Todo fue silencio.
―Dime algo. Grítame, reclámame, ódiame, no sé. Pero no te quedes callado.―Paso mis manos por mi cara con frustración. Mis mejillas están húmedas y no puedo evitar sollozar. ―Perdóname. Por favor. Me emborrache, no debí de hacerlo, claro está. Pero...―
―Chht. Tranquila, pequeña.― Lo miro. Sus ojos están rellenos de lágrimas. Eso me hace sentirme peor. Le eh hecho daño. Mis labios empiezan a temblar cuando él me retira el cabello con su mano y caricia mi cabeza.
―Enserio, lo siento. Sé que con una simple disculpa se borrara el daño que te eh hecho, pero...―
―Chht.― Me sonríe débilmente y acto seguido me atrae a él y me abraza. Mi cara se comprime y rompo a llorar aún más. Él suspira.―Ya no llores, pequeña. Está bien. Quiero que seas feliz, y si no es conmigo está bien, porque tú eres la persona que he amado lo suficiente como para preocuparme más por ti que por mí. Verte feliz, me hace feliz, y eso es lo que el amor es... ¿verdad? Así que, si tú eres feliz con James, para mi está bien.― Me alejo de él, lagrimas caen sobre su rostro.
― ¿Qué dices? No. No Elliot. Mi felicidad está contigo.― Sus ojos se iluminan un poco.―Puede que sea una estúpida que no sabe aprovechar oportunidades a la primera, pero, es algo que, no puedo evitarlo. No sé. Soy tonta y Aahh― Grito de frustración.
―Deja de insultarte. Tú no eres nada de eso.―
―Claro que sí. Te eh hecho daño dos veces y tú no me dices nada.―
― ¿Dos veces?―
―Sí. Lo de hoy y...― Me callo de golpe y cierro los ojos con fuerza.
―Ya. Déjalo, no importa.―
―Elliot, yo...―Bajo la vista.―No sé si me creas, pero... te amo. Sé que esto no cambia nada, pero quería que lo supieras.― Me levanto y comienzo a caminar. Lo que más me duele, es que él no viene tras de mí.
~Elliot♥~
Ella... ¿Ella admitió que me ama? ¿En realidad admitió que me ama?
Creí que ella jamás me lo diría. No entiendo por qué le dijo a Alessa que ella no podía amarme. ¿Por qué se lo dijo? No lo sé. Pero, ya me lo dijo. Ya nada importa ahora, salvo ella y yo.
Sonrío como un estúpido, caigo en cuenta de que ella se ha ido. Me levanto de golpe y la busco con la mirada. Cuando la veo, ella ya va muy lejos ¿Cuánto tiempo me quede como un imbécil aquí?
Salgo corriendo como loco por ella.
―Ella te traiciono. ¡Se acostó con aquel tipo!
―Ella estaba borracha.
―Y no solo es eso, también es lo de...
―No voy a escucharte. Ella es mi vida y no voy a dejarla ir.
―¡Mackenzie!― Le grito. Ella no deja de caminar por lo cual intento correr más rápido.―¡Mackenzie!―
Cuando por fin voltea, va cruzando una calle con semáforo en rojo, se detiene a la mitad de esta. Cuando estoy a tan solo unos metros de ella bajo un poco la velocidad.
― ¿Qué sucede?― Pregunta cuando me detengo frente a ella.
Dejo de perder el tiempo y la beso, la beso como si nada más importara. Ella entreabre la boca y ni la pienso en explorarla con mi lengua. Después de varios segundos, nos separamos por falta de aire. Pego mí frente a la de ella.
― ¿Por qué haces esto más difícil?― Susurra. Frunzo el ceño y abro los ojos.
― ¿Por qué dices eso?― Ella me mira como si estuviera loco.
ESTÁS LEYENDO
Mis Pervertidas Fantasías
Short Story―¿Entonces todo este maldito tiempo fui un objeto para ti?―Pregunta en un tono muy calmado para la situación. A pesar de eso, se escucha la tristeza, indignación, decepción y enojo en ella. ―¿Siempre fui eso para ti? ¿Un maldito objeto? ―No...―Un en...