CAPÍTULO 49 ~ "Despedidas."

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Abro los ojos. Tomo mi celular de la mesa de un lado y los desbloqueo.

6:23 AM

¿Por qué carajos me desperté tan temprano? Dejo el celular en la mesa y me acurruco contra Elliot y las cobijas. Me dejo arrastrar por el sueño.

(…)

―Ella está dormida.―

―¿Qué? Pero si son las tres de la tarde.―

―Ella está dormida. No dejare que entres.―

Abro los ojos de nuevo. ¿Qué pasa haya afuera? Cuando voy a levantarme, recuerdo que sigo desnuda. Me siento en la cama y me envuelvo en una sábana. No hay nadie en el cuarto, pero escucho dos voces ya familiares para mí.

―Solo háblale, yo que sé. Tengo que despedirme de ella.―

Eso me despierta al instante ¿Despedirse de mí? Me levanto y rápidamente, me pongo mi sujetador, el boxer y la camisa de Elliot. Miro por el pequeño orificio de la puerta. Corro al baño y rápidamente me lavo la cara y me cepillo los dientes. Dos minutos después, abro la puerta, ambos chicos me miran.

―¿Qué pasa aquí? ―

―Buenos días, hermosa.― Me dice Elliot. Le sonrío.

―Yo diría que buenas tardes.―Se burla. Le pongo los ojos en blanco.

―Buenas tardes a ti también, James.―Ríe por lo bajo.

―¿Estabas invernando? ― Me rio.

―Cállate, idiota.―Al ver la cara inexpresiva de Elliot, me callo.

―Venia invitarte a dar un pequeño paseo.―

―Creí que solo venias a despedirte.―Le gruñe Elliot.

―Para eso será, no te preocupes.―

―¿Ya te vas? ―Pregunto con un poco de asombro.

―No pensaba irme hasta el viernes. Pero, me llamaron hace unas horas que tenía que regresar a Texas y…―

―¿Estás en Texas? ―Le interrumpo.

―Hum sí.―

―¿Qué no estabas en Alemania?―

―Estuve.― Se rasca la nuca.

―Oh.―

―Deja que ella se cambie.―Le dice Elliot bruscamente y me mete a la habitación con él detrás mío.

―Si quieres no voy.―Le digo con suavidad. Él se pasa las manos por la cara, con frustración.

―¡Obviamente que no quiero!―Exclama.―Que no lo odie no significa que no me caiga mal.― Se sienta en el borde de la cama con la cabeza entre las manos y los codos en las rodillas. Me siento a su lado y lo abrazo por los hombros.

―Entonces no voy y ya. No quiero tener más problemas por esto.―Recargo mi cabeza en su hombro. Me abraza y recarga su barbilla en mi cabeza después de depositar un beso.

―Ve.―

―Pero…―

―No.―Me interrumpe.―Es alguien importante en tu vida. Tenías años sin verlo, y por un error de dos horas no se tiene que ir a la mierda la despedida de su re-encuentro.―

Un error de dos horas…

―¿Estás seguro? ―Intento verle pero no puedo.

―Sí.―

Mis Pervertidas FantasíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora