6. Sami y Adri

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Ambos chicos empezaron las clases de la mejor forma, con un examen sorpresa que se habían estudiado y que por lo tanto se sabían a la perfección, habían pasado el día anterior en la casa de Adrián repasando los temas y dándose algunos besos mientras no los miraban, lo normal.

–¿Puedo hacerte una pregunta?– Dijo Samuel mientras miraba hacia el profesor buscando que no le haya pillado hablar, aunque entre tanta gente sería casualidad que justo se este fijando en él.

–De hecho ya estas haciendo una, pero claro que sí– Dijo Adrián volteando a mirarlo haciendo que su sigilo fuera una basura y una burla.

–¿Antes de ese sábado– Hizo una pequeña pausa para recordar, hasta el momento, el mejor día de su vida –Habías besado a alguien antes?– Adrián paro de mirarle para reír y no parecer grosero, en realidad ese chico le mataba con sus preguntas, aunque es solamente el chico, la pregunta sonaba bastante seria.

–No, contigo di mi primer beso– Dijo el chico tomando las dos hojas y repartiéndole una al castaño para empezar con el examen.

Las preguntas eran principalmente de historia, la época de Napoleón y la toma de la bastilla, tema que le parecía poco atractivo pero sí Samuel, y lo había estudiado tanto por él.

Después de unos cinco minutos Samuel se levantó y detrás Adrián, quien disimuladamente (y por muy pervertido que suene) miraba poco a poco la manera tan bonita que el chico caminaba y movía su trasero, tenía estilo, o al menos es así como sus amigos le llamaban.

Debido a que cada salón estaba pegado al patio los dejaron sentarse allí, pero el profesor estaba muy sorprendido, la clase anterior tuvo la sensación que nadie le escuchaba y soltó la noticia así porque así, pero esos dos le habían sorprendido, más aún la influencia del nuevo con el estudiante antiguo.

–La gente que se quiere se pone apodos– Dijo Adrián peinando su cabello con su mano pareciendo bastante simpático, bueno, extremadamente simpático.

–Bueno, entonces ¿Cómo serán nuestros apodos?– Preguntó el castaño haciendo que el otro sonriera de forma burlona –Bueno, yo te quiero, ¿Tú también a mi?–

El de ojos grises asintió y se acercó al otro para pasar el brazo por el respaldar de la banca, la máxima cercanía que podía tener sin que nadie sospechara, aún no aclaraban ese tema por lo que no sabían que pasaba en la cabeza del contrario.

–Yo te llamaré Sami– Dijo Adrián sacándole una sonrisa al otro quien no tenía ni un poco de imaginación.

–Y yo a ti Adri– Ambos se abrazaron y caminaron hacia el salón, Adrián quería asesinarse por no abrazarlo en las bancas pero sí cuando estaban de pie.

Entraron el salón cuando el profesor había revisado todos los exámenes y todos los habían terminado, debido a que tenía más de una hora podía darse el lujo de entregarlos pero pensaba hacer más que eso.

Todos los miraron pero más a Samuel que se puso incomodo en cuestión de segundos y Adrián quería saber el porque, tal vez los habían visto abrazándose, pero su pregunta fue respondida al sentarse con el chico a su lado.

–¡Solo dos personas ganaron este examen!– Aunque habían estudiado el nerviosismo entró en su cuerpo –Fueron Samuel López con diez puntos y Adrián García con nueve puntos–

Ambos chicos sonrieron y se alegraron de gran manera de lo incrédulo que había sido, aún con las miradas de todos encima, el profesor les dio la orden de pegar en el cuaderno los exámenes y traerlos firmados para la próxima clase solamente por el hecho de joder a los que no estudiaron.

Adrián estaba orgulloso de sí mismo, aunque Samuel no lo sabía él no era uno de los chicos más atentos y estudiosos de la escuela como se lo había hecho creer, pero cambiaría, apenas volteó vio a el castaño haciéndole el favor de pegarle el examen en una hoja en blanco de su libreta y quiso besarlo, lo deseaba más que nada.

Y eso paso cuando sonó el timbre que indicaba el recreo, el de ojos grises le pidió a su amigo que lo siguiera hasta los baños y una vez estuvo ahí unió sus labios importándole poco la opinión de quien los viera, pero no había nadie.

Samuel no fue capaz de resistirse a los cariños del chico, estaba atrapado en como sus lenguas se juntaban y su cavidad, toda mojada y caliente quería tragar la suya, eso sin hablar de las manos que se enrollaban en su cintura y pegaban cuerpo con cuerpo.

Esas escenas les hacían sentir adultos que tenían libertad de hacer lo que quisieran, o mínimo, para no ser tan exagerados, les hacían sentir adolescentes y no pre-adolescentes

Adrián tuvo que resignarse a compartir más tiempo cuando el auto de la madre de Samuel se lo llevó y como era recurrente se despidieron con un abrazo, ese olor de perfume le encantaba muchísimo, pero no tuvo tiempo a pensar porque poco después llegó Allyson.

Entró silencioso a la casa debido a que escuchaba las voces de sus padres hablar de un chico castaño, ese que tan bien conocía y que le estaba gustando mucho, para escuchar se pegó a la pared estando atento a todas las palabras que salían de la boca de los adultos.

–¡No estoy seguro si ese chico es buen ejemplo para Adrián! Se ve inocente, pero necesitamos subir las notas de nuestro hijo y cada vez que habla de él se nota distraído, no ayuda en nada– Exclamó su padre y su madre hizo un sonido afirmativo.

Rápidamente Adrián sacó de su bolso su cuaderno de historia y abrió la página que había tenido Samuel en sus manos y salió a la casa –¡Hola!– Les saludó y ellos le devolvieron el gesto besando su mejilla.

–¿Recuerdan que estudié con Samuel? Pues gracias a eso fui uno de los dos chicos que ganaron el examen, quede segundo– Sus papás abrieron la boca de gran manera, al aparecer su hijo les había callado la boca.

–¡Felicidades! ¿Pero nueve? ¿Quién sacó el diez?– Preguntó su madre por ambos adultos quien aún no lo podían creer.

–Fue Samuel, el chico castaño, de los mejores de la clase– Les dio una sonrisa y tomó su bolso para subir a su habitación y dejar a sus padres pensativos.

Prometió que le protegería de cualquiera que le hiciera daño, aunque sean los pensamientos, llegó a un punto en el qué no quiere que hablen mal de él, un chico tan encantador.

Primer amor (#Pequeño Amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora