Estamos tirados en el suelo, medio desnudos. Solo hace falta deshacernos de unas bragas y un bóxer para estar totalmente desnudos y podernos entregar.
Estoy más que excitada. Elliot sí que sabe cómo volverme loca.
Nos besamos locamente desesperados. Él baja su mano hasta mi sexo, mete la mano en mis bragas y comienza a acariciar.
―Elliot,―Digo agitada.―Por f...―Gimo al sentir que dos dedos me penetran y comienzan a moverse por órdenes de mi moreno favorito. Gimo con ganas cuando comienza a acariciar mi clítoris.
―Estas muy, muy mojada cariño.―Murmura en mi oído antes de morder mi lóbulo.
Sin duda la excitación es demasiada, muchas corrientes se concentran en mi vientre.
―Elliot...―Digo entre jadeos.―me...―Gimo.―voy a correr.―
Se detiene de golpe y me dice:
―Oh claro que no. Si te corres, será conmigo adentro.―Empieza a bajar mis bragas, cuando escucho un ruido. Estoy a punto de decirle a mi moreno que se detenga cuando escucho su voz.
―¿Ingrid? ¿Estás en...? ¡Aahh!―Grita.
Miro a la puerta y observo a la rubia. Esta roja como tomate. Lleva ambas manos a su cara. Elliot me mira entre nervioso y divertido. Busco mi sujetador.
¡Genial! está a los pies de ella.
―Yo...―Empieza a reír nerviosa.― yo no vi nada... solo el trasero de Elliot.―Ríe.
―¡Eliza!―Sin más remedio, llevo mis manos a cubrir mis pechos.―¡Se toca antes de entrar a las casas por si no lo sabias!―La regaño.
Elliot me pasa su camisa. Me levanto y me la pongo. Él permanece parado a un lado de mí, cubriendo su boca para no reír.
―Vamos... no es nada que no haya visto nunca en mi vida.― Dice Eliza.
Se quita las manos de los ojos, su vista se va a mí y después a él. Lo barre con la mirada, abre ligeramente la boca y se muerde el labio. Volteo a mirar a Elliot, y estaba totalmente... ¿ruborizado? ¡Pues claro! si yo fuera un chico extremadamente guapo, me descubren a punto de tener sexo con una chica, estuviese solo en boxers y encima de todo, me estuvieran comiendo con la mirada, yo también estaría ruborizada.
―¡Eliza!―Le grito.
―¿qué?―Grita asustada.
―¡Deja de comerte con la vista a mi novio!―Me rio.
―¿Novio?―Preguntan ambos al unísono.
―¿Novio? hahaha, ¿y eso a que viene? mira Ingrid, solo lo estás ilusionando amor mío, cada vez la cagas más.
Elliot y Eliza me miran. Eliza con cara de "¿Porque dijiste eso? ¿Acaso eres estúpida?" y Elliot con cara de "¿Es enserio? ¿Te consideras mi novia?"
―Eh...pues, no lo es. Pero... ¡deja de mirarlo!―Digo nerviosa.
Sus rostros cambian. La de la rubia, por una de tranquilidad y la del moreno por una de desilusión. Me siento un poco mal por él.
―Disculpa.―Ríe.―Lo que pasa es que desde los últimos 2 años, eh entrado aquí, sin la necesidad de tocar la puerta, y, créanme, nunca me los imagine tirados en el suelo a punto de tener sexo.―Arquea una ceja.
―¡GEMMA ELIZA! ―Le grito. Me ruborizo al instante, ella solo se ríe.―En todo caso... ¿qué haces aquí?―
―Vine a invitarte a la plaza. Pero, creo que estas...ocupada.―Ríe por lo bajo.
―Sí.―Afirmo.―Estoy pintando el departamento.―Señalo el cuarto con la vista.
―Si... pintando.―Dice sarcásticamente.―Claaaro, y ¿qué crees? ¡Yo soy Katy Perry!―Pone los ojos en blanco.
―Bueno.―Rio nerviosa.―Al menos lo estaba.―Me encojo de hombros.
―Y, humm... ¿Elliot?―Mira al suelo.
―¿sí?―
―Humm, ¿Ingrid te ha hecho otro chupete?―Ríe.
¡Mierda, quiere sacarle información! Bueno, él no lo sabe, no sabe lo que esos chupetes significan. Miro a Eliza con odio.
―Humm no...―Dice confundido.
―Oh, ¿entonces solo te ha hecho uno?―
―Si... ―Contesta inseguro.
―Oh.―Me mira triunfante.―Interesante.―Sonrío.
―Eliza... no seas imprudente.―La regaño.
―Ya, ya.―Levanta ambas manos.―Me voy, Caramelito. Chao.―Sale por la puerta.
―Maldición...―Susurro.
―Eso... fue...―Vacila.
―¿Horrendo? ¿Espantoso? ¿Rep...?―
―Excitante.―Me interrumpe.
―¿Excitante? ―Lo miro confundida.
―Sí. Dime que no sentiste la adrenalina pura cuando Eliza entro.―Me mira fijamente.
―¡No!―Chillo.―Claro que no. Fue algo espantoso.―Higo una mueca. Él se ríe y me abrazo.
―¿Quieres terminar lo que empezamos?―Susurra seductoramente en mi oído. Me estremezco un poco.
―¿Lo que empezamos?―Le susurro.
―Hum-hu.―Muerde ligeramente mi cuello.
―Ok.―Lo beso cortamente.―¡Sigamos pintando!―Me escabullo de él. Me rio al ver su expresión.
―¡Oye!―Se gira y me sonríe.―Eres una hermosa tramposa.―Se acerca a mí.
Rápido tomo la brocha y le pinto el pecho de azul. Reímos, jugamos, nos besamos y después de hora y media terminamos de pintar.
―Al fin termine.―Digo alegre mirando mi departamento.
―¿Terminaste?―Levanta ambas cejas y sonríe.
―Bueno,―Rio.―termínanos.―
―Está mucho mejor así.―Me abraza y pega nuestras frentes.―¿Sabes que aún quiero hacerte mía?―
―No.―Suelto una risita nerviosa. Yo también quiero estar con él.
―Pues, ahora lo sabes. ―Me besa.―Pero, ahora te llevare a comer, hermosa.―
―Y qué te parece si mejor, vamos a... comer.―Digo con tono pervertido. Lo beso.―Pero no exactamente comida.―
―Ya que lleguemos de comer comida, ¿sí? Vamos a mi casa, nos duchamos y... ―Ríe.
―¿Y...?―
―Hacemos todo lo que tú quieras.―Besa mi frente.
―¿Lo que yo quiera? ―Arqueo una ceja.
―Lo que quieras.―
―¿Lo prometes?―
―Te lo prometo, pequeña. ―Me besa.
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Mis Pervertidas Fantasías
Cerita Pendek―¿Entonces todo este maldito tiempo fui un objeto para ti?―Pregunta en un tono muy calmado para la situación. A pesar de eso, se escucha la tristeza, indignación, decepción y enojo en ella. ―¿Siempre fui eso para ti? ¿Un maldito objeto? ―No...―Un en...