Familia Taniguchi.

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Siendo las siete de la mañana Harumi se despertaba al escuchar sonar su celular, para no hacer mucho ruido al contestar salió al balcón.

  ̶  Buenos días Keanicchi, ¿qué sucede?

  ̶  Harumin tenemos un gran problema entre manos.

  ̶  ¿A qué te refieres exactamente?

  ̶  Parece que después de todo no conseguiremos ayudar a Mei con lo de su compromiso.

  ̶  No estés jugando con esto, todo va conforme al plan, ¿qué es lo que nos va a frenar ahora?

  ̶  Lo mejor será que te vea para que hablemos, ¿puedo ir a tu casa?

Asomándose a través del vidrio, veía dormir a su novia pacíficamente en el que sólida ser su dormitorio    ̶  no estoy ahí ahora, nos quedamos con sus padres luego de la cena.

  ̶  Esto es más que urgente, y si está ahí su padre quizá deberías pedirle que nos acompañe.

  ̶  ¿Te veo en la cafetería de siempre?

  ̶  Bien, ahí los espero.

Saliendo de la habitación cuidando de no despertar a Yuzu, Harumi fue a tomar una ducha.


Para cuando se dirigió a la sala, Sho ya estaba despierto y alistado.

  ̶  Señor Aihara, buenos días.

  ̶  Buenos días Harumin, te he dicho miles de veces que si estamos fuera de la escuela me digas Sho.

  ̶  Je, sigue siendo raro, pero lo intentare Sho...

  ̶  Jajaja buen comienzo, te veo algo angustiada, ¿qué sucede hija?

  ̶  ¿Hija?

  ̶  Ah, lo siento se trata de una forma de hablar a la que me acostumbre en mis viajes, es una manera de dirigirse a quienes son más jóvenes que tú y les tienes afecto.

  ̶  Entiendo... Keane me llamo, dice que estamos en apuros. Quiere vernos para charlar.

  ̶  Vayamos entonces, ¿te llevo o tú me llevas?   ̶  sonriendo con un tono de broma, haciendo referencia a que la moto de Harumi estaba en el estacionamiento.

Avergonzada al imaginarse llevándolo detrás de ella   ̶  mejor vamos en su auto.

  ̶  Jajaja qué lástima, pero está bien   ̶  levantándose del sofá, tomó un bolígrafo y un post-it    ̶  habrá que dejarles una nota a nuestras señoras, escribiré que fuimos a la academia, espero no se enfaden.




Una vez en la cafetería, sentados a la mesa después de les sirvieran su orden.

  ̶  Entonces cuéntanos muchacho, ¿qué es eso tan grave de lo que le hablabas a Harumin?

  ̶  Verán, para este punto sabíamos que estábamos limitados con la verdadera información de situación económica de la academia, ¿cierto?

  ̶  Así es, hay ciertos privilegios que ni Udagawa o yo tenemos.

  ̶  Bueno, pues los padres del gerente al ver lo bien que está evolucionando la escuela con esto de los talleres, decidieron concederle esos privilegios.

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