**Capitulo 15: Encuentros en el Centro Comercial**

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El momento incómodo en la llamada con Elizabeth dejó a Doña Socorro y Doña María inquietas, pero trataron de ocultar sus preocupaciones. Doña Socorro colgó la llamada y Doña María explicó de manera vaga que se trataba de una mujer que buscaba trabajo para lavar ropa. Josué, algo confundido pero tratando de no indagar, decidió bajar con Neftalí para concentrarse en sus tareas.

Neftalí: (curioso) ¿Qué pasaba arriba? Parecían inquietas.
Josué: (pensativo) Sí, mi abuela y tu mamá actuaban extrañas. Fue como si hubieran visto algo sorprendente.
Neftalí: (tranquilizador) No le des muchas vueltas. Seguro fue solo un malentendido.

Mientras tanto, en su conversación privada, Doña María y Doña Socorro hablaron sobre el secreto que rodeaba a Josué y su verdadera identidad.

Maria: (preocupada) Gracias, Socorro. Lo que me preocupa es lo que estás ocultando de Neftalí. Tarde o temprano, tendrá que saber la verdad.
Socorro: (preocupado) Lo sé, pero por ahora no es el momento adecuado. Primero, debemos convencer a Elizabeth de aceptar a su nieto antes de enfrentar la verdad.
Maria: (dubitativo) Entiendo, pero es difícil. Siento que estás escondiendo algo importante y eso podría dañar la confianza entre nosotros.
Socorro: (apenado) Lo sé, María. Pero, por favor, dame tiempo. Prometo que se lo diré a Neftalí cuando sea el momento correcto.

Mientras tanto, abajo, Josué y Neftalí hablaban del extraño comportamiento de sus madres.

Neftalí: (distraído) No sé, Josué. Dejemos eso atrás y concéntrate en tus tareas.
Josué: (dubitativo) Tienes razón, Neftalí. No ganamos nada especulando.

En casa de Johanne, mientras tanto, él compartía sus encuentros con su tía Betza, quien le aconsejó ser cauteloso en sus relaciones.

Betza: (preocupada) No todos son confiables, Johanne. Mantén tu vida privada en secreto y no te abras demasiado rápido.
Johanne: (asintiendo) Lo sé, tía. Con Josué quiero ir despacio y conocerlo más antes de revelar mucho.
Betza: (aprobatorio) Eso es lo mejor. Cuídate y recuerda que solo con el tiempo sabrás si alguien es realmente confiable.

La mañana siguiente, Josué llegó a la universidad, emocionado por su próximo encuentro con Johanne. Lo encontró esperándolo cerca del pabellón.

Johanne: (sonriendo) Hola, Josué. Sorpresa, ¿verdad?
Josué: (igualmente sonriendo) ¡Hola, Johanne! En efecto, no esperaba verte tan temprano.

Mientras charlaban, Antoine apareció para anunciar una fiesta para los nuevos ingresos.

Antoine: (entusiasta) ¡Chicos, no se pueden perder la fiesta de bienvenida para los nuevos ingresos! Se llama la "Fiesta de Pelones".
Josué: (intrigado) ¡Nunca he estado en una fiesta! ¿Qué tal si voy?
Neftalí: (animando) ¡Yo también iré! Debe ser divertido.
Saraí: (apoyando) Yo asistiré también. ¡Hay que disfrutar!

La noticia emocionó a Josué, quien quería experimentar algo nuevo. Aunque nervioso, aceptó la invitación de Johanne a almorzar y se despidió de sus amigos.

Josué: (nervioso) Neftalí, iré a almorzar con Johanne. Luego regreso para hacer las tareas.
Neftalí: (sonriendo) No te preocupes, Josué. Disfruta tu almuerzo y nos vemos después.

Mientras tanto, José llegó al centro comercial con la esperanza de reconciliarse con Raquel, pero se sorprendió al ver a Josué con Johanne. Sintió una pizca de envidia y decidió tomar una decisión impulsiva.

José: (frunciendo el ceño) ¿Josué está aquí con Johanne? Qué casualidad.

Josué y Johanne, sin percatarse de José, continuaron su almuerzo y charla. Johanne le preguntó sobre sus rutinas y gustos.

Johanne: (interesado) ¿Qué haces cuando llegas a casa?
Josué: (tímido) Por lo general, hago mi tarea y, a veces, leo libros o juego videojuegos con Neftalí.
Johanne: (comprensivo) Entiendo. Yo suelo llegar solo para estudiar. Mi carrera no es fácil.

La conversación fluía entre ellos mientras compartían sus experiencias y expectativas. Josué disfrutaba de la compañía de Johanne, pero su inocencia e inexperiencia dejaban una huella visible.

Johanne: (sonriendo) Me encanta verte emocionado. Parece que esto es nuevo para ti.
Josué: (sonrojado) Sí, es verdad. No frecuento lugares como este. Estoy disfrutando mucho.
Johanne: (amistoso) Me alegra que lo estés pasando bien. ¿Quieres dar una vuelta por el centro comercial después de comer?
Josué: (emocionado) ¡Claro! No tengo problema en quedarme un rato más contigo.

Mientras tanto, José observaba a Josué con envidia desde la distancia. Sintió una necesidad de causar problemas y decidió.

El secreto de Josue Donde viven las historias. Descúbrelo ahora