―Elliot, te odio.―Chillo, él ríe.
―¿Por qué? Tu eres a la que le dan miedo los aviones, no es mi culpa.―
―Tranquila, es la última vez que vas a sentir esto por un rato―Toma mi mano.
Por fin regresamos a casa. Estamos aterrizando, y siento que todo el estómago se me sube a la garganta, quitando que mis oídos están tapados y con los bostezos me duelen.
―Pasajeros del vuelo 238, se les informa que acabamos de aterrizar en el aeropuerto de Seattle. Gracias por volar en nuestra aerolínea.―
―Gracias a dios.―Susurro.
―Miedosa.―Me dice después de darme un beso en la mejilla.
(...)
―¡Al fin en casa!―Me tiro en el sillón.
―Yo aún no llego a la mía.―Se acuesta sobre mí. Me rio.
― ¡Vaya que estas pesado!―. Le doy un beso en el cuello. Se estremece y me mira.―¿Qué te parece si vamos a mi habitación a asegurarnos que todo esté en orden.―Sonríe. Pone sus brazos a cada lado de mi cara y se apoya en ellos.
Que lastima, me encanta sentir su peso sobre mi cuerpo.
―¿Promete que no me hará nada malo señorita Bomer?―Me besa.
―No prometo nada, señor Malek.―Enrollo mis piernas alrededor de su cadera y lo atraigo más a mí. Muerdo su labio inferior.
―En ese caso...―Pone sus menos en mi espalda y me levanta sin dejar de besarme―creo que tendré que correr el riesgo.―Comienza a caminar a mi habitación, cuando suena el timbre.―No abras...―Susurra. El timbre vuelve a sonar.
―¿Y si es importante?―Bajo mis besos a su cuello. Tocan la puerta. Suspira con exageración y me baja.
―Está bien, ve a abrir. Pero esto lo dejamos para más al rato.―Me agarra el trasero y me acerca a él para darme un beso.
―Claro.―Sonrío.
Voy a la puerta y la abro.
―Vaya, creí que nunca abrirías―Pongo los ojos en blanco.
―Eres una exagerada.―Abro los brazos.―¿No me vas a dar un abracito? ―Pongo cara exageradamente triste. Enarca las cejas y se cruza de brazos.
―¿Después de que me dices exagerada quieres que te abrace?―
―Que te den.―Miro a la pelinegra.―¿Tu si me vas a abrazar?―
―Claro que sí.―Sonríe y me abraza.
―Te extrañé.―
―Nayla, solo fueron dos semanas.―Río.
―Lo sé, pero dos semanas son dos semanas―Me suelta.
―Lo sé. Pasen.―Me pongo a un costado de la puerta. Cuando va a entrar Eliza, se detiene y me abraza.―¿No qué no?―La abrazo devuelta.
―Cállate. Te extrañe―
―Lo sé.―Sonrío.
―Tonta―Entra totalmente. Cierro la puerta.
―¿Cómo te fue?―Pregunta Nayla mientras se sienta junto a Eliza. Me siento en el sillón de enfrente, donde estaba con Elliot ¿Dónde se metió?
―Genial. Alessa se veía hermosa.―
―¿Y cómo estaba el novio?―Pregunta Eliza.
―Es muy guapo.―
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Mis Pervertidas Fantasías
Cerita Pendek―¿Entonces todo este maldito tiempo fui un objeto para ti?―Pregunta en un tono muy calmado para la situación. A pesar de eso, se escucha la tristeza, indignación, decepción y enojo en ella. ―¿Siempre fui eso para ti? ¿Un maldito objeto? ―No...―Un en...