Capítulo 23

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- Mierda - dije quejándome - está caliente esto.

Me había levantado un poco antes para hacerle el desayuno. Erick seguía profundamente dormido.

Puse todo en una bandeja, quería tener las mejores atenciones con él.

- Buenos días - dije pasando pero seguía dormido. Dejé el desayuno a un lado para poder despertarlo, prometí ir a dejarlo temprano y al menos tenía que desayunar - Erick.

- Ya me levanto - respondió medio dormido.

- Aún es temprano - acaricié su espalda - desayuna.

Levantó un poco su vista viendo lo que le había preparado, me miró dudoso - ¿y eso?

- Hay que hacer méritos ¿no?

- Gracias - sonrió.

Deposité un beso en sus labios para comenzar el día con toda la energía que de a poco recuperaba - Buenos días.

- Buenos días. Hace un poco de frío - dijo bebiendo de su café - buenísimo, tal y como me gusta.

- Mejor para mi.

- ¿Me das mi polera?

- ¿Para que? Así estás bien.

- Tsss, pervertido - respondió.

Me preguntaba si desde ahora lo tendría así siempre, si él quisiera estar así conmigo cada mañana.

- Oye, estaba pensando...

- Vaya - interrumpió - gracias Dios por este milagro.

- Déjame hablar - reí - estaba pensando que, no sé, quizás podríamos salir el sábado, los cuatro.

- ¿Los cuatro? ¿De qué hablas?

- Sí, Emma, Vicente y nosotros dos - rasqué mi nuca - osea solo si quieres.

- ¡Uf! Qué raro sería eso - respondió.

- Piénsalo, igual sería bueno pasar un momento juntos con los niños.

- Está bien, yo te aviso - sus ojos verdes se posaron en mi - Tú ¿te sientes mejor?

- Ahora sí - acaricié su mejilla - será algo duro lo de Emma, espero acostumbrarme.

- Es muy bella tu hija.

- ¿Como el papá?

- ¡Na! Ella tiene belleza propia - respondió.

- Ouch...

- Voy a vestirme ¿me dejas solo un momento?

- Claro.

Ya lo había visto desnudo, pero quizás quería su espacio, no iba a presionarlo y menos ahora que quizás podríamos estar comenzando algo.

No demoró mucho, estaba listo para ir a dejarlo, solo faltaba él.

- ¿Listo?

- Sí, vamos. Tengo que darme un baño antes de que despierte Vicente, si es que ya no lo hizo.

- Me gusta verte en faceta de papá - lo agarré de la cintura - te ves tierno.

- Controla tus manos - intentó quitarme.

- No, podríamos caminar así hasta llegar al auto, sería lindo.

- Aunque no lo creas - se giró - me alegra verte un poco más tranquilo.

- Me alegra tenerte aquí, te quiero.

- Hay que irnos - dijo avanzando a la puerta. Me estaba costando bastante obtener un te quiero de su parte - ¿puedo conducir yo?

- Mmm...no lo sé - cerré la puerta detrás de mí - convénceme.

- Solo dámela - intentó agarrar la llave.

- Un beso y son tuyas.

- Qué aprovechado eres, tenemos una conversación pendiente.

- Eso después - me tomé el atrevimiento una vez más de sentir sus labios sin autorización.

Necesitaba tenerlo conmigo, quería reparar el daño que hice.

- ¿Christopher? - nos separamos de inmediato al escuchar la voz de Valentina.

- ¿Que haces aquí? - pregunté.

- ¿Qué significa esto? ¿Que haces besándote con este?

- Erick baja - le entregué las llaves del auto - ya voy.

- ¿Seguro?

- Sí.

Pasó por al lado de ella quien lo miró de arriba a abajo, claramente no era una mirada grata, iba todo tan bien.

Sin Vuelta Atrás - Chriserick (Segunda Parte De Cuídame)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora