GIANELLA. // Darkiel. [TERMINADA]

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GIANELLA.
12 de Mayo 2012, Lares (Puerto Rico).
Como cada día, entro a mi salón y me siento en mi sitio.

- Pónganse con sus respectivas parejas y sigan con sus TDI. -dice la maestra-

Miro a Omar y le sonrío.

- Ven. -le digo estirando mi brazo-

Junta nuestros pupitres y apoya su cabeza en mi hombro.

- No sabes lo mucho que extraño pasar las tardes contigo. -dice-

No, él no tiene ni idea de nada de lo que está ocurriendo en estos momentos.

No he tenido las agallas de decirle que mi papá nos descubrió y que, en menos de un mes, me voy.

Simplemente le dije que estoy trabajando para cuando vivamos juntos y que se me dañó el cel.

- Lo sé, baby, pero sabes que es por nuestro bien. -respondo sacando los libros-

- ¿Puedo ir hoy a tu casa? -pregunta- En serio, extraño estar a tu lado, aunque sea durmiendo.

Pone su mano sobre la mía pero me quito lo más delicadamente posible y parto la mirada.

- Bueno, y entonces...

•••

Al ritmo de Wisin y Yandel veo a los niños del caserío jugar, ajenos a todo lo que ocurre a su alrededor.

- Hay pasto, perico, pali', perco'... Dale papi, que yo sé que a ti te pica la nariz, dale. -oigo a Limberth- ¡Dale, viene, viene, que estoy afuego!

- Limberth. -lo llamo-

- ¿Qué pasó, mami? -se acerca mordiéndose ligeramente los labios y sobandose las manos-

La verdad es que es super lindo y sexy, y sí, han habido par de besos entre nosotros, pero en el pasado.

- ¿Puedes entrar un ratito? -le pregunto-

- Claro, mami. -sonríe-

Lo hago pasar y cierro la puerta.

- ¿Qué necesitas? -pregunta sentándose con total confianza-

Nos conocemos de siempre, aquí en el case todo el mundo se conoce, y con él hay confianza.

- Necesito que me hagas un gran favor. -digo-

- Lo que sea por ti. -dice sonriendo de lado-

- Necesito que le des una cosa de mi parte a Anthony. -digo-

- ¿Anthony el de la seis cientos? -dice-

- Sí.

•••

- Gracias, Limberth. -digo dejando un beso cerca de la comisura de sus labios-

- De nada, baby, no te preocupes que yo le doy a Anthony. -dice sonriendo-

Nos despedimos y cierro la puerta de mi casa.

A Limberth es tan facil engañarlo... Con un poco de palabreo y ese beso de despedida, conseguí unas palis y pasto, totalmente gratis.

Voy hacia la cocina a buscar un poco de agua y después voy a mi cuarto.

Me acuesto cuando, de pronto, oigo alguien golpear la ventana de mi habitación. Abro la cortina encontrándome con la gran sorpresa de que es Omar. La cierro y voy a la puerta trasera para abrirle.

- ¿Qué... Qué haces aquí? -pregunto-

- ¿Puedo pasar? -pregunta-

- Este... Sí, pasa. -acepto después de suspirar-

Cierro la puerta y camino hacia mi cuarto sin decir ni una sola palabra.

- ¿Qué pasó aquí? -dice mirando mi cuarto-

Hay de todo por el suelo, desde ropa, hasta cristales, pasando por platos con restos de comida y terminando en bolsitas de droga.

Me acuesto en mi cama, sin ganas de hablar.

Se queda viendo todo sin decir ni una sola palabra, y me mira como queriendo preguntar qué fue lo que pasó.

Aparto mi mirada y cierro los ojos.

•••

Despierto por un ruido y, con toda la pereza del mundo, abro los ojos viendo todo mi cuarto limpio y ordenado.

Me levanto de la cama y voy hacia el baño, de donde provino el ruido.

Allí, me encuentro con Omar, quien gira su rostro repentinamente hacia el marco de la puerta con una expresión de asombro y miedo.

- Mala mía si hice mucho ruido. -dice- Te quise preparar un baño, creí que necesitarías relajarte un ratito.

Sonrío enternecida por su gesto y me agacho hasta su altura, ya que está en cuclillas.

Le quito de las manos el envase de jabón y lo coloco en su sitio, para después envolver mis brazos al rededor de su cuello y besarlo.

- Gracias, baby. -digo cuando nos separamos-

- Tómate el tiempo que necesites. -dice poniéndose de pie- Yo ya me voy, no quiero que llegue tu pai y luego se forme un revolú.

- Quédate, él llegará tarde hoy. -digo poniéndome yo también de pie-

- Bueno, entonces te estaré esperando en tu cuarto. -dice-

Después de media hora disfrutando del relajante baño, salgo ya vestida hacia mi cuarto.

Al entrar, me doy cuenta de que Omar se quedó dormido.

Miro el reloj que se encuentra en mi escritorio y, viendo que son las seis, me acuesto a su lado.

- Nunca me dejes. -dice poniendo su cabeza en mi pecho y rodeando mi cintura con sus brazos-

- Nunca te voy a dejar, Omar. -digo acariciando su cabello color negro, con un nudo en la garganta al saber que le estoy mintiendo y que esa mentira, tarde o temprano, saldrá a la luz-

N/A
¡FELIZ NAVIDAD A TODXS!