a ver qué era lo que preparaba Mei.
̶ No te preocupes ya casi está listo, por si gustas acompañarme.
̶ Por supuesto, ahora vuelvo, tomaré una ducha rápido ̶ estirando su espalda mientras caminaba.
Esto a Mei le causo algo de gracia, debido a que era la primera vez que notaba un gesto en el que se pareciera Yuzu a su madre.
Mientras desayunaban Ume intentaba hacer plática con Mei ̶ Entonces, ¿por qué regresaste tan temprano ayer de la fiesta?
̶ Lo que pasa es que mi abuelo necesita que lo ayude con algunos negocios referentes a la academia.
Ume tenía la sospecha de a qué se refería su hija, siendo que un mes antes Sho le había hablado preocupado, diciéndole que debido a la parte que aún le pertenecía de los negocios relacionados a la academia, fue informado que se formaría un nuevo convenio con una firma de restaurantes, hoteles y centros vacacionales para ser asociados. Explicando a Ume lo que esto podría significar en cuanto al futuro de Mei.
̶ Hija si necesitas ayuda con algo, tienes que saber que cuentas conmigo y con tu padre. Además mientras él no pueda estar cuéntame al triple.
