Tony y Steve mantienen su relación secreta mientras los demás siguen creando caos y problemas divertidos.
Nuevas parejas, parejas que se separan, superheroes nuevos y mucha diversión más.
Segunda parte de Avengers Academy WhatsApp.
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Han pasado seis días con toda la normalidad que se puede esperar de aquellos chicos. Yendo y viniendo, haciendo las cosas que se acostumbran en su rutina, comprando regalos y pensando o ahorrando, envolviéndolos en papeles brillosos y contando esos nueve días para navidad como si fuera la cosa más importante del mundo. Tony se dice que será la primera navidad que pasará rodeado de mucha gente que de verdad aprecia.
Recuerda aquellas navidades antes de entrar a la academia, donde Rhodey lo visitaba temprano, comía algo con él antes de irse a cenar con su familia, con su madre, su tío y su sobrina. Por supuesto, el moreno solía invitarlo todos los años a pasar las fiestas con ellos, pero el genio se negó tanto que James supo que era en vano y dejó de preguntar paulatinamente. Lo que hacía cuando su amigo se iba era simple, beber hasta que no se sintiera estúpido por llorar. Se sentía patético, pero tampoco sabía cómo ser igual a los demás, como ser feliz en navidad, así que se aferraba a esa única solución.
Su mente viaja años atrás, dándose cuenta de que tiene toda la razón. Fiestas de personas muy ricas en casas demasiado grandes, donde parecía que la época no llegaba. Ninguno de los niños que había allí charlaba o jugaba con él. Y eso era cuando era más joven, las navidades hasta que tuvo once sucedieron todas en un internado, siendo de los pocos que se quedaban en lugar de ir con su familia. Sus navidades siempre estuvieron plagadas de soledad, incluso cuando sus padres solían mandarle regalos, o cuando tenía cinco y le compraron sus primeras herramientas. Su madre lo amaba, su padre era indiferente, pero ninguno le dio lo que necesito hasta…
Y entonces se da cuenta, es dieciséis de diciembre. El dolor le embriaga lentamente sin saber por qué demonios no lo recordó desde el primer momento en que se levantó. Se siente culpable, porque prometió recordar ese día desde los trece años. Juro mil veces que no olvidaría a su madre porque él sabe que el olvido es lo peor que le puede pasar a una persona.
Suelta la taza de café de sus manos, pero no cae al suelo, sólo rueda por la barra y se detiene dejando una mancha de aquel líquido café, pero Tony está absorto en el sufrimiento para poder darse cuenta.
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Steve camina hacia la torre, después de haber ido a entrenar con Sam, Bucky, y Matt, quien se les había unido para poder ir a boxear antes de concluir con la última parte de su caso, que, sin poder revelar nada, Murdock aseguraba que lo ganaría ese día. Steve se despidió de todos ellos con tranquilidad, diciendo que los vería luego. Tiene prisa de regresar a la torre, pues Tony prometió que ese día sí le haría el desayuno, así que estaba emocionado por aquella comida.
Saluda a la nueva recepcionista de Tony, la cual contrató hace un par de días, ella le sonríe mientras lo ve avanzar hacia el elevador privado. Se recarga en la pared plateada del elevador, justo donde está el espejo, una vez que oprimió el botón del penúltimo piso. La música de elevador lo acompaña en su viaje mientras descubre por primera vez que su olor de sudor es demasiado fuerte ese día. Arruga la nariz diciéndose que debe tomar una ducha inmediatamente.