GIANELLA. // Darkiel. [TERMINADA]

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GIANELLA.
17 de Agosto 2011, Lares (Puerto Rico).
Camino hasta clase de literatura un poco molesta y ofuscada por el problema que tuve con una tipa hace unos instantes. Siento que actué bastante impulsiva en el comedor pero es que esa tipa ya me estaba calentando y... Tenía unas ganas de darle sus cuantos golpes para que le baje.

Entro al salón y la maestra comienza a meter prisa para que nos sentemos con nuestro compañero y cómo no, por supuestas casualidades de la vida, sí, Omar es mi compañero de literatura.

- Rápido, rápido. -apresura la maestra de pie en el umbral de la puerta-

- Acho, cógelo suave. -digo, pero al parecer, y para mi suerte, no me oyó-

- Siéntense con su compañero. -sigue metiendo prisa-

Entro al salón y veo a Omar ya sentado en la mesa.

Guafia'o.

Dejo la mochila en el piso y me siento en mi puesto.

El lugar huele a perfume masculino.

¿Es de él? ¿O de los demás?

Se sentía como si su olor resaltaba entre el de los demás.

Diablo, chico, te echaste to' el frasco de perfume encima.

La maestra escribe cuatro géneros literarios en el pizarrón y todos nos callamos.

- Aquí tengo cuatro géneros literarios distintos. -dice ella subrayando las palabras con la misma tiza blanca- Novela negra, ciencia ficción, fantasía y romance. Cada uno, por favor, escoja un género. No es necesario que sea un genero pactado con su compañero ya que quiero oír los porqués de las diferentes elecciones y así después decidir un genero por pareja. ¿Entendido?

Comienza a preguntar de mesa en mesa viendo cómo la mayoría de parejas escoge los mismos géneros.

Cuando llega a nuestra mesa, decido ser la primera en hablar adelantándome a cualquier elección que Omar haya hecho.

- Fantasía. -digo animada-

Omar ni siquiera hizo una simple mueca en contra o a favor de lo que yo dije si no que, con tono aburrido y sin importancia, dijo:

- Novela negra.

Era bastante evidente que escogería uno distinto para molestarme. Le gusta verme molesta, ¿o qué?

La maestra, satisfecha, pregunta:

- ¿Por qué fantasía, Señorita Acosta?

No sé qué decir por lo que solo me encojo de hombros.

- Me gustan las peleas, los dragones y todos los personajes fantásticos que incluye este genero. -me limito a responder-

- ¿Por qué la novela negra, señor Hernández? -pasó a preguntarle a Omar-

- Es muy real y la intriga hace que el lector se mantenga activo por la intriga. Es fuera de lo normal y a veces lo que uno cree que puede ser, no es. -dice- O si no, más simple, como lo dijo mi compañera, me gustan los asesinatos.

- ¿Real? -pregunto frunciendo el ceño-

Ridículo.

Niego con la cabeza y miro a la maestra con una divertida sonrisa.

- La lectura ha de ser diversión, un escape, aventura... -digo- La realidad es cruda, dura, asfixiante y limitativa. Yo no leo buscando un libro que sea real. No tiene sentido si ya tenemos que bregar con eso todos los días. Es cerrada. Si te dice que algo es verde, tiene que ser verde porque sí. ¿Y si yo quiero que sea rojo? Si leo es para por lo menos escapar de todo, aunque sea solo un rato.

Las chamacas del salón asintieron concordando con mi reflexión.

Un par de muchachos se mordieron el labio, asquerosos.

La maestra se veía muy complacida.

Y la cara de Omar era de no creérselo.

- Bueno. -asintió la maestra- Tal vez, el señor Hernández, debería darle una oportunidad a la lectura de su compañera. El género para este grupo será 'fantasía'. -dice y luego se dirige de manera general- Quiero que  para mañana elijan un libro de cada género que les gustaría leer y ahora apunten las citas que voy a escribir en la pizarrón.

Agarro mi cuaderno muy complacida y apunto las citas.

Veo que Omar recoge todas sus cosas rápidamente para irse de allí cuando la campana suena, pero cuando está a punto de irse, lo detengo.

- ¿Qué libro vamos a leer? -pregunto mientras guardo mi cuaderno-

- No sé, tu eres la que sabe. -dice desagradablemente, está molesto-

- Puedo recomendarte alguno si prefieres leer antes que enfogonarte. -digo-

- Yo no estoy enojado. -replica frunciendo el ceño-

Sonrió de lado mientras agarro mi mochila y me paro de la silla.

- Eres insoportable. -digo sin borrar mis sonrisa-

- Y tú más creída de lo que cualquier persona podría aguantar. -dice-

Nuestras miradas se encontraron desafiándose.

Los alumnos iban saliendo del salón y se nos quedaban mirando.

- Mejor pon los pies sobre la tierra. Estás volando muy alto y cuando caigas te puedes hacer mucho daño.

Eso me sonó a amenaza y más por el tono bajo y violento con el que lo dijo, pero no me afectó.

Él es estúpido, por lo tanto, todo lo que sale de su boca también lo es.

- No sabes con quién te estás metiendo, chamaquita. -dice-

- ¿Así es cómo me amenazas? -pregunto burlándome con la barbilla elevada-

Rueda los ojos y chasquea la lengua bastante cansado con esta discusión.

- ¿Qué libro vamos a leer? -pregunta-

- Mañana traigo alguno y te lo presto. -respondo-

- Bueno. -dice antes de irse-

Que bien.