Capítulo 7

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- Que te pasa - dijo poniendo al pequeño en el coche.

- Nada, no es nada.

- Si tú lo dices.

- ¿Recuerdas cuando veníamos con Thiago a este lugar? Eran buenos momentos.

- Exacto, eran - dijo igual de frío como era de costumbre.

- Sé que te va a sonar repetitivo, pero ¿por qué no quieres recuperar nuestra amistad?

- Porque no soy un cínico.

- Estás muy a la defensiva Erick ¿que pasó con ese chico alegre que me molestaba por todo, que sonreía cada vez sin motivo?

- Tú lo mataste - soltó.

- Lo extraño. Extraño a ese Erick, este no me gusta.

- Nunca te gusté, de qué hablas - rió con su respuesta.

- Contigo es imposible - negué con la cabeza. No sabía cómo acercarme a él, intentaba e intentaba pero no cedía - igual nunca te obligué a nada, la culpa es compartida.

- Lo sé. No te estoy reclamando nada.

- Erick ya - toqué su mano que estaba helada.

- No me toques - dijo quitándose de mi contacto - yo no te pedí que vuelvas, no sé qué insistencia tienes en querer hablar conmigo, ya deja de hacer como que te importo, deja el cinismo de lado, estaba tan bien hasta que llegaste tú, eres como mi mala suerte, contigo al lado siempre son cosas malas, desgracias. Quiero que me dejes tranquilo, necesito estar tranquilo, no necesito tu lástima, ya no.

Se me partía el alma ver la actitud que tenía Erick conmigo, con él la pasé bien, quizás sí lo hubiera conocido antes que a Valentina las cosas serían distintas, nos conocimos en el momento incorrecto.

- Hablas como si yo fuera la peor persona de este mundo Erick - lo mire extrañado.

- Para mi lo eres. Quiero irme - dijo poniéndose de pie mientras recogía algunas cosas - sabía que si venía iba a ponerme de malas.

- No fue mi intención, solo quería hablar.

- Ya lo hicimos.

- Te ayudo - dije queriendo llevar el coche de su hijo.

- Suelta - quitó mis manos - es mi hijo, no el tuyo, tiene a su papá y ese soy yo.

Tomé a mi hija en brazos, pensé que verlo me tranquilizaria un poco con la discusión que tuvimos con Valentina pero fue todo lo contrario.

Al llevarlo a casa se despidió solo de mi pequeña, me sentía inexistente y eso dolía bastante.

Fui a comer solo con mi hija, paseamos durante todo el día, la verdad no quería llegar a la casa para discutir.

Al caer la noche tuve que volver con mi hija, estaba helado y lo menos que quería era que se enferme.

- Hasta que llegas ¿por qué no respondías el celular?

- Estaba con mi hija, sabes que la cuido bien.

- Christopher no sé qué mierda te pasa pero...

- Sin groserías - interrumpí - delante de la niña no.

La bajé para que vaya a jugar, más bien se sentó ya que estaba agotada.

- ¿Tienes a otra? - soltó de pronto.

- ¿Qué? ¡Ah no! Tú estás loca - reí.

- ¿Conté algún chiste?

- Una estupidez dijiste - puse ambas manos en la cintura - si me casé contigo es porque quiero estar contigo, Valentina, tenemos una hija, llevamos tiempo de casados y nunca te he dado un motivo para que desconfíes así, siempre te he respetado y seguirá siendo así.

- Eso espero, te amo, pero si yo me llego a enterar de algo te juro que no te la acabas Christopher, te lo juro.

Sin Vuelta Atrás - Chriserick (Segunda Parte De Cuídame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora