Mía S.
Abrí los ojos suavemente mientras sentía que acariciaban mi cabello, su mano tan sutil se sentía como caricias de una nube, o yo estoy demasiado enamorada que imagino que una nube me está acariciando cuando en realidad es su mano. Lo miré a los ojos, Justin lucía como si no hubiera dormido en toda la noche y puedo apostar a que es así.
-Despertaste -sonrió levemente-. ¿Tienes hambre? Te prepararé desayuno.
-Tengo que ir a trabajar -susurré.
-Es domingo -rió levemente-. Te quedarás aquí y vamos a descansar, dormirás todo lo que quieras y te cuidaré todo el día.
-¿Qué pasa? ¿Te quieres disculpar por algo?
-Solo quiero consentirte luego de lo qué pasó. ¿Aún no quieres hablar?
-Ya sabes todo, es como Derek te dijo.
-Cariño, quiero saber otra cosa.
-¿Qué cosa?
-¿Ellos te hicieron algo? ¿Te golpearon? ... ¿Te tocaron? -sus ojos fijos en mi me transmitieron miedo. Me senté de golpe, no quería volver a sentir miedo.
-No quiero hablar de eso, no quiero que mates a nadie.
-Mataré de todos modos a ese Kazam, lo vi prácticamente sobre ti Mía, eso no lo olvidaré. Quiero saber si además de eso se propasaron contigo o no.
Negué con la cabeza, él me abrazó rápidamente y besé su hombro que estaba a mi alcance. Lo abracé con todas mis fuerzas.
-No quiero imaginar tu angustia desde que me buscaste, te prometo que no volveré a meterme en esos lugares, ni con esos tipos, pero solo quiero que esto acabe. No quiero sentirme nuevamente así.
-He pensado una cosa, pero no sé si estás de acuerdo. Me gustaría que nos fuéramos del país.
-¿Irnos? ¿Por todo esto? -pregunté y él asintió-. Yo quise venir aquí por ti, no quería que te fueras a Australia porque te costaría mucho poder estabilizarte laboralmente.
-Acá también me ha costado y te aseguro que agradezco mucho que hayas vuelto pero ahora que lo pienso creo que hubiera sido mejor que yo te hubiera seguido hasta allá. Acá mi pasado me persigue, allá no.
-¿Entonces quieres ir a Australia?
-A cualquier parte Mía, a cualquier rincón del mundo en donde podamos vivir en paz. Si voy contigo no necesito nada más.
Sus palabras acompañadas de su mirada me hicieron sonreír. Lo abracé y le di un beso rápido.
-Vámonos, vámonos cuando quieras. Liss me ayudará a encontrar un trabajo allá, te encontraremos uno a ti también, todo será mejor y estaremos bien.
-Necesito arreglar el tema con Derek y podemos irnos.
-No, no es necesario, simplemente vámonos. ¿Crees que te seguirán hasta Australia? No debemos decir nada.
-¿Crees que me dejarán en paz?
-Claro que sí. No te arriesgues a llevar esa droga a México, solo vámonos.
-¿Y Tomás? Pueden tomarlo a él para vengarse de mi.
Dejé de soñar y aterricé. No podíamos irnos así de simple, Justin tenía toda la razón y reaccionar a esa realidad me quitó la felicidad que había conseguido en solo unos segundos.
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Dulce Dolor © #2
Novela JuvenilSEGUNDA PARTE DE DULCE TORMENTO. ¿Vivieron felices para siempre? Justin creyó que con los años que estuvo en la cárcel se había acabado todo lo malo y podría reconstruir su vida, pero el pasado no siempre se queda atrás y hay que saber enfrentarlo. ...