BETWEEN LOVE

Versus, round 4.

Yuzu no lo podía creer, Harumi estaba de vuelta. Su primer instinto fue correr hasta ella, sin embargo, al estar a unos centímetros se detuvo en seco. Su cara había pasado en un segundo de estar iluminada de alegría a mantener una mueca de enfado.

Haru intentó acortar el espacio entre ellas, pero en lugar de que Yuzu la recibiera con los brazos abiertos, la mandó al suelo de una bofetada.

Ninguna era capaz de articular una palabra, lo que las llevaría a permanecer en silencio viéndose fijamente. En los ojos de Yuzu había furia, en los de Haru desconcierto. Y finalmente de ambos rostros comenzaron a correr lágrimas.

Yuzu se lanzó sobre su mejor amiga y apenas tuvo el rostro de Haru a su alcance comenzó a llenarla de besos. Cuando llegó a su boca dudó por un segundo, sus labios apenas se rosaban, Haru temblaba ansiosa, Yuzu respiraba agitada.

—Dime que no volverás a irte, promete que te quedaras para siempre y que nunca voy a perderte— exclamaba Yuzu con exigencia.

—Siempre me tendrás, te lo juro.

Una vez proclamado ese juramento, Yuzu besó a Haru con tal furor que de ambas escaparon algunos gemidos.

Había prendas volando en todas direcciones mientras los jadeos ambientaban el lugar.

Si bien Yuzu era experta en desabrochar sostenes en un abrir y cerrar de ojos, la excitación del momento la llevó a desgarrar por enfrente el que Haru traía puesto y así no tener que esperar un segundo más para calmar el deseo de probar sus pechos.

Con cada caricia Harumi se estremecía, ni la mejor de sus aventuras de una noche superaba lo placentero de ese momento.

En su arrebato de pasión desenfrenada ninguna se detuvo a pensar si lo que hacían era correcto, pues de hacerlo seguramente en ese instante todo se acabaría.

Cuando por fin vieron saciadas cada una de ansias retozaron abrazadas sobre la alfombra, en dónde alguna vez todo había comenzado.

A Harumi le parecía el lugar apropiado, especialmente por esa sensación de que esta sería su última oportunidad de tener a Yuzu de esa forma.

—Además del tatuaje en tu hombro y la cicatriz que nunca había visto en tu muslo izquierdo, ¿Qué otras cosas han cambiado en ti Haru?

—Sí que eres observadora Yuzucchi. Sabes, lo de la cicatriz en la pierna es una historia graciosa, te diré que aprendí a no decirle a alguien que quieres terminar con ella en una cocina llena de cuchillos afilados.

—Más que ser gracioso, eso da miedo... y vamos, no evites mi pregunta. Puedo verlo en tus ojos. Algo ha cambiado ¿no es cierto? —Yuzu acariciaba la mejilla de Haru mientras le observaba con un aire melancólico.

—Eso creo, pero no te preocupes. Contigo trataré de ser quien solía.

—Ya veo, dime Haru ¿acaso temes que no ame a la nueva tú?

—Yo sinceramente no lo sé y no pienso averiguarlo. Además, lo importante aquí es... ¿qué sucedió con Mei, por qué se separaron?

— ¿Por qué elegiste un colibrí rojo para tu tatuaje?

—A Darla le gustaban y ese tono de rojo me recuerda su cabello. Pero no cambies de tema.

—Ah, que te digo Haru, fueron demasiadas cosas. Sólo te advierto que ella está muy enfadada contigo.

—Pero aún no se entera de lo que hicimos.

Yuzu reprendió a Harumi con un golpe en la cabeza.