**Capitulo 10:Vínculos Revelados: Entre Sombras y Expectativas**

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Los días de secundaria estaban llegando a su fin, y Josue experimentaba una mezcla de alegría y emoción al enfrentar la perspectiva de la universidad. Al finalizar las clases, Josue se despidió de sus amigos Nadir y Raquel, y se encaminó a su hogar, donde lo esperaba su abuela, doña Maria. Sin embargo, el trabajo de doña Maria en la residencial la retenía, dejando a Josue esperando con ansias su regreso.

Mientras realizaba sus labores, las palabras de su hija resonaban en la mente de Maria, haciéndola derramar lágrimas de dolor y tristeza. Reflexionaba sobre cómo había criado a Elizabeth y lo que había compartido con ella, lamentando el corazón endurecido de su hija.

El día avanzaba y, al fin, Josue llegaba a casa. Se quitó el uniforme escolar y se dirigió a casa de Neftalí. La conversación giró en torno a la universidad y al próximo año académico. Era diciembre, y la promoción estaba a la vuelta de la esquina.

Josue: (entusiasmado) Sí, amigo, estoy preparado. Tengo esperanza en clasificar.
Neftalí: (alentador) No tengo duda de que lo lograrás. La universidad es una experiencia distinta, prepárate para lo que viene.
Josue: (agradecido) Gracias, Neftalí. Espero verte en los ratos libres.

El tiempo pasó y los días se deslizaron. Josue finalizó las clases, quedando a tres días de la ansiada promoción. Con la ayuda de Neftalí y su abuela, Josue logró conseguir la toga y la ropa para el evento. Maria desempeñó un papel fundamental en este proceso, obsequiándole un vestido, un collar de perlas y unos aretes. Además, doña Lidia le proporcionó unos zapatos de tacón para completar su atuendo.

Finalmente, el día de la promoción llegó. Josue y Maria estaban listos para el evento. Josue lucía elegante, vistiendo una camisa de botones, pantalones café y zapatillas azules regaladas por Neftalí. Al llegar al colegio, la emoción en el ambiente era palpable.

Los estudiantes desfilaron mientras los padres observaban con orgullo. Josue recibió un reconocimiento por su excelencia académica y participó en los actos de talento y discursos. Llegó el momento culminante: la entrega de diplomas. Maria y Josue se miraban con complicidad y emoción, compartiendo un lazo de alegría.

Josue: (a Maria) Lo logramos, mamita. Esto es solo un paso en mi camino.
Maria: (emocionada) Estoy tan orgullosa de ti, Josue.

Josue fue llamado para recibir su diploma. Caminó con determinación, acompañado de su abuela. Al recibirlo, sentía una mezcla de felicidad y gratitud. Maria lo abrazó con fuerza, y Josue compartió su emoción.

Tras la ceremonia, el festejo continuó en casa de Neftalí. Maria y Josue compartieron un momento especial, rodeados de afecto y amistad.

Socorro: (sonriente) Felicidades, Josue.
Josue: (agradecido) Muchas gracias. No esperaba esto, de verdad.
Neftalí: (comprensivo) Lo organizó mi mamá y la abuela de Josue. Lo merecías, amigo.
Josue: (agradecido) Gracias a ambos.

La comida, las risas y las conversaciones llenaron la noche. Cuando Josue y Neftalí salieron a caminar, Maria y Socorro se quedaron conversando en la habitación de Josue. Una computadora portátil y una conexión a Facebook cambiaron el curso de los acontecimientos.

Socorro: (disculpándose) Lo siento, doña Maria, pensé que sería una sorpresa agradable.
Maria: (tranquilizándola) Está bien. Ver a mi hija después de tanto tiempo fue un regalo. Aunque su reacción fue fría, lo aprecio.

Mientras tanto, Josue y Neftalí compartían sus reflexiones.

Josue: (reflexivo) Me siento feliz por lo que hemos logrado.
Neftalí: (compañero) Lamento no haber estado en tu promoción. Espero que lo entiendas, todo fue para tu sorpresa.
Josue: (comprensivo) Claro, amigo. La próxima semana estaré en tu graduación, eso es lo importante.

El día terminó en la tranquilidad del hogar de Neftalí. Maria y Josue regresaron a casa, exhaustos pero llenos de gratitud por el día que habían compartido.

Maria: (conmovida) Gracias por todo, Josue. Estoy orgullosa de ti.
Josue: (sonriendo) Gracias a ti, mamita. Esto es solo el principio.
Maria: (emocionada) Lo sé, mi niño.

En el silencio de la noche, el cansancio los abrazó mientras cerraban los ojos, dejando que el peso del día se desvaneciera en el abrazo del sueño.

El secreto de Josue Donde viven las historias. Descúbrelo ahora