Capítulo 12

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Hoy hablaría con Valentina referente a lo que estaba pasando, ya no podíamos seguir así. Como me dijo la señora Daysi, estaba mal y necesitaba arreglar esta situación o la afectada sería mi hija.

Apenas llegué vi los juguetes de mi pequeña tirados en el suelo, ya luego bajaría a recogerlos, esto era más importante. Era una novedad que estén en casa, ya que últimamente se la pasaba en donde su madre para evitar verme a mi.

- ¡Papá! - corrió a abrazarme - llegaste.

- Princesa ¿tu mamá? - pregunté. Me apuntó a la habitación.

Abrí la puerta encontrándome con la desagradable sorpresa que estaba durmiendo en nuestra cama con otro tipo. Me giré de inmediato evitando que la niña vea eso.

Los ojos se me llenaron de lágrimas al ver a la mujer con la que había decidido formar mi vida me estaba siendo infiel. Llevé a mi pequeña a su habitación para que yo pueda solucionar esto con ella, esto se acababa hoy mismo.

- Necesito que te quedes aquí - la senté en la cama mientras le hablaba - no salgas de aquí hasta que venga por ti ¿si?

- ¿Por que lloras papá?

- Por nada bebé, ya vengo.

Salí tratando de hacer el menor ruido posible, tomé un gran respiro intentando calmar la rabia que sentía en estos momentos.

Cerré la puerta de golpe haciendo que ambos despierten, en mi vida había visto a ese chico pero se notaba que ella lo conocía más que bien.

- Christopher.

- Cállate - dije de inmediato - tú sal de mi casa antes de que te parta la cara.

- Cálmate Christopher - pidió.

Como el imbécil no se movía fui yo quien lo levantó a la fuerza, se había puesto hasta violento, obviamente no me iba a dejar.

- YA CHRISTOPHER SUÉLTALO.

- Suéltame - la quité para sacar al hombre con el que se estaba acostando. Él decía cosas a las que prácticamente no le presté atención, tenía unas ganas de golpearlo hasta cansarme pero no valía la pena.

- Amor.

- ¿Me dices así después de como te encontré?

- Lo siento de verdad - respondió llorando.

- Ahórrate esas escenas baratas - dije con desprecio - tuviste cara de reclamarme a mi de que te estaba siendo infiel y mírate.

- No me estabas cumpliendo como hombre. ¡QUE QUERÍAS QUE HAGA!

- LO MISMO PUEDO DECIR YO DE TI, pero jamás te engañé, no vine y me acosté con la primera zorra que encontré para traerla a mi cama - las lágrimas estaban volviendo a mi - nunca te faltó nada.

- No, nunca me faltó nada, pero últimamente me faltabas tú, mi esposo.

- Y PORQUÉ MIERDA NO HABLASTE CONMIGO, NO TIENES CINCO AÑOS PARA QUEDARTE CALLADA.

- Deja de gritar Christopher, la niña.

- ¿La niña? ¿Ahora te preocupa? Estaba sola mientras su mamá estaba durmiendo de los más cómoda con otro idiota, le pudo pasar algo y recién te acuerdas de ella.

- No le pasó nada, cálmate.

- Si le hubiera pasado algo yo mismo me encargo de matarte - dije en un impulso de rabia - pero algo bueno de esto es que me facilitas las cosas.

- De que hablas...

- Nos vamos a divorciar, yo no quiero una fácil de esposa, no quiero ese ejemplo para mi hija - fue lo último que dije antes de subir.

Tomé una maleta para meter la ropa de mi hija, ella claramente no entendía nada, le dedicaba pequeñas sonrisas para que esté más tranquila. Me daba pena por ella, creció en un ambiente lleno de cariño que ahora estaba devastado.

- Tú no sacas a la niña de la casa - se puso en la puerta.

- Impide que lo haga - me acerqué con violencia - atrévete y me voy a olvidar de la educación que tengo.

- ¿Me vas a golpear? ¿Te crees muy hombre?

- Las zorras como tú no merecen ni el más mínimo roce - dije bajo - me das asco.

Tomé a mi hija en brazos para salir de ahí, necesitaba sacarla de ahí.

Sin Vuelta Atrás - Chriserick (Segunda Parte De Cuídame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora