-Es aqui.-Dice el taxista.- Son diez verdes.-
Elliot saca de su billetera dos de cinco y se los entrega.
-Gracias. Que tengan buen día.-
Eso espero...
-Igualmente.- Contesto.
Elliot abre la puerta, se baja y yo lo imito. Cierra la puerta y el taxi se va. Miro la gran casa blanca de dos pisos y barda que hay frente a mi.
Elliot silba.
-Vaya. Tus padres tienen una muy buena casa.-
Pongo los ojos en blanco.
-Debí citar a Alessa en otra parte.- Digo entre dientes.
-Ey...-Me abraza.- Tarde o temprano tienes que arreglar las cosas con tus padres.- Me suelta y me sonríe.
-Oh.-Me cruzo de brazos.- ¿Así como tú?.- Frunce el ceño.
-Yo no tengo problemas con mis padres.-Enarco ambas cejas.- Esta bien. Sí, huí lo sé. Pero, no quede tan mal con ellos como tú.-
Lanzo un suspiro exagerado.
-¿Sabes que?. Mejor dame un beso y callate.-
Sonríe. Se acerca y me da un beso corto en los labios.
-¿Mejor?.- Pregunta. Me encojo de hombros.
-Eh estado mejor.-Suspiro.- Mejor hay que tocar antes de que me arrepienta.- Camino a la puerta.
-Ok. Quiza sí me esperas.-Dice en voz baja pero aún asi lo escucho.
Me giro. Le saco la lengua y me voy contoneando las caderas más de lo necesario. Siento sus manos rodeando mi cintura, me levanta y me da vueltas. Reímos.
-¡Elliot! ¡Elliot, bajame!.- Chillo.
Me baja y me gira para quedar frente a frente con él.
Sonrío abiertamente y lo beso.
-¿Que te parece si mejor regresamos al hotel?.- Digo con la voz más seductora que puedo.
-Claro.- Me da un beso en la frente.Festejo mentalmente. Fue tan...- Ya después de ver a tus padres, nos vamos al hotel.-
Ya lo suponía. Lo miro con cara de pocos amigos.
-No dejarás que me libre de esta, ¿verdad?.-
-Lo siento, pero no. No venimos hasta Florida para que un timbre te gane, ¿o sí?.- Intenta poner cara seria, pero fracasa. Sabe lo que esta haciendo.
Corto la poca distancia que hay. Me detengo frente al timbre.
Respira hondo... tu puedes. Tu puedes.
Toco el timbre. Elliot se va a mi lado. Me mira-con un toque de orgullo- y me quita un mechon rebelde de la cara.
-¿Diga?.- Dice una voz atravez del intercomunicador.
-Hola. ¿Puede decirle a Alessa que Ingrid esta aqui?.-
-¿Usted es la hermana de la señorita Alessa?.- Pregunta con algo de sorpresa.
-Humm si.-
-Un momento.- Un "diip" suena.- Pase la puerta ya esta abierta.-Se corta la comunicación.
Tomo la agarradera. Vacilo. Miro a Elliot en busca de apoyo, él asiente.
Tu puedes Bomer.
Abro la puerta y entro. Un hermoso jardín me da la bienvenida.
Un camino de piedras decoradas conducen desde la puerta de la barda hasta la gran puerta de madera de la entrada de la casa.
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Mis Pervertidas Fantasías
Short Story―¿Entonces todo este maldito tiempo fui un objeto para ti?―Pregunta en un tono muy calmado para la situación. A pesar de eso, se escucha la tristeza, indignación, decepción y enojo en ella. ―¿Siempre fui eso para ti? ¿Un maldito objeto? ―No...―Un en...