CAPÍTULO 53 ~ "Problemas"

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―Elliot, hazme el amor.―Le susurro.

―Lo que ordenes, pequeña.―Dice sin dejar de besar mi cuello.

Después de contarle lo de la fiesta de Lucía a Elliot, decidimos saltarnos las clases que quedaban e irnos a su casa. Y, aquí estamos, en su habitación.

Elliot me quita la blusa negra que llevaba puesta y me besa la loma de los pechos. Bajo mis manos a su espalda y voy levantando el dobladillo de su camisa hasta que puedo quitársela.

―Te amo.―Murmuro, él no me contesta, pero me da un beso lleno de ternura.

Repega su pelvis a la mía y me hace gemir. Bajo las manos a su pantalón y lo desabrocho. Él me da la vuelta dejándome a horcajadas sobre él, y me quita el sujetador dejando mis pechos libres. Toma uno y lo presiona mientras me sigue besando, esta vez con más fuerza; dejo escapar pequeños gemidos en su boca, cosa que lo excita más, lo puedo sentir.

―¿Qué te parece si nos deshacemos de lo que falta?―Me vuelve a tumbar debajo de él y me saca los jeans rasgados que llevaba junto con mis bragas húmedas. Se levanta para quitarse lo que queda de su ropa, mientras me observa.―Eres tan hermosa. Y lo mejor es que eres solo mía.―Se vuelve a tumbar encima mío, y se acomoda entre mis piernas.

Siento su miembro más que erecto en uno de mis muslos. Baja su mano a mi sexo y comienza a frotar con rapidez mi clítoris.

―¡Elliot!―Grito mientras hecho la cabeza atrás.

―¿Te gusta?―Reparte besos por todo mi pecho y los baja a mi vientre para después llegar a mi zona más íntima.

―¡Oh, mi dios!―Exclamo cuando siento su lengua recorrer mi vulva.


Remplaza el movimiento de sus dedos por su lengua, el cual hace el mismo trabajo mientras con una de sus manos, me aprieta un pecho. Las sensaciones son tan fuertes, que siento todo mi ser vibrar a causa del placer que me provoca.

En este momento podría decirle que si a todo lo que él me propusiera, todo. Este hombre me hace alucinar, tocar el cielo y arañar las estrellas, todo al mismo tiempo.

Llego al clímax en el momento que Elliot pellizca mis pezones y succiona mi clítoris. Me corro gritando su nombre.

―Me encanta como sabes.―Me siento tan aturdida, que apenas lo escucho. Todo vuelve a encenderse en mí en el momento que Elliot comienza a lamer de nuevo.

―Joder, Elliot, por favor.―Suplico. Lo necesito en mí.

―Sus deseos son órdenes para mí.―Se acomoda de nuevo, y comienza a entrar lentamente en mí. Suspiro y muerdo mi labio inferior.


Entra totalmente en mí, pero no se mueve. Abro los ojos, y lo pillo observándome.

―¿Qué pasa?―Murmuro, con un gemido.

―Nada, me encanta verte.―Me besa. Entreabro los labios y le sigo el beso, llevo mis manos a su espalda y lo rasguño en el momento en el que se empieza a mover con energía.

En ese momento, mi cerebro se apaga. No hay nada más en el mundo que no sea él y yo haciendo el amor. Todos mis problemas parecen desaparecer. Lucía no existe. Nunca hubo una apuesta de por medio. Nunca le mentí a Elliot. Nunca estuve con James. Nunca me peleé con mis padres. En este momento, todo es nada.

(...)

―Por fin mañana todo acaba.―Suspira Nayla.

―Lo se.―

Mis Pervertidas FantasíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora