44. Copa mundial

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Samuel y Adrián estaban juntos en la casa de Sergio que ese día había traído a su novio y estaban juntos, el castaño empezó a mirar a los dos más altos rápidamente buscando semejanzas o comparaciones, pero era imposible, son distintos totalmente, contrarios.

–¿Qué haces?– Dijo Adrián sentándose en el suelo, apoyando su espalda en la pared y atrayendo a su novio hacia sí, del otro lado estaban los chicos haciendo exactamente lo mismo, aunque todos estaban esperando algo.

–Estoy comparando a Cristhian y a ti, pero no hay nada igual, él es más alto, grueso y musculoso que tú, pero tienes una cara más delicada y linda– El pelinegro se enojó un poco con lo primero, pero al ver la sonrisa de su chico estaba completamente feliz, ese último comentario sonaba verdadero.

–¿Ya terminaron la descarga?– Gritó Sergio desde el otro lado mientras los chicos asentían y sonreían, pero el otro chico estaba triste y enojado, parecía totalmente desesperado.

–Tendré que borrar el montón de vídeos que te hice Sergio, cuando lo volvamos a hacer vuelvo a grabar tus gritos– El de ojos azules le pegó y el chico se quedó quieto y riendo, después de unos minutos todos estaban acostados en la cama, uno al lado del otro para empezar.

Entraron en el juego, ya que lastimosamente la computadora de Cristhian estaba dañada y a Samuel se la dejaban los fines de semana, hace poco la habían comprado, pero los jueves solamente podía utilizar su teléfono.

Una vez se hicieron equipo los cuatro fueron a buscar partida en el torneo internacional que reuniría a el mejor equipo de cada uno de los países, tal vez ellos podrían estar, además era en su hermoso país.

Los unieron y eligieron a sus mejores personajes, el juego era diferente en el que Samuel y Adrián se conocieron, aquí habían diferentes roles que tenían que elegir para conformar un pequeño grupo y acabar con sus enemigos con un objetivo específico.

–Jardín Azul, eliminación grupal, cincuenta puntos– Dijo la señora en los móviles al unísono, los cuatro suspiraron entendiendo que el internet de Sergio era capaz de sostener a toda la partida.

–Este mapa es horrible, nunca sabré manejar a mi personaje aquí, voy a cambiar– Dijo Sergio mordiéndose el labio por la impotencia, Samuel se fue a un lado de la habitación, el pelinegro y Crsthian también para poder concentrarse además de ponerse los audífonos.

Adrián era el jugador tanque, amaba fervientemente al jugador protector con llevaba un gran palo de madera, dejaba aturdido y con su última habilidad en área era capaz de limpiar en área a cualquiera de los jugadores que se acercaran a hacerle daño.

Cristhian era el jugador de ataque, le gustaba ir por las espaldas y hacer gran cantidad de daño, era veloz y capaz de causar estragos y distraer a varias personas del equipo contrario con el sonido de ecolocalización, también podía trepar en las paredes y tirar bombas que explotaban con el movimiento.

Sergio era el jugador de apoyo, siempre va de último y es el que, junto a el sanador, crea la estrategia para poder ganar, podía saltar muchísimo y golpear, empujar y crear hemorragias en sus enemigos, además de crear armadura a su equipo, aunque no sabía manejarlo en ese mapa tan pequeño, por lo que se fue con el francotirador, que hacía mucho daño.

Por último, pero no menos importante, de hecho el más necesario, era Samuel, el sanador, sabía manejar a los ocho personajes de su rol pero siempre se iba con esa chica, tenía un hoyo en su pecho, que mandado por el cerebro conectaba al compañero que quisiera y le curaba gran cantidad de su vida.

También tenía una vara que daba daño a sus compañeros quitándoselo al rival, dejándolos vulnerables y listos para perder la batalla, además de su última habilidad en la que podía sacar una pistola y empezar a disparar, también podía darle daño a quien curaba.

–Quieren saber algo chistoso y preocupante– Todos asintieron y suspiraron eligiendo a sus personajes automáticamente –Solo habrá una partida, antes eran tres clasificatorias y así hasta que quedaba el último, pero ahora solo jugaras una vez, los administradores de los servidores verán las partidas y eligieran la mejor batalla, el mejor personaje de cada país–

–Osea, quien pierde sale automáticamente, tampoco tengo tantas esperanzas pero hay que darlo todo– Todos asintieron con las palabras de Cristhian y volvieron a suspirar preocupados.

Samuel vio la interfaz y abrió los ojos quedando solamente diez segundos para empezar la matanza que consta de un objetivo, el primer equipo en matar cincuenta veces a cada miembro equipo contrario gana.

–¿Saben otra noticia chistosa y preocupante?– La voz gutural de Samuel asustó a todos los presentes –Estamos jugando contra un clan, el que participó en la copa del año pasado y casi la gana–

Las puertas se abrieron pero ellos se demoraron en salir, luego corrieron todos detrás del tanque para pensar en su estrategia, Sergio y Samuel estaban pensando en como acabar con jugadores profesionales en una sola oportunidad.

–Adrián y yo concordamos en algo– Dijo Cristhian riendo levemente –Como nos van a acribillar queremos que sepan que los amamos– Y siguieron su camino hacia la batalla virtual, en la que se romperían los dedos.

Primer amor (#Pequeño Amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora