Capítulo 29

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Justin.

-¿Qué pasa? -preguntó Tomás cuando lo saqué de sorpresa de la fiesta.

-Derek, está en problemas. ¿Llevas el micrófono?

-Tengo que ir a mi habitación, solo dame un minuto.

-Ok, voy contigo, necesito que me ayudes a poner mi celular en donde se vea, voy a intentar grabar.

Asintió en silencio, subimos las escaleras de prisa y en su habitación comenzamos a pegar cables y cinta en su piel, luego hicimos lo mío; rompimos una parte de mi pantalón y metimos el teléfono en el bolsillo, pegándolo con cinta también para que no se moviera, antes de eso lo dejé sin conexión para no recibir ninguna llamada. Cuando bajamos vi a Mía en la sala, estaba con lágrimas en sus ojos y Any la consolaba, no pude acercarme a ella, no pude hacer nada, solo salimos rápidamente de casa y fuimos hasta el escondite de Derek.

-¿No sería más fácil que dejáramos que hoy la policía lo atrapara? -preguntó Tomás antes de que llegáramos.

-Lo pensé, pero Derek es inteligente, lo primero que hizo fue limpiar el lugar de posibles huellas, aunque siempre ha hecho todo con guantes, las únicas huellas que encontrarían serían las tuyas y las mías. Es por eso que quiero grabar, quiero conseguir que él se vea dándonos órdenes hoy, él es quien manda y diremos que nos tenia amenazados.

-Es la verdad.

Detuve el auto. Bajamos a toda prisa y cuando entramos nos encontramos con Derek y Karen y el lugar totalmente vacío.

-¿Qué pasó? -lo miré sorprendido-. Vinimos de inmediato.

-Un amigo llegó más rápido y me ayudó con todo, estamos a salvo por ahora.

-¿Qué amigo? -pregunté.

-¿Eso importa? -frunció las cejas-. Ya nadie sabrá dónde está la mercancía, solo yo y Karen, porque quien llamó a la policía de manera anónima debe haber sido de los nuestros.

-¿Estás insinuando que fuimos nosotros? -preguntó Tomás en voz alta-. ¿Crees que no sabemos qué nos matarías como ya me haz dicho? -comprendí lo que estaba haciendo.

-¡Claro que no fuimos nosotros! -grité mirándolo a los ojos, realmente no habíamos sido, tal vez no somos los únicos que queremos deshacernos de Derek-. Me sorprende que desconfíes de mi.

-Yo, querido Justin, ahora desconfío hasta de mi sombra.

-Entonces sigue solo. No estoy diariamente arriesgando mi vida para que no confíes en mi.

-Claro que no lo haces en vano, estás aquí para que no vaya tras tu querida Mía, eso lo sabemos.

Empuñé mis mano y las apreté con fuerza, me contuve, baje la mirada y no dije nada

-¿Qué sigue ahora Derek? -habló Tomás-. ¿Cómo piensas enviarnos a las entregas si no sabemos donde tienes la mercancía?

-Se las entregaré yo, así será por un tiempo, hasta asegurarme que estoy seguro. Voy a conseguirles teléfonos rastreados e intervenidos, quiero saber todo; con quién hablan, a dónde van, a quién llaman, todo.

-¿Estás loco? -reí irónico.

-Yo no volveré a la cárcel Justin, primero muerto.

Su mirada fría me decía que hablaba en serio, lo aterroriza volver a la cárcel.

-Tengo una vida Derek, tengo una vida allá fuera, trabajo en un hotel importante, estoy logrando salir adelante y esto de tus entregas lo hago solo por lo que acabas de decir, porque si intento salir ahí estarás tú, dañando otra vez a Mía. No voy a permitir que intervengas un teléfono que yo utilice.

Dulce Dolor © #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora