GIANELLA. // Darkiel. [TERMINADA]

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GIANELLA.
16 de Febrero 2016, Los Angeles (EE.UU).
- Ey, muchachos, ¿qué tal fue todo? -les pregunto cuando llegan al callejón-

- Bueno... -dice Alex bastante desanimado-

- ¿Tuviste que recurrir al plan B? -pregunto haciendo una mueca-

- Ujum...

- Bueno, ya tendrás tiempo para arreglarlo. -digo- Ahora debes preocuparte por lo que va a pasar.

- Hola, nena. -dice Spooky besándome- ¿Cambiaste todo el dinero?

- Sí. -digo mostrando el dinero del bolso de James-

- ¿Qué es eso? -pregunta Alex-

- Ciento cincuenta mil de tus amigos, que nos vamos a quedar. -responde Spooky- Estos ciento cincuenta mil dolares limpios me dieron la idea de darles más dinero sucio a los Angele$.

- No se van a creer que voy con dos cientos pegados al cuerpo. -dice Alex-

- No lo vas a hacer. -digo- Tu llevarás los cincuenta como en un principio quedamos, Spooky llevará el resto.

- ¿Tú? -pregunta mirando a su hermano-

- Llamé a los jefes de los Angeles$ para reunirnos. -dice- Compraré tu protección mientras tú me delatas. 

...

- ¡Les dieron nuestro dinero a los Angele$! -dice James mientras comemos-

- No, les di los que robamos en el banco. -dice Spooky-

- ¡Gracias, Dios! Por un segundo creí que les habías dado nuestro dinero. -dice riendo-

- No, no. -dice Spooky- Es mi dinero, ustedes me lo dieron y ahora es mío.

- Spooky, ¿crees que fue lo correcto darles los billetes sucios? -pregunta Ruben haciendo que yo lo fulmine con la mirada- Si los detienen se darán cuenta de que fuiste tú.

- Ruben, ¿estás insinuando que mi plan es una mierda? -le digo-

- No, pero nos mintieron. -dice-

- Hicimos lo que tanto querían, salvar a Alex. -dice Spooky-

- Si pero no lo sabían antes de adquirir nuestro dinero. -dice James- 

- Pequeño James, será mejor que no hables de lo que no sabes. -digo- Teníamos planeado salvarlo desde días antes de que nos dieran el dinero.

- Nos tendieron una trampa. -replica-

- ¿Cuántas veces más voy a tener que repetírtelo? -dice Spooky- Tu dinero ahora es mi dinero, le pertenece a la familia de mi papá.

- ¡Pero...!

- Tranquilo, sabemos que nos ayudaste. -le digo-

- No me interesa tu agradecimiento, ¡quiero mi dinero! -dice-

- Cociné para ustedes. -dice Spooky-

- ¡Hiciste ceviche! -dice James- Si está crudo no es comida. ¡Vámonos, Ruben!

- Pero... No terminé de comer. -dice el mexicano-

- ¡Ahora!

Ruben me mira y le hago un movimiento con la cabeza dándole a entender que esté tranquilo, que se puede ir.

...

- Salud. -dice Alex mientras bebemos una cerveza cada uno- Gracias.

- No es nada. -dice Spooky-

- No me refiero a la comida. -dice- 

- Yo mejor me...

Dejo la frase por el aire al ver a Alex mirándome suplicante para que me quede con él a modo de apoyo.

- Spooky, no lo digo muy frecuentemente, pero yo...

- Lo sé. -dice él-

- No estoy hecho para esta vida. -dice aclarándose la garganta- Escúchame, por favor. 

- Spook... -le digo-

- ¿Qué?

- No quiero ser una carga para ti otra vez. -dice Alex- Te quiero, hermano pero no soy como tú.

Spooky toma una profunda respiración pero no dice nada, se queda callado.

- Spook, dile lo que sientes, dile todo lo que me dices a mí. -intervengo-

- Gianella, no te metas en esto. -dice-

- Sí me meto, porque los dos me importan y no me gusta verlos sufrir el uno por el otro. -digo-

- No sabes de lo que hablas. -replica-

- Sí, está bien, cometió un error por el que murieron muchos Santos y Joey, pero él no es un asesino, Francisco. 

Como siempre, su expresión seria e inquietante no se borra de su rostro, e igual que antes, no pronuncia ni una sola palabra.

- Spooky.

- ¡Ya basta, Gianella! -dice interrumpiéndome-

- ¡No, no basta! -digo dando un golpe a la mesa- ¿Cuántas veces más quieres que se arrastre, que deje su orgullo buscando el perdón de la única persona a la que más aprecia? No estás actuando bien, Spooky. 

- Gianella, da igual... -dice Alex-

- Cállate. -le digo- Déjalo libre.

- ¿A qué te refieres? -me pregunta Spooky-

- Me refiero a que, o dejas que viva su vida sin tener que estar dentro de los Santos, o hasta acá llegamos tú y yo. -digo dándole un ultimátum- Tú decides.