Abrazo y descanso

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Como siempre, espero que les guste~

Petición de: BlytheBelle15

-No- Donald se cruzo de brazos, negando con firmeza en su voz y expresión seria. Frente a él, arrodillado en posición de suplica y con ojos brillantes. esta una cigüeña con grandes músculos y cabello rubio.

-¡Amigo Donald, por favor!- ruega. El pato no puede evitar preguntarse: ¿como es posible que u dios de grandes músculos y fuerza por encima de lo normal rogarle a él, un simple ser con un muy mal carácter?

-Ya te dije que no- se niega a dar el brazo a torcer pero algo en su interior se estremece ante la mirada ajena, lo mira como si fuera un valioso tesoro y eso solo lo sorprende aun más ¿En serio? ¿Qué vio ese dios tan raro en él? Entierra su rostro entre sus manos, pensando mientras escuchar las suplicas ajenas. Se destapa el rostro para ver a Storkules, dejando escapar un suspiro de resignación pura. -Esta bien- termina por decir.

-¿En serio?- el dios lo mira con gran sorpresa, una extraña esperanza brillando en sus ojos.

-Si, si, si...- rodó los ojos, fingiendo indiferencia e intentando ignorar la repentina aceleración de sus latidos de su corazón. -...hazlo antes de que cambie de opinión-

-¡Realmente eres increíble, mi buen amigo Donald!- se levanta con gran emoción y una gran sonrisa en su rostro.

-¿Lo harás o no?- lo interrumpe antes de que empiece un discurso sobre sus cualidades y logros, estirando los brazos hacia el dios.

-¡Por supuesto que si~!- ríe, parece un niño emocionado por un nuevo juguete. 

 -Recuerda no apretarme muy fuerte, no soy tan resistente- habla, viendo como Storkules salta ligeramente en su lugar. No se mueve, sintiendo las grandes manos ajenas posarse bajo sus brazos y levantarlo hasta la altura de su rostro.

-No te preocupes...- le sonríe con tanto cariño que logra que el pato sienta sus mejillas arder y un nerviosismo inundarlo. -...jamas te haría daño~- el dios termina por atraer a su amigo hacia su cuerpo, sosteniéndolo como lo más preciado de su mundo (lo cual era) y sintiendo su sonrisa agrandarse, permitiéndose acariciar las plumas en la nuca ajena. Era la primera vez que Donald aceptaba que le de un abrazo y disfrutaría.

-Mmmm...- Donald se estremece ante la caricia en su nuca pero termina por relajarse, apoyando su mejilla en el gran hombro del dios y suspirando, el cansancio ahora más presente en su mente y cuerpo. Se permite cerrar los ojos y dormirse, sabiendo que quien lo sostenía no lo soltaría y lo protegería de cualquier cosa que se acercara, sin importar que tan grande o peligroso fuera. Storkules, sintiendo el cuerpo relajado entre sus brazos y la tranquila respiración chocando contra su cuello, no puede evitar sonreír con absoluto cariño.

-Descansa, querido...- susurra mientras caminar, sentándose en un lugar lejos de vista de su padre y de las discusiones de este con el tío del pato. Termina por acomodar a Donald entre sus brazos, sonriendo al verlo tan relajado y como apoyado en su gran pecho. -...yo te protegeré- besa la frente ajena, sintiéndose contento al ver que el pato sonreía aun dormido.

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