GIANELLA. // Darkiel. [TERMINADA]

♡ 34 ♡

GIANELLA.
2 de Julio 2016, Los Angeles (EE.UU).
- ¿Vamos bailar? -digo sentada en su regazo mientras lo beso-

- Claro. -dice dándome otro beso- Quiero bailar muy leeento contigo.

- Dije bailar, no tener sexo. -digo dándole un pequeño beso-

- Podemos hacer las dos. -dice sonriendo pícaro-

- ¡ANGELE$! -grita alguien-

Al instante empiezan a llover balas provenientes de todas partes.

- ¡Spooky! -grito con miedo-

La mano de Spooky me coloca detrás de él mientras con la otra dispara a un Angel, justo en el pecho.

Salimos corriendo de la fiesta hacia el carro de Spooky.

- ¿Estás bien? -dice buscando algún impacto de bala en mí-

- Sí, estoy bien. -digo abrazándolo- Odio esto.

- Así es la vida. -dice mientras nos alejamos-

- No la que yo quiero. -digo-

- ¿Qué te pasa? -pregunta molesto- Tú no eres así.

- A veces me gustaría que no tuvieras un objetivo en la espalda. -digo-

- Sabías en lo que te metías conmigo. -dice mientras camina a la puerta del conductor-

- Es solo que...

- ¿Es solo que qué? -pregunta molesto- ¿No quieres estar con un "cholo"? -grita- ¿Por qué estás conmigo si así es cómo te sientes? -pregunta en un tono relajado- Tuviste miles de oportunidades para dejarlo conmigo, ahora no digas que es por Nana.

- Yo no me estoy refiriendo a eso. -digo-

Pone las manos sobre el techo del carro y me mira fijamente.

- Ilumíname. -dice-

- Es solo tu pandilla. -digo-

- Mi familia. -replica severamente-

- La familia no lo es todo. -digo-

- ¿En serio? -dice sarcástico ladeando un poco su cabeza- ¿Es por eso que yo no conozco a la tuya?

- ¿Qué? -digo en un hilo de voz-

- Nunca me has presentado a tu família. -dice-

- Conoces a mi tío y a mi hermano. -digo con los ojos reteniendo lágrimas-

- ¿Y tus papás qué? -pregunta- Hemos estado juntos desde hace más de tres malditos años, eres la mamá de mi niña, ¡eres mi ruca!

- Mi papá no lo entendería. -digo pensando en Omar-

- ¿Te da vergüenza hablarles de mí?

- Omar, ¿¡eres estúpido!? -le grito-

- ¿Qué me llamaste? -pregunta serio-

- Estúpido.

- No, no. -dice- Me llamaste ¿Omar?

- Dije "Oh my...", en serio, eres tan estúpido... -digo-

Empiezo a caminar hacia mi casa muy molesta conmigo misma.

¿Lo llamé Omar?

- ¡Gianella! -oigo a mi espalda-

- ¿¡Qué quieres!? -grito-

- No terminamos de hablar. -dice- Dijiste que tu papá no lo entendería.

Asiento.

- ¿Te avergüenzas de mí? -pregunta serio-

- Eso no es verdad, Spooky, y lo sabes. -digo- ¿Como me voy a avergonzar de ti si hasta mi primera linea de ropa fue inspirada en ustedes?

- ¿Entonces qué es? -pregunta-

- No me llevo bien con mis padres. -digo- Mi papá me mandó acá hace cuatro años para que me alejara de mi exnovio el cual según él era peligroso ¡y no lo era!

- Gianella...

- Es que no lo entiendes. -digo con los ojos llorosos- Él no era la mitad de peligroso de lo que eres tú.

Me mira con curiosidad.

- Toda tu familia pertenece a la ganga de la que tú eres el lider, has estado en la cárcel y has matado a gente. -digo-

- ¿Eso te molesta de mí? -pregunta con miedo-

- ¡No, Spooky! -digo- Nunca te he presentado a mis padres porque ellos están en Puerto Rico. Mi mamá es una drogadicta que se prostituye por droga y mi papá es un prejuicioso que tiene otro hijo, otra mujer, y ahora se las da de religioso. Ellos nunca se han preocupado ni por Jonniel ni por mí. -explico- Si ellos hacen como que no existimos entonces tampoco existen para nosotros.

Me besa transmitiendo la tranquilidad y la paz que siempre me ha dado.

- ¿Vamos a la casa? -pregunta dejando de besarme-

- No, no necesito que me lleves.

- Bebiste demasiado. -dice-

Mi celular suena, dos mensajes de mi papá.

- Hablando del rey de Roma, mi papá. -murmuro- Cuando murió mi tío lo llamé, cuando murió Joey también, pero nunca contestó, y ahora me llama. -digo- No lo entiendo.

- Pues yo sí, lo hace por él, no por ti, quiere limpiar su conciencia. -dice- ¿Desaparece de tu vida y ahora espera que lo recibas con los brazos abiertos? ¿Ahora quiere ser tu padre?

Agacho la mirada.

- Yo no le devolvería la llamada. -dice- No le daría el gusto.

- Tienes razón. -digo- No se lo merece...

De repente, dejo ir el nudo en mi garganta y empiezo a llorar.

- Ven... -dice abrazándome y después besándome- Te amo, mi corazón por siempre.