Cuando por fin reacciono entro de nuevo al baño y cierro la puerta dejando un espacio para que salga solo mi cabeza.
-¿Qué haces aquí James?-
-Vine a verte. ¿Acaso no recuerdas que anoche te fuiste a quien sabe dónde durante dos horas y no contestabas el teléfono?- Enarca una ceja.
-Lo siento. Fui...-
-A caminar.- Me corta.- Eso ya lo sé. ¿Sabes lo preocupado que estaba por usted señorita?- Sonrío.
-Ya papá. No lo vuelvo a hacer.- Ríe por lo bajo.
-Eso espero. ¿Piensas quedarte ahí todo el día?-
-Pues no... pero necesito vestirme.-
-Vístete entonces.-
-Pero, necesito salir.- Lo miro queriendo decir "Sal de aquí, quiero vestirme", pero el parece no captarlo... o ignorarlo.
-Pues sal.- Se cruza de brazos. Está bien, lo ignora.
-No salgas. Va a querer violarnos.
-Vaya ridiculez más grande la tuya, por cierto, ya tenía rato sin escucharte... así era más agradable.
-Ya, muy graciosa. Pero piensa, si sales, hay un noventa por ciento que quiera violarnos.
-Confío en ese diez por ciento restante. Además, no sería exactamente una violación.
-¿Que quieres decir con eso?.
-Quiero decir que te largues de aquí.
-Muy bien, ¡Pero quiero que te tapes los ojos! Voy a salir medio desnuda.- Digo un poco avergonzada.
-Soy un chico. Eso es como pedirle a un niño que no mire el mostrador de los caramelos.- Pongo los ojos en blanco.
-Estoy hablando enserio Deniel.- Lo miro seria.
-Huy... Deniel. Estoy en problemas.- Se ríe.- Ya, tapare mis ojos.- Se avienta hacia atrás, toma una almohada y se tapa la cara.
Salgo totalmente del baño y voy rápidamente a la cajonera. Tomo unas bragas azules y un sujetador a juego, los coloco en la cama algo lejos de James. Después tomo unos jeans ajustados y una blusa de encaje blanca del closet. Pienso en cambiarme ahí mismo, pero desecho el pensamiento inmediatamente. Tomo todo con una mano y regreso al baño, cuando cierro la puerta le digo en voz alta:
-Ya puedes quitarte la almohada de la cara.- Me quito la toalla y comienzo a vestirme.
-¿Entraste de nuevo al baño?-
-Por supuesto, nimodo que me cambiara ahí.-
Pensar hacerlo que es otra cosa.
-Pues si verdad.-
Termino de ponerme la ropa, respiro hondo y salgo. Él aún esta acostado en la cama con la almohada en la cara. Me acerco con cuidado a él.
-¡Listo!- Le grito a la vez que le pico las costillas.
-¡Ingrid!- Se sienta y me mira entornando los ojos.- ¿Por qué hiciste eso?- Me encojo de hombros.
-Quería asustarte. Y vaya que funciono.- Me intento alejar de la cama, pero él me tumba en la cama, se pone a horcajadas sobre mí y comienza a hacerme cosquillas. Me retuerzo de risa.
-¡Ya! ¡Basta! No. ¡Aahh!- El estómago empieza a dolerme de la risa.- Joder, ya.- Se detiene, pero yo aún siento cosquilleos por todo mi vientre causando que siga riendo como una imbécil. Y él sigue sobre mí.
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Mis Pervertidas Fantasías
Cerita Pendek―¿Entonces todo este maldito tiempo fui un objeto para ti?―Pregunta en un tono muy calmado para la situación. A pesar de eso, se escucha la tristeza, indignación, decepción y enojo en ella. ―¿Siempre fui eso para ti? ¿Un maldito objeto? ―No...―Un en...