Capitulo 6: Sombras de Intriga y Miradas en la Residencial.

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Domingo abrazado por la tranquilidad, María permanecía en su hogar junto a Josue. La mente del joven se debatía entre visitar a Neftalí o quedarse. Antes de aventurarse, dejó todo en orden y se adentró en la residencial. En el trayecto, pensaba en Nadir y en la noche pasada, cuando sus cuerpos se encontraron abrazados en un sueño profundo.

Al llegar, las dudas dieron paso a Neftalí, un amigo de antaño, quien lo recibió con una sonrisa en su rostro. El hogar estaba vacío, sus padres ausentes. Con una taza de conversación, se sentaron en el sofá.

"Jugué videojuegos con un compañero ayer", confió Josue. Neftalí, curioso, inquirió sobre la identidad de este amigo. "Se llama Nadir", respondió Josue, explicando su temprana salida de clases y la visita. Narró cómo Nadir lo había defendido de los matones y cómo se quedó a dormir, abrazados mientras dormían.

"¿Y sientes algo por él?", cuestionó Neftalí. Josue negó, afirmando que Nadir era solo un amigo. Mencionó la amabilidad de Nadir y cómo este lo ayudó. Hablaron sobre las becas universitarias y Josue ya saboreaba el éxito. "Ya siento ese olor a aprobado", bromeó.

Una interrupción llamó su atención: Reynaldo, el arquitecto, informaba sobre un corte eléctrico. Sus ojos se encontraron en un silencio intenso. Reynaldo alabó los "lindos ojos" de Josue, generando incógnitas en su mente.

Los amigos retomaron la conversación, pero Josue permaneció inquieto. La incertidumbre sobre los comentarios de Reynaldo lo perturbaba. Sus ojos de tono amarillo verdoso y cabello castaño claro eran herencia de sus padres, pero las palabras de Reynaldo lo inquietaban.

De regreso en casa, María partió para planchar en casa de Doña Regina. Encontró a Reynaldo, quien indagaba por el "chico de ojos gato". María reconoció a Josue como su hijo, dejando a Reynaldo intrigado por la familiaridad que percibía.

Cuando María regresó, cuestionó a Josue sobre Reynaldo. El chico narró el extraño encuentro, mencionando las preguntas inusuales del arquitecto. La noche cayó, y Josue volvió a pensar en las palabras de Reynaldo, mientras su mente navegaba entre recuerdos de su familia.

La mañana siguiente trajo consigo la rutina escolar. Josue, preparado para el día, compartió un efusivo abrazo con Nadir, cuya suspensión había terminado. En medio de la clase, la presencia de José y sus amigos, Antonia y Luis, inquietaba el aula. Sin embargo, el maestro apareció, restableciendo la paz en el aula.

El secreto de Josue Donde viven las historias. Descúbrelo ahora