―¡Hermanita!― Sonríe.
―Alessa.― La abrazo.―Te vez hermosa.
Ella lleva puesto un vestido similar al mío, solo que el suyo no es de encaje, si no de otra tela suave en un color rojo y tacones plateados. Su cabello castaño está sujeto en una cola alta dejando ver sus delicadas facciones. Mi hermana siempre ha sido hermosa. Sus profundos ojos grises siempre han tenido un brillo inigualable.
―Tú no te quedas atrás eh. ―Me mira con aprobación.
―Gracias.― Sonrío. Ella mira a Elliot.
―¡Cuñado! ―Exclama y luego tapa su boca con ambas manos.―Disculpa. No pensé en lo que dije. ―
―No hay porque disculparse, cuñada.― Me toma de la cintura y mee abraza por un costado. Los ojos de Alessa se abren.
―¡Oh por dios! ¿Ya son…?― Sonríe de oreja a oreja.
―Si, hermanita. Estas viendo a mi nuevo novio.―Digo con orgullo.
―¡Felicidades! ―Chilla.
―¿Cuál es el motivo por el cual mi princesa esta tan feliz? ― Pregunta saliendo de la sala. Ella automáticamente se lanza a sus brazos y le sonríe. ―¿Se pusieron de acuerdo para peinarse igual o qué?― Pregunta mirando mi cabeza y la de su prometida. Ambas reímos.
―Hola, Ryan.― Lo saludo.
―¿Qué tal? ―Saluda Elliot.
―Hola, par de tortolitos.
―¿Nervioso por mañana? ―Le pregunto. Asiente.
―Un poco.― Admite. Se voltea a Alessa.―Princesa, debo irme. Necesito ir a arreglar lo que falta.―
―¿Te vas? Pero, si acabas de llegar.―
―Lo sé y lo siento. Pero, debo ir a arreglar lo que te mencione que falta. ―
―Vamos, Alessa. Van a tener toda la vida para estar juntos. Además, es tradición que los novios estén separados un día antes de la boda.―Me mira.―Hola, Ingrid.― Suspiro.
Que empiece el show.
―Hola, ―Necesito muchas fuerzas para decir siguiente. ―mamá.―Ella baja en su totalidad las escaleras y me mira asombrada.
―Cariño, ¿acabas de decirme… mamá? ― Las arrugas de su frente se hacen presentes durante este momento. Pongo la mejor sonrisa que puedo.
―Claro que sí. Eres mi madre. ―
Por desgracia.―Dios, creí que jamás volverías a llamarme así.― Me abraza. Intento con todas mis fuerzas devolverle el abrazo, pero no puedo. Ella deja de abrazarme, pero sigue sosteniendo mis hombros sonriéndome sin mostrar los dientes.
Aunque Katherin ya sea un poco mayor, sigue estando conservada y hermosa.
*Flashback*
―Mami, ¿Por qué eres tan hermosa?― Ella ríe.
―No lo sé. Tu dime, ¿tu porque eres tan hermosa? ―Pongo los ojos en blanco.
―Mami ¿acaso no vez? Yo soy linda, no soy tan hermosa como Alessa o tú.― Me cruzo de brazos. Mamá se inca frente a mí y me abraza.
―¿Te digo un secreto?―Asiento.―Cuando tú y Alessa sean grandes, serás las mujeres más hermosas de todo Seattle.― Dice en mi oído.
―¿Seré tan hermosa como tú, mami?― Pregunto con emoción.
―Serás más hermosa aun. Porque tú eres única, corazón.― Besa mi frente.
ESTÁS LEYENDO
Mis Pervertidas Fantasías
Historia Corta―¿Entonces todo este maldito tiempo fui un objeto para ti?―Pregunta en un tono muy calmado para la situación. A pesar de eso, se escucha la tristeza, indignación, decepción y enojo en ella. ―¿Siempre fui eso para ti? ¿Un maldito objeto? ―No...―Un en...