Cuando Loki terminó de hablar con Víctor, decidió que no quería volver al hogar del amigo de su padre. Estaba seguro que el hijo de aquel, haría suficiente bullicio como para distraer al Dios y él, Loki, poder andar a sus anchas por un tiempo relativamente cómodo. Para aprovechar esa libertad, decidió darse un paseo por el mundo que su hermano Thor tanto adoraba: Midgard.
Caminó por las largas avenidas de la ciudad de Nueva York. Vio las grandes tiendas adornadas con escarcha, esferas de colores y árboles de navidad inmensos con cajas de regalo debajo, cuyas envolturas eran vistosas, bonitas. A Loki tanto brillo, podía gustarle mucho. Las personas salían de las tiendas con sendas cajas y con sendas sonrisas; y se dio cuenta que la Navidad era un evento realmente importante; que imponía cierta aura de felicidad en las personas. Aunque, también, notó que se trataba de un evento que también deprimía o enojaba. Se encontró con un hombre que lucía como un vagabundo y que tenía escrito en un cartel echo de cartón: "Un revolver bajo el árbol está Navidad."
Bueno, se dijo, las cosas no son siempre una maravilla. Se hizo de un café especiado con canela, y aunque al principio le supo raro, le encontró el gusto. También comió galletas con un glaseado de colores con motivos navideños. Había mucha comida, mucha algarabía y música dulzona.
Después de ese tour de melosidades, decidió ir a visitar a su hermano. Con un sencillo encantamiento lo localizó y apareció justo en el lugar indicado. Thor estaba sentado en unas jardineras a las afueras de un edificio, en cuya fachada rezaba la palabra: Hospital. A un lado del rubio estaba un perro, el mismo perro que Loki había visto en la fiesta de Halloween aquella. El can estaba echado a los pies de Thor, mientras éste, inclinado y apoyando los antebrazos en sus piernas, miraba con melancolía sus manos entrelazadas. Tanto él como el perro, parecían tristes o preocupados. Sin embargo, a Loki aquello no le importó, caminó hacia él con aire tranquilo y una sonrisa.
—Hermano—le dijo cuando estuvo cerca.
Thor levantó el rostro y una pequeña sonrisa se le dibujó al verlo. Se irguió y estiró el brazo como para llamarlo. Loki no tomó la mano que se le había tendido, pero si acortó la distancia entre ellos.
—¿Qué haces aquí? —preguntó Loki con una media sonrisa
—No puedo entrar con Dodger—explicó Thor echando un vistazo al perro que apenas movió las orejas al escuchar su nombre.
Loki levantó una ceja.
—¿Tú que haces aquí? —preguntó Thor sin darle espacio alguno para hacer un comentario— Pensé que estabas molesto conmigo.
—Cierto—realmente lo había olvidado—. Sólo pasaba por aquí.
—¿En serio? —Thor no le creyó
Loki se encogió de hombros.
—¿Qué te pasa? —preguntó puesto que el gesto apesadumbrado de Thor no se había desvanecido.
—El alumbramiento es una lucha contra la misma muerte—explicó Thor.
Así que, se dijo Loki, alguien estaba dando a luz. En su cultura, las mujeres en parto eran guerreras. Se consideraba un trabajo duro, una batalla contra la muerte para dar vida. Algunas ganaban, otras perdían y algunas declaraban un empate. Pero si ellas morían en el trabajo de parto se les recibía en el Valhalla.
—Ya veo, estás esperando el resultado de la batalla—dijo y Thor asintió—. Se trata de la esposa de tu querido amigo, ¿cierto?
Thor volvió a asentir.
—¿No tienes un mal presentimiento, hermano? —preguntó Loki.
—No del todo.
—Entonces, no te preocupes.
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El inesperado despertar a tu lado
FanfictionTony tiene un accidente. Steve vive con un accidente. San Pedro es muy voluble. Y bueno, los pecados no siempre se pagan en el infierno. STONY Segunda portada por cielispeed (@Dianithaspeed) Tercera portada por @diaboros Cuarta portada por @Sever...