Prólogo

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A pesar de tener catorce años los padres de Adrián eran bastante flexibles respecto a dejarle salir y hacer cosas que algunos de sus compañeros de escuela no los dejaban, no era muy partidario de sus comentarios e intenciones con las chicas, más que por el respeto, porque no me llamaban la atención.

Caminaron hasta el parque del que justo vivía en la cuadra trasera, es reconocida como el centro de la ciudad porque hay fue donde reposó alguno de los fundadores de la misma, haciéndola un centro turístico poco visitado pero que te dejaba enganchado queriendo saber más.

Una vez estuvieron en el mismo, sus dos amigos se echaron con sus conquistas, eran de un grado mayor que él y segundo soltero en discordia que siempre estaba a su lado no había ido por lo que se encontraba solo.

-¿Qué haremos hoy? Dadme una buena razón para hoy salir de mi casa- Dijo imitando el acento español haciéndolos reír a todos.

-Pues han abierto la zona de niños y pensábamos ir allí, te sonará infantil pero esta genial y también iremos al parque de diversiones de por allí cerca- Dijo Rodrigo agarrando a su novia de la mano para levantarse e ir para allí.

Caminaron por largo rato y Adrián la esperanza de que comentaran algo de transporte, debido a que vendía tareas y tenía para llevarlos en taxi a todos los presentes, pero preferían caminar y para no desperdiciar su dinero como un tonto se calló.

Una vez entraron decidieron caminar por este, pero las chicas se fueron a ver ropas y ellos se quedaron juntos haciendo nada en especial, no era un fanático a las compras, al contrario, le enfermaba probarme ropa.

-¿Cuándo te vas a conseguir una?- Dijo Carlos sonriendo, el nombrado solo puso cara de confundido por no entender de quien hablamos -Una novia-

-No sabes lo fantástico que es tener a alguien a quien besar y hacerle algunas otras cosas- A la última frase le incluyó un movimiento de caderas con el que rieron los dos y él también por no dejarlos solos y que empezaran a preguntar.

-Te prometo que cuando llegue esa persona no la Soltare por nada del mundo- Ambos rieron burlándose de él hasta que Rodrigo tuvo un mensaje en su teléfono que cesó con sus carcajadas de las que también fue participe por la confusión.

-Eres un romántico, pero con esa cara podrías tener a más que Carlos, pero que yo no- Ambos se pegaron un puñetazo en el hombro y se arreglaron las mangas -Nos están esperando-

Caminaron perdidos y subieron y bajaron buscando el área, lo hicieron más de mil veces y cuando lo encontraron jurarían pasar por allí, pero era invisible a sus ojos.

Ellas le soltaron la noticia a cada uno de sus novios, así dejaban a Adrián por fuera y le daban a entender que estorbaba, a pesar de ser menor sabía muy bien cuando no era necesitado en un lugar.

-¿Me estas diciendo que caminamos media ciudad para ver esta mierda y que solo fuera un maldito trampolín?- Todos rieron y Rodrigo asintió haciéndolo negar con una sonrisa en la cara.

-¡Aunque sea esta el puto parque esta a menos de una cuadra! ¿Te apuntas Adrián?- Dijo su amigo sonriendo esperando la respuesta, pero antes de aguantar otra rato a las víboras prefirió salir de su grupo.

-No, hombre, prefiero probar el arcade que ahí por aquí cerca- Ambos asintieron y se fueron de ahí a las bravas, sus novias no le dejaron mi despedirse para llevárselos lejos.

No era mentira eso, tenía previsto verlo con su amigo y pues que mejor que probarlo para que cuando estuvieran allí poder reventarle con la experiencia ya adquirida en un solo día.

Una vez entró miró el montón de chicos que se empujaban para entrar a los juegos, hablaban de estrategia y reían a carcajadas hundiendo todos los botones sin compasión, también un señor y una chica que los miraban con una sonrisa en la cara, los dueños de la tienda.

Adrián llegó hasta ahí y cambió unos cuantos billetes por monedas y se sintió superior al ser el más grande que se veía por allí, pero también sentía soledad al comprobar que en el espacioso local solo había un solo juego disponible y era de dos personas.

Poco a poco se di cuenta de que en su total de veinte fichas solo hacía falta una para jugar (en total dos por los dos jugadores) y miró la pantalla, era un juego de pelea en el que se requería combo y rapidez en los dedos.

Estuvo a punto de irse pero un chico castaño le tomó del hombro y se puso enfrente suyo, sus ojos castaños también le llamaron mucho la atención.

-¿Podríamos probar este juego? Tengo ganas y nadie con quien jugar- Adrián asintió caos automático y se dieron la vuelta para meter la moneda ficticia en la rendija.

De veinte héroes cada uno eligió el que más le llamó la atención y empezaron a pegarse digitalmente, constaba de tres rondas y muchas habilidades que ambos utilizaron para darse una buena batalla.

Después de unos minutos ambos tenían una sola oportunidad para desempatar, Adrián movió levemente sus caderas y empujó un poco al otro chico quien volteo y en ese segundo recibió una carga por medio de translación.

Nadie sabía que era ni que quería decir, pero el combo fue tan bestia que le bajó la vida de un solo toque y perdió, este se limitó a fruncir el ceño y hacer boca de pato por la trampa de su contrincante, que solo bailaba por ganar de manera no justa.

-No tengo más fichas...- Dijo el castaño en un susurro que débilmente Adrián escucho entre toda la bulla que había, el otro bajó la cabeza apenado listo para irse pero el de cabello negro lo paró con la mano.

-Soy Adrián- Dijo sonriendo y dándole su mano, el otro solo la apretó correspondiendo a la hermosa sonrisa que había visto.

-Yo Samuel- Suspiró levemente al comprender el color de ojos que tenía el chico, grises, tal como una tormenta, le encantaron a pocos segundos de ver.

-Bien Samuel, ¡Hoy vas a probar todos los héroes conmigo!- Le mostró las fichas y este solo pudo sonreír por la casualidad, si sus padres querían llevárselo tendría que ser a rastras, porque alejarse pudiendo probar todos los héroes le iba a encantar.

Pero sus padres no llegaron y jugó toda la tarde, la cual pasó con una sonrisa.

Primer amor (#Pequeño Amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora