Y allí yacía, postrado en el suelo, mientras a mi alrededor la frenética actividad de la gente se convertía en un torbellino de caos. Johanne, mi amado, me miraba con ojos llenos de lágrimas, su voz clamando desesperada por ayuda. En medio de mi vulnerabilidad, Neftalí, mi fiel amigo, marcaba el número de una ambulancia, sus palabras resonando en la distancia.
Mientras yacía en el suelo, con la vida colgando de un hilo, mi mente se sumía en un torbellino de pensamientos. ¿Era este el triste desenlace de mi lucha? ¿Había sido en vano todo lo que había enfrentado? En esos momentos, mi única plegaria era un susurro al cielo, esperando que la divina misericordia se extendiera hacia alguien como yo. Sabía que en el reino celestial, seres como yo éramos juzgados, pero, ¿merecía realmente la tierra mi presencia?
Durante toda mi vida, mi amor por alguien de mi mismo sexo nos convirtió en parias en la sociedad. Nos vimos repudiados, señalados con dedos acusadores. Pero nunca pude entender por qué el mundo parecía tolerar a ladrones, violadores, asesinos y adictos sin el mismo escrutinio y condena. En el fondo de mi alma, creía que tal vez mi existencia no tenía cabida en este mundo.
Mi vista se desvanecía lentamente mientras mi sangre se escapaba de mi cuerpo herido. Observaba el rostro angustiado de Johanne, sus ojos revelando el miedo que se apoderaba de él, el dolor que lo consumía. Y mientras me volvía hacia los rostros llorosos de quienes me rodeaban, me preguntaba si, en mi último aliento, tendría la oportunidad de reflexionar sobre mi vida y lo que significaba.
Y así amaneció mi vigésimo cumpleaños, una mañana que prometía la entrada a una edad adulta. Compartía la cama con Johanne en un hotel, el amor de mi vida a mi lado, nuestros corazones latiendo al unísono al despertar.
Johanne: Siempre te ves encantador durmiendo.
Josué: No puedo evitar sentirme afortunado al amanecer a tu lado, con la persona que amo.
Johanne: Aunque debemos volver a Managua para tu sorpresa de cumpleaños.
Josué: Está bien, mi amor.
Johanne: Lo de anoche fue especial.
Josué: Me siento igual, después de tanto tiempo, finalmente soy completamente tuyo.
Johanne: Oh, mi amor, ¿si continuamos así, estarás más tiempo conmigo?
Josué: Lo deseo, pero comprendo que tu universidad te demanda mucho.
Johanne: Sabes que es así, pero quizás podamos disfrutar un poco más.
Josué: ¿Nos bañamos juntos o separados?
Johanne: Juntos, por supuesto. A partir de ahora, todo es juntos.Entramos en la ducha y compartimos un momento íntimo y romántico. Luego nos preparamos y emprendimos el camino de regreso a Managua.
Mientras tanto, en Managua, en casa de Neftalí, la preparación para mi sorpresa de cumpleaños estaba en pleno apogeo.
Neftalí: ¡Marcelo!
Marcelo: Estoy haciendo todo lo posible.
Neftalí: Aún esperamos a los invitados; intentemos mantener la calma.
Marcelo: Tranquilízate, amigo. Todo saldrá bien.
Neftalí: Raquel vendrá a ayudarnos.
Marcelo: Perfecto, sigue adelante.
Samantha: Déjame de regañar a mi novio y ayúdanos.
Neftalí: Samantha, por favor.
Antoine: Por favor, cuñado.
Neftalí: Todos a trabajar.Raquel finalmente llegó.
Raquel: Hola a todos.
Neftalí: Te tomó tiempo llegar.
Raquel: Me perdí un poco, pero preguntando encontré el camino.
Neftalí: Bien, ayúdame a inflar los globos y colócalos.
Raquel: De acuerdo.Idania y Guissel se unieron a la preparación.
Idania: Hemos llegado y traído todo lo que pediste.
Guissel: Aquí está el cartel de "Happy Birthday".
Neftalí: Gracias, ahora ayúdenme a decorar.Doña Socorro estaba en la cocina, ocupada en la preparación de la comida.
Socorro: Hijo, la comida está lista.
Neftalí: Todos amarán tu comida, mamá. El pollo con jalapeño será un éxito.El tiempo pasó rápidamente y, antes de que nos diéramos cuenta, ya era de noche. Continuamos celebrando con alegría, compartiendo risas, bailes y algunas bebidas.
Neftalí fue a la cocina y se encontró con Raquel.
Neftalí: ¿Sabes algo de tu ex, José?
Raquel: No, solo sé que regresó de España hace una semana y está en el país.
Neftalí: No tenía idea. Debo ir con Josué.La fiesta continuó, y mientras yo bailaba con Juan, mi mundo giraba en torno a él.
Johanne: Mi amor, todo salió perfectamente hoy.
Josué: Sí, mi amor, este ha sido el mejor cumpleaños de todos.Sin embargo, la felicidad se vio empañada por un oscuro giro del destino. Una persona sospechosa, vestida de negro, irrumpió en la residencial y avanzó decididamente hacia nosotros.
Seguía bailando, ajeno a lo que estaba por suceder, cuando de repente, dos disparos resonaron en la sala. Mi cuerpo se retorció de dolor y caí al suelo, sumido en la confusión y el terror de todos los presentes.
Mi mente se nubló mientras la vida se escapaba de mí. Todos a mi alrededor lloraban y gritaban. Mis pensamientos se volvieron confusos y, mientras luchaba por respirar, reflexionaba sobre mi vida y las personas que habían marcado mi camino.
Mi mente divagó por los recuerdos: Neftalí, mi mejor amigo, quien había hecho tanto por mí; Marcelo, mi hermano, aunque tarde, había encontrado un lazo fraternal con él; papá, quien había entrado en mi vida en el momento justo; y mi madre, que nunca me dio la oportunidad de amarla, pero esperaba que algún día nos encontráramos.
Finalmente, mis pensamientos se centraron en Johanne, el amor de mi vida, quien había entregado todo por mí. Lamenté profundamente que dos personas hubieran perdido la vida en su esfuerzo por ayudarme y esperé que Dios las recibiera en su gloria.
Mi vida había sido una montaña rusa de experiencias, pero no tenía arrepentimientos. Me sentía agradecido por haber tenido la fuerza para seguir adelante y, en mi último aliento, deseé que aquellos que quedaban encontraran el valor para perseguir sus sueños y nunca se rindieran.
Así llegó mi despedida, mi secreto revelado. Espero que todos los que sigan vivos puedan cumplir sus sueños y encontrar la fuerza para enfrentar cualquier desafío. A pesar de las adversidades, logré llevar una vida plena. Ahora, me preparo para mi último viaje.
Fin .
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El secreto de Josue
Ficção Adolescente"El Secreto de Josué" nos sumerge en la vida de un joven apuesto e ingenioso llamado Josue Castillo, cuyo hogar se ubica en las afueras de una tranquila residencial. Allí, su abuela María se ocupa de las labores del hogar con dedicación. Sin embargo...