Pegados

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Esto salio de la nada pero no pude sacar la idea de mi cabeza hasta que lo escribí ^_^

Mi teoría es que si Donald y Gladstone pasar mucho tiempo juntos, logran un extraño equilibrio entre la mala y la buena suerte XD

Espero que les guste~

Donald esta cansado y estar pegado por tiempo indefinido a su primo, Gladstone Gander, es lo último que quiere pero su mala suerte le encanta hacerlo sufrir. No recuerda como pero ambos terminaron pegados de la mano, la derecha de Donald pegada a la mano izquierda de su primo. Tienen que esperar a que Gyro y Fenton puedan crear un disolvente pero mientras, ellos deben quedarse así. Ya van 2 días.

Estar juntos en todo momento no lo molesta del todo pero el echo de que Gladstone lo arrastre por toda la ciudad, sin descanso en ningún momento, es lo que lo molesta. Él sigue yendo a todos lado, mirando a su alrededor, prácticamente esperando dinero llover del cielo, un yate, un auto o alguna tontería cara. Nada sucede porque, al parecer, que el ser de buena suerte y el de mala suerte estén tan juntos, evita que cualquiera de haga nada, dejándolo solos. Para Gladstone es una molestia porque esta acostumbrado a obtener todo de la nada y sin esfuerzo de ningún tipo, mientras que para Donald es un alivio porque no debe estar atento a todo y puede relajarse.

Están caminando por la ciudad nuevamente, con el pato de traje verde gruñendo algo sobre que "Lady Luck" lo abandono o lo cambio o algo por el estilo, realmente no este prestando atención. Donald mira de manera distraída a su alrededor, rascándose con aire ausente el pecho, haciendo una mueca. Se le están cayendo las plumas, el doctor dijo que era estrés pero él no lo cree (no quiere creerle en realidad), y la zona pelada picaba, por no decir que molestaba y mucho. También esta cansado, con pocas horas de sueño encima. Sus trabajos (o sus trabajos anteriores, lo despidieron al verlo pegado a su primo) y la hiperactividad de sus niños lo han mantenido despierto los últimos días.

Sale de sus pensamientos al sentir un fuerte tirón y casi caer de cara al piso, logrando recuperar el equilibrio con un gruñido y reclamándole a su acompañante, quien simplemente rueda los ojos y apura el paso. Donald cubre con su mano libre su pico, intentando ocultar el gran bostezo que se le escapa, deseando poder estar en algún lugar cómodo para dormir.

... ... ... ...

Gladstone nota, en el segundo día de estar pegados, lo cansado que esta su primo. Puede notar las ojeras marcadas bajo los ojos ajenos, la tensión en su cuerpo en cada momento, las plumas blancas y algo feas cayendo al piso cada vez que se rasca. Lo arrastra por toda la ciudad, deseando que su suerte se presente y le de una solución, algo que le permita ayudar a su primo a relajarse, pero parece que nada funciona. Solo se ve más cansado, bosteza más seguido y las plumas caídas empiezan a ser cada vez más notorias.

Gruñe, caminando por veredas y arrastrando prácticamente a su primo, mirándolo de reojo de vez en cuando y notando lo distraído que esta. Una idea se le viene a la mente, apurando un poco el paso pero deteniéndose cuando su primo casi cae de pico al suelo, logrando evitarlo. Donald lo mira de mala manera pero él lo ignora, empezando a caminar rapidamente. Lo escucha bostezar pero lo sigue sin decir nada.

... ... ... ...

-¿Qué estamos haciendo ahora?- pregunta Donald al notar que estaban entrando a la gran mansión.

-Estoy cansado de arrastrar su plumoso trasero, primo- Gladstone se encoge de hombros, caminando hacia el gran sillón en la sala e ignorado como el pato rodaba los ojos con fastidio como respuesta. Se sienta y estira su brazo libre para agarrar el control, prendiendo la televisión y cambiando los canales con aire ausente.

-Al fin...- piensa Donald, dejando escapar un suspiro al poder sentarse y permitiéndose hundirse ligeramente en su lugar, demasiado cansado para prestar atención a cualquier cosa. Cierra los ojos y relajándose lentamente. El pato de traje esta distraído con un programa de juegos, mirando a su lado al sentir un peso repentino en su hombro, sin sorprenderse al ver a Donald profundamente dormido y usándolo como almohada. Vuelve a mirar la tele, acomodándose ligeramente en su lugar. Por lo menos, su primo ahora se ve relajado.

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