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Me divertí con esto XD

Petición de: NoSheuwu

-¿Qué?- Donald había sufrido muchas vergüenzas, había tenido que escuchar miles de preguntas de todo tipo desde que esos pequeños llegaron a su vida pero nunca espero que, específicamente, ESA preguntara saliera de ellos. 

-¿De donde vienen los bebes, tío Donald?- los tres repitieron al mismo tiempo, mirando al mayor con curiosidad pura. El pato sudo y trago con nerviosismo, escuchando como su tío intentaba ahogar sus divertidas risas a su lado.

-B-Bueno...y-yo...- se rasco la nuca, ligeramente incomodo.

-Bueno, to me retiro- Scrooge, con una gran y divertida sonrisa en su rostro, se levanto. -Buena suerte, sobrino- palmeo su hombro y se dispuso a irse pero un firme agarre en su muñeco lo detuvo, seguido de un tirón para arrastrarlo y prácticamente obligarlo a sentarse nuevamente.

-Tú, te quedas conmigo- gruño Donald con el ceño fruncido.

-Bien, bien- se encogio de hombros, su sonrisa agradándose cuando una idea se le vino a la mente. -¿Quieres que empiece?- miro de reojo a su sobrino.

-Por favor- asintió, prácticamente suplicando.

-¡Genial~!- saco un libro de entre su ropa y lo abrió, dejándolo sobre la mesa para mostrárselos a los trillizos. -Muy bien niños, todo empieza con esta amiguita: la gandula pituitaria...- su sonrisa solo se agrando ante las muecas en las caras ajenas.

-¿Saben qué?- los tres se miraron entre ellos. -Nosotros tenemos algo que hacer, así que...- gritaron al ser atraídos por los brazos de Scrooge. Donald lo miro con pena pero termino por sonreír, entretenido al ver a sus pequeños intentando escapar de las garras de su tío.

-Ustedes no se van. Preguntaron y ahora, deben tener su respuesta- volvió su mirada al libro, sintiendo como los pequeños luchaban por escapar de sus brazos y sonriendo con diversión total. -Ahora, volvamos a la glándula pituitaria, tal vez sea pequeña pero tiene grandes planes- rió ante el grito que dieron los tres. Esto era divertido.

... ... ... ...

Scrooge McDuck reía a carcajada pura hasta el punto de sentir las lagrimas salir de sus ojos y correr por sus mejillas, totalmente divertido con la cara de espanto total que los trillizos tenían en sus rostros.

-Adiós infancia...- murmuraron al unisono, para después salir corriendo mientras gritaban.

-Eres malo, ¿sabes?- Donald, a su lado, lo miro con arqueando una ceja.

-Lo sé...- sonrío, rodeando los hombros de sobrino y acercándolo. -...pero valió la pena con tal de ver sus caras- se miraron entre ellos por unos segundos, para después estallar en carcajadas.

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