Gemelos

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Totalmente random XD

Nota: Max y Alex, aquí, no soy hijos del Loubby. Aclaro por si las dudas ^_^

Espero que les guste~

Los trillizos parpadearon ante lo que tenían en frente, mirando fijamente a los gemelos parados, quienes le devolvían la mirada con los ojos brillantes de curiosidad. Eran pequeños (de quizás 4 o 5 años) y con plumas blancas, él tenía una remera manga corta color negra con una calavera con auriculares enfrente y con su flequillo despeinado lo suficientemente largo para prácticamente rozar uno de sus ojos; mientras que ella tenía shorts de jean, remera violeta con un par de ojos desviados y una sonrisa tonta dibujada enfrente, con su cabello trenzado llegando a la mitad de su espalda. 

-¿Quienes son?- Della rompió el silencio en la sala, preguntando lo mismo que ellos querían saber.

-Bueno...- Donald, parado detrás de los gemelos y con un par de bolsos a su lado, sonrío. -Él es Max...- apoyo una de sus manos en la cabeza del pato, quien simplemente lo miro. -...y ella es Alex...- hizo lo mismo con ella, quien les sonrío enormemente y saludo con un además de mano lleno de energía. -...los estaré cuidando por unos días-

-¿Seras niñero?- los trillizos lo miraron con sorpresa.

-¿Y el tío Scrooge te dejo cuidarlos aquí?- la pata mayor sonrío, luciendo divertida y curiosa.

-Lo he cuidado muchas veces...- se encogió de hombros. -...y al tío Scrooge no lo quedo de otra, su madre da mucho miedo cuando esta enojada- rió ligeramente, agachándose para rodear al par con sus brazos y levantándose lentamente con ellos alzados, acomodándolos sin mucha dificultad.

-¿Quieres ayuda?- pregunto su hermana, levantándose al verlo asentir y acercándose, agarrando los bolsos en el suelo y siguiéndolo rapidamente. Huey, Dewey y Louie no se movieron, viendo a los pequeños patitos abrazados a su tío y luciendo tan a gusto con solo estar entre los brazos del mayor. Se miraron entre ellos de reojo, sintiéndose ligeramente invadidos.

Y cuando los volvieron a ver, sentados en el suelo sobre una gran manta y mirando con gran emoción a Donald, quien les estaba contando una historia (una que de seguro ellos ya se sabían de memoria y que no habían vuelto a buscar desde los 8), el sentimiento solo creció.

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