María estaba sumida en la inquietud."Por favor, hijo, mantén la calma", le dijo a Marcelo con voz temblorosa. "Háblales, pero no te alteres. No quiero que tu madre se dé cuenta."
Marcelo frunció el ceño, desconcertado. "¿Darme cuenta de qué?"
"De que tenemos un hermano, y tú no lo sabes", susurró María con urgencia. "Tu madre tenía la intención de decírtelo, pero no en este momento. Guárdalo como un secreto, al menos hasta que ella te lo cuente, y yo te revelaré todo."
Marcelo miró a su abuela, confundido y ansioso. "Reaccionaré de manera madura, abuela, pero necesito saber todos los detalles."
María asintió comprensivamente. "Sí, hijo, te contaré todo. La historia es así..."
Josué miró a Johanne con expectación. "Mañana, después de las clases, me quedaré contigo. Espero que tengas algo de ropa que me pueda prestar para ir a clases al día siguiente."
Johanne sonrió dulcemente. "Si te gustan los atuendos formales, no te preocupes. Todo estará bien."
Josué rió. "Deberías tener algo por ahí. Si no, simplemente llevaré mi ropa, aunque mi mochila estará llena."
"Te daré algo", aseguró Johanne con cariño.
María compartió la historia con Marcelo, quien comenzó a llorar.
"¿Mi mamá realmente hizo eso?", preguntó Marcelo incrédulo. "No puede ser. Abuelita, ¿me estás diciendo la verdad?"
María le sostuvo la mirada. "Hijo, no mentiría sobre esto. Vine a contártelo porque también quería conocerte."
Las lágrimas llenaron los ojos de Marcelo. "Entonces, tengo un hermano en Nicaragua. Quiero conocerlo. Por lo que dices, parece ser una persona increíble."
"Josué siempre fue especial para mí", confesó María con nostalgia. "Di todo por él, y sigue esforzándose en la universidad."
Marcelo se recompuso. "Quiero conocerlo, no importa su orientación sexual. Es evidente que es un ser humano maravilloso."
María se preocupó. "Tu madre no planea llevarte a Nicaragua cuando regrese. No tienes idea de eso."
Marcelo se mantuvo firme. "Mi madre me lo contará pronto, y conoceré a mi hermano. No te preocupes, abuelita. Mantendré tu secreto."
Abrazó a María con fuerza.
Mientras tanto, Josué y Johanne caminaron hacia la casa de Neftalí. Johanne compartió su entusiasmo. "Amor, estoy ansiosa por mañana. Quiero estar a solas contigo."
Josué la miró con cariño. "Hemos tenido tiempo para nosotros, pero entiendo tu deseo."
Al llegar a la casa, se sorprendieron al encontrar a Idania y Guissel allí.
Josué saludó amigablemente. "¡Hola, chicas! ¿Cómo están?"
Idania respondió juguetonamente. "¡Hola, amigo de los ojos lindos! ¡Ha pasado mucho tiempo!"
Guissel se unió al saludo. "Hola, ¿cómo estás?"
Josué respondió con una sonrisa. "Estoy bien. ¿Qué las trae por aquí?"
Idania explicó. "Vine a ver a un gatito enfermo y aproveché para recetar algo."
Guissel agregó en tono ligero. "Y yo solo la acompañé. Estaba aburrida en casa."
Idania bromeó. "Guissel, no empieces. Le hace falta un marido."
Neftalí intervino. "No hay problema en que estén aquí."
Johanne se presentó. "Soy Juan, pero pueden llamarme Johanne."
Guissel se sorprendió al saber sobre Josué. "¿En serio? ¡Oh, qué mal!"
Josué rió. "No te preocupes, Guissel."
Las risas llenaron la casa mientras la conversación continuaba.
Mientras tanto, en la habitación, María continuó compartiendo la historia de Josué con Marcelo.
Marcelo estaba emocionado. "Es un chico increíble, abuela. Lamento mucho lo que pasó."
María miró a Marcelo con tristeza. "Lo protegí tanto, pero lo dejé solo esa vez, y sufrió daño. Desde entonces, nunca fue el mismo."
Marcelo comprendió. "Cualquiera podría entenderlo, abuela. Quiero conocerlo de verdad. Soy adulto ahora."
María sonrió suavemente. "Marcelo, también quiero que lo conozcas. Pero espera a que tu madre te lo cuente."
Louis estaba solo en su habitación, atormentado por los recuerdos con Yasser.
"Todo lo que hice por ti, y guardamos este secreto", murmuró Louis con tristeza. "Desde que José nos encontró en los vestidores, todo se derrumbó."
En un flashback, Yasser y Louis se besaban en los vestuarios, cuando José los descubrió.
José se burló. "Vaya, vaya, creí que eran machos de verdad. ¿Qué pasa aquí?"
Yasser trató de explicar. "José, esto no es lo que parece."
José los miró con sarcasmo. "Está claro que los vi besándose."
Louis suplicó. "José, por favor, nadie debe enterarse."
José sonrió pícaramente. "No diré nada, pero, ¿quién es el activo y quién el pasivo?"
Yasser abandonó los vestuarios, dejando a Louis preocupado.
Louis se lamentó. "Después de eso, todo cambió. Te perdí en una semana. Nunca sabré quién te lastimó."
Las lágrimas brotaron mientras Louis recordaba los días dolorosos.
Al día siguiente, Josué esperaba con ansias el final de las clases, ya que pasaría todo el día y la noche con Johanne.
Saraí lo notó. "Pareces muy feliz hoy, amigo."
Josué asintió con una sonrisa. "Sí, pasaré la tarde y la noche con mi novio."
Saraí bromeó. "¿Habrá acción, tal vez?"
Jos ué rió, negando con la cabeza. "No exactamente, Saraí."
Mientras tanto, Nadir pasó por el pabellón de Neftalí. Neftalí lo llamó.
"¡Nadir, espera!" exclamó Neftalí.
Nadir se detuvo. "¿Qué pasa?"
Neftalí expresó su preocupación. "No he sabido nada de ti. Solo quería asegurarme de que estás bien."
Nadir respondió casualmente. "Sí, bien. Muy ocupado con la tarea, ya sabes."
Neftalí no estaba convencido. "¿Y qué hay de Josué? ¿Cómo va su relación?"
Nadir sonrió. "Me alegra que esté bien. Juan parece cuidarlo mucho. Es un buen chico."
Neftalí no pudo evitar preguntar. "No quiero entrometerme, pero es extraño verte alejado sin razón aparente. ¿Tienes algún sentimiento por Josué?"
Nadir pareció incómodo. "Nos vemos después, Neftalí. Me voy."
Neftalí lo detuvo. "Espera un momento. Algo en tu comportamiento es extraño. ¿Tienes sentimientos por Josué?"
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El secreto de Josue
Fiksi Remaja"El Secreto de Josué" nos sumerge en la vida de un joven apuesto e ingenioso llamado Josue Castillo, cuyo hogar se ubica en las afueras de una tranquila residencial. Allí, su abuela María se ocupa de las labores del hogar con dedicación. Sin embargo...