Josué despertó en medio de la penumbra de su habitación, su mente navegando entre los recuerdos y las palabras que había compartido con su tía Patricia. A pesar de las revelaciones, todavía sentía la necesidad de hablar con su abuela, de entender la relación entre su madre, Reynaldo y su propio pasado.
El sol empezó a filtrarse por la ventana cuando Josué finalmente se levantó de la cama. La voz de su abuela resonaba en su cabeza, recordándole su amor y su confianza inquebrantable en él. Sintió gratitud por tenerla en su vida, incluso si eso significaba enfrentar la verdad que había estado oculta por tanto tiempo.
Mientras tanto, María se levantó temprano, sus pensamientos llenos de preocupaciones y deseos de proteger a Josué. El encuentro con Reynaldo la había dejado inquieta, y su mente se debatía entre el pasado y el presente. Aunque deseaba proteger a su nieto, sabía que no podía esconder la verdad para siempre.
María dedicó su día a las tareas en la residencial, pero su mente siempre regresaba a Josué. Recordaba sus palabras y su mirada en la cena de la noche anterior, y su corazón se llenaba de amor y apoyo por su nieto. La incertidumbre del futuro los unía, y María sabía que era hora de enfrentar la verdad.
Josué decidió hablar con su abuela esa tarde. Se sentaron en la sala, la atmósfera cargada de emociones que apenas se atrevían a expresar.
Josué: Abuelita, necesito saber más sobre mi mamá. Sobre Elizabeth y Reynaldo. ¿Por qué mi mamá desapareció? ¿Por qué Reynaldo está de nuevo en nuestras vidas?
María miró a su nieto, sus ojos llenos de cariño y preocupación. Sabía que era hora de desvelar la historia que había estado oculta durante tanto tiempo.
Maria: Josué, es cierto que ha llegado el momento de hablar. Tu mamá, Elizabeth, fue una joven enamorada. Reynaldo, el arquitecto, entró en su vida cuando tenía trece años. A pesar de la diferencia de edad, se sintió atraída por él.
Josué escuchaba atentamente, su corazón latiendo con cada palabra de su abuela.
Maria: Elizabeth y Reynaldo tenían un romance secreto, pero las cosas no eran lo que parecían. Reynaldo tenía una novia y, aunque coqueteaba con Elizabeth, no era sincero en sus intenciones. Elizabeth se ilusionó profundamente, hasta el punto de que su relación llegó a un nivel físico.
Las palabras de María pesaban en el aire, como las piezas de un rompecabezas que poco a poco se encajaban.
Maria: Después de lo ocurrido, Reynaldo la ignoró y la dejó atrás. Elizabeth quedó embarazada y tuvo que enfrentar el desafío de ser madre a tan temprana edad. Se sintió abandonada y despreciada, y eso la llevó a distanciarse de todos nosotros.
Josué asimilaba la información, su corazón palpitando con una mezcla de tristeza y empatía hacia su madre.
Josué: Entonces, ¿Reynaldo es mi padre biológico?
Maria: Sí, Josué. Eres hijo de Elizabeth y Reynaldo. Tu abuela y yo decidimos criar a Josué juntas, manteniendo su identidad en secreto para protegerte.
Las lágrimas se acumulaban en los ojos de Josué mientras procesaba lo que había escuchado. La complejidad de su historia familiar se desplegaba ante él, y aunque había dolor y sorpresa, también había una sensación de comprensión y conexión.
Josué: Abuelita, ¿por qué nunca me lo dijeron?
Maria: Pensamos que era lo mejor para ti, Josué. Queríamos protegerte de la verdad y permitirte crecer en un ambiente amoroso y estable.
Los dos se abrazaron en silencio, compartiendo el peso de las emociones que habían emergido. La verdad finalmente había salido a la luz, y Josué se sentía agradecido por la sinceridad de su abuela.
Esa noche, mientras Josué reflexionaba en su habitación, supo que el camino hacia la aceptación y la sanación no sería fácil, pero estaba determinado a enfrentarlo. A medida que se acostumbraba a la idea de su verdadera ascendencia, encontraba consuelo en saber que tenía el amor y el apoyo incondicional de su abuela a su lado.
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El secreto de Josue
Teen Fiction"El Secreto de Josué" nos sumerge en la vida de un joven apuesto e ingenioso llamado Josue Castillo, cuyo hogar se ubica en las afueras de una tranquila residencial. Allí, su abuela María se ocupa de las labores del hogar con dedicación. Sin embargo...