Justin.
-Llevas tres horas en el baño, Mía por favor, ya sal de ahí.
-Cuarenta y cinco minutos, para ser exactos. Lo calculo con la cantidad de canciones que he oído -escuché su voz a través de la puerta-. Pero estoy lista.
Abrió la puerta, por fin. Su cabello estaba lacio y sus labios rosados.
-¿Era necesario tanto tiempo en el baño cariño? Te ves hermosa como sea, pero estoy listo hace horas.
-¿Tardé mucho? -rió ella-. Quizá necesitemos hacer otro baño.
-Deja las bromas -me acerqué a besar su boca-. Tenemos que llegar a la ecografía exactamente en treinta minutos más.
-Estamos a tiempo -se encogió de hombros y salió del baño como si nada.
-¿No estás nerviosa?
-Nerviosa no, estoy ansiosa. Quiero saber si será Florinda o Ramón -sonrió mientras yo rodé los ojos.
-Sí insistes en esos nombres no voy a ir a ninguna parte y le avisaré al bebé que no tiene que salir de ahí adentro -reí levemente.
-Sabes que es una broma -rió también-. Quiero saber si será Ema o Justin.
-No se llamará Justin.
-¿Por qué no? -fingió rostro de pena.
-No me gusta, debe tener su propio nombre, Justin es el mío.
Ella soltó una carcajada y me acerqué a besarla de nuevo.
-Estamos atrasados -me recordó ella y asentí.
Salimos hasta el auto y durante el camino no dejó de inventar nombres para nuestro bebé, aunque su favorito seguía siendo Justin.
Llegamos hasta la consulta, nos llamaron enseguida y entramos nerviosos. Era la segunda ecografía que se realizaba, la primera estábamos igual de nerviosos y ambos lloramos cuando escuchamos el latido de su corazón, pero nos habían dicho que en la siguiente ya veríamos un poco más porque estaba más grande y podríamos saber si sería niño o niña. A nosotros no nos importaba, pero si queríamos llamarlo de algún nombre cuando le hablábamos al vientre.
-Cinco meses -sonrió el médico-. ¿Ya sientes las pataditas?
-Desde hace un tiempo. A veces me ahogo un poco también, siento una molestia justo aquí -Mía apuntó entre sus costillas.
-Es normal, el bebé se sitúa ahí y te obstaculiza la respiración. Puedes hacer caricias de arriba abajo para que se acomode más abajo y no te incomode demasiado.
Mía asintió sonriendo. El médico nos dijo que estaba listo y tomé a Mía entre mis brazos y la acosté en la camilla, le llenaron el abdomen de gel y comenzó a pasar un monitor por encima.
-Ahí está, se dejó ver muy rápido -comenzó a hablar mientras miraba la pantalla.
-Ya lo veo -sonrió Mía. Yo también pude verlo, se podía distinguir sus extremidades fácilmente-. ¿Está todo bien verdad?
-Claro que si, es un bebé fuerte y sano. Está creciendo muy bien.
-¿Ya sabemos si es niño o niña? -pregunté nervioso.
-Sí, ya lo veo. ¿Ustedes que dicen?
-Es niña -aseguró Mía.
-Exacto -confirmó el médico-. Dicen que la madre nunca se equivoca.
-Es Mila -apreté la mano de Mía.
-¿Mila? ¡Dijimos Ema! -protestó Mía.
-Lo hablaremos en casa, no discutamos enfrente de nuestra hija -sonreí besando su frente, ella rió y volvió a mirar la pantalla.
![](https://img.wattpad.com/cover/131628264-288-k78570.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Dulce Dolor © #2
Teen FictionSEGUNDA PARTE DE DULCE TORMENTO. ¿Vivieron felices para siempre? Justin creyó que con los años que estuvo en la cárcel se había acabado todo lo malo y podría reconstruir su vida, pero el pasado no siempre se queda atrás y hay que saber enfrentarlo. ...