Capítulo 39

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El juez se tomó un tiempo, dieron un receso de unos minutos para que el jurado decidiera el veredicto final. Me mantuvieron esposado y alejado del resto durante el tiempo de receso y solo mi abogado podía estar cerca de mí.

-¿Por qué nadie me visitó en estas semanas? -me atreví a preguntar.

-El viaje de Mía fue repentino, tuvimos que convencerla y cuando finalmente aceptó no tenías visitas. No quise ponerte nervioso contándote que ella estaba de viaje, nadie quería hacerlo.

-Me hubiera sentido más tranquilo de saber eso.

-Bueno, ya estamos aquí. Mantente tranquilo ahora.

-¿Hay alguna posibilidad de salir libre realmente?

-Muchas. ¿Por qué lo dudas? -enarcó las cejas extrañado.

-Porque maté a una persona -asumí.

-En defensa propia. Eras tú o él.

Me mantuve en silencio. Me quedé pensativo, no podía ser posible que nadie me hubiera visitado en tres semanas solo porque Mía viajó, estaba seguro que había algo más, estaba seguro que Ryan si me hubiera visitado para decírmelo, pero no quise darle más vueltas al asunto porque no encontraría respuestas, al menos no en ese momento.

Cada minuto se hacía eterno, mi vida estaba en manos de un jurado nuevamente. Mi vida se debatía entre años de cárcel o un futuro por fin con Mía, una vida libre, una vida tranquila ahora que Derek no estaba. Tragaba con dificultad de solo pensar que las pesadillas con Derek podían continuar, aún no lograba descifrar mis sentimientos en cuanto al hecho de haberlo asesinado. Jalar el gatillo no era cualquier cosa, ni siquiera lo era si es que hubiera fallado y él no hubiera muerto, me hacía transformarme en un asesino, quisiera o no, ya era un asesino. Dijera lo que dijera la ley, yo ya me sentía un asesino, pero en el fondo seguía sintiéndome como si me hubiera sacado un gran peso de encima.

-Hora de entrar -nos informó alguien que no pude ver, pero si escuchar.

Caminamos hasta la sala de audiencia nuevamente y me quedé con la mirada baja. Mi corazón no paraba de acelerarse más a cada segundo y mi cabeza iba a explotar. El juez comenzó a hablar, cerré los ojos con fuerza como si eso me llevara a otro lugar, mientras que mi mente comenzó a bloquear cada una de las palabras introductoras que estaban diciendo y sentí los latidos de mi corazón hasta en la yema de mis dedos hasta que escuché lo que necesitaba: "Se comprueba legítimamente la defensa" .Abrí los ojos, levante la mirada y miré a mi suegro a mi lado sin entender del todo, él sonrió mirando al juez.

-Se condena al señor Justin Bieber a una pena sustitutiva sujeta a control mensual durante tres años, quedando absuelto desde este mismo momento y considerando su primera vigilancia en los próximos treinta días. Se considera por cerrado el caso y finalizado el juicio.

El juez se puso de pie y se fue de la sala. Miré a mi lado, mi suegro y abogado estaba sonriendo y lo miré confundido.

-¿Estoy libre?

-Libre, con firma mensual durante tres años, pero libre.

-Libre -repetí para mí mismo, intentando asimilarlo.

Ryan fue el primero en acercarse a abrazarme de inmediato, me sentí en shock, no podía creer que todo estaba sucediendo así, todo había salido bien y yo seguía asustado. Me dijeron que tenía que esperar una serie de documentos protocolares para hacer oficial mi salida, pero ya era nuevamente un hombre libre y yo no lo podía creer. Abracé por fin a mi amigo que seguía a mi lado, abracé por fin a Tomás y agradecí a Erick por estar ahí. Miré al padre de Mía, lo miré y lo abracé con fuerza.

Dulce Dolor © #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora