Dos pequeños un poco rojitos y con un pañal que les quedaba grande, dormitaban dentro de sus respectivas incubadoras. Steve, del otro lado del vidrio que lo separaba del área de cuneros, no pudo evitar sonreír. Ahí estaban sus hijos. Se veían tan frágiles y, a la vez, tan lindos, tan fuertes. Estaban ahí, en este mundo, a pesar de todo.
Carol estaba a su lado y se abrazaba a su brazo con emoción.
—Son preciosos—le dijo y Steve asintió dándole la razón, demasiado embobado como para tener palabras con que responder.
Así era la felicidad, supuso, era tan deslumbrante, tan desbordante, que dejaba sin palabras. Habían pasado casi dos días desde que Pepper le dijo que Tony estaba vivo, y éste aún no despertaba. Aquella mañana, Steve visitó a Tony por unos minutos, aún no podía creer que aquello pasara. El cielo, definitivamente, jugaba de maneras tan raras. Pero no importaba.
Durante el día siguiente a la noticia había alternado una visita a su esposo y otra a sus hijos. Afortunadamente, para él, Bucky se ofreció a ayudarle con otro tema que no era tan bonito ni brillante: organizar el funeral de Sharon. Sonaba tétrico y, de alguna manera, Steve se sentía un poco culpable. Le habría gustado hablar con ella por última vez, limar asperezas, algo. Se sentía como un asunto pendiente, porque nunca esperó que aquello pasara, es decir, la muerte. Claro que no se libró de todos los trámites, al ser el esposo legal de Sharon, tuvo muchos formatos que llenar, papeles que presentar, cosas que pagar, e incluso, reconocer el cuerpo. Realmente se había sentido extraño cuando le tuvo enfrente, tendida en una plancha de acero frío. Se sintió un tanto mezquino. Él estaba feliz, porque Tony volvería, porque sus hijos estaban bien, realmente él no había perdido nada; y saber que alguien que fue sumamente importante en su vida en algún momento, no le despertaba, precisamente, un sentimiento de pérdida, era terrible. Lo que sentía era una sensación plana, sin emoción alguna, como si su amor y su odio, se hubieran anulado y convertido en indiferencia. Y se sintió mal por no poder llorarle.
—Ojalá lo hubiéramos hecho mejor—le dijo a modo de despedida—. Si te herí, lo siento, Sharon, nunca quise hacerlo. Si me heriste, lo tengo por perdonado. Buen viaje.
Después de aquello, había ido a la sala de espera. Carol había volado para estar con él y le acompañaba en lugar de sus otros amigos, quienes habían decidido turnarse, a excepción de Bucky y Nat que se encargaban del funeral y Thor, quien se ofreció a cuidar de Dodger mientras Steve y Tony estaban en el hospital.
Junto a su prima, Steve había ido a ver a sus bebés y tras recibir el informe de su salud, volvió a la sala de espera. Carol le llevó un café.
—Vi al Dr. Strange junto al café—le dijo ella—, me dijo que puedes pasar a ver a Tony en media hora.
Steve asintió.
—¿Has dormido algo? —le preguntó Carol y Steve negó.
—No he podido.
—Pero estás más tranquilo, ¿no es así?
—Sí, saber que Tony volverá, me calma. Pero esperar tampoco es amable, estoy angustiado, impaciente... supongo que, por eso, no he conciliado el sueño.
Carol le pasó la mano por el cabello en una caricia reconfortante.
—Dale un poco de tiempo, Strange dijo que el trauma que sufrió en el accidente fue grave. Necesita tiempo para sanar.
Steve entendía eso, pero eso no significaba que podía estar como si nada. Durante la noche, entró a la habitación de Tony, se sentó a su lado y se inclinó sobre la cama lo suficiente para tomarle la mano y acariciarle el cabello.
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El inesperado despertar a tu lado
FanfictionTony tiene un accidente. Steve vive con un accidente. San Pedro es muy voluble. Y bueno, los pecados no siempre se pagan en el infierno. STONY Segunda portada por cielispeed (@Dianithaspeed) Tercera portada por @diaboros Cuarta portada por @Sever...