8. Amigo comprensivo

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Ese preciso viernes Adrián estaba impresionado y asustado, la primera porque su Sami, que parecía algo tímido y que en realidad lo es, estaba sacando la cara por un problema que le tocaba a él, y la segunda porque no sabía como terminaría su amistad con Sergio, su mejor amigo.

Estaban sentados en dúo en el patio de recreo, muchas personas le preguntaban porque se encontraba así y no sabía como responder por lo que el castaño lo hacía por él, habían citado al chico y aún se encontraba en el baño.

Como si nada hubiera pasado se sentó a su lado en el suelo y en ese momento Samuel le dio la indicación a Adrián, si no hablaba en ese momento le arrancaría los cabellos de la impotencia o (más razonable) le diría el mismo.

–¿Qué paso ahí?– Preguntó el de los ojos azules un poco confundido buscando los orbes del otro, no sabía si responder con verdad o mentira, pero viendo la mirada de Samuel agresivo recapacitó automáticamente.

–Me gustan los chicos– Sergio abrió sus ojos pero luego los volvió a cerrar y no hizo más nada, simplemente se quedó totalmente quiero esperando a que Adrián dijera otra cosa.

–¿No dirás nada?– Preguntó Adri sin ni siquiera mirar los ojos del otro, Samuel estaba desesperado pero comprendió que había que darle tiempo, ni siquiera él sabía que tenía esa faceta pero le encantaba comportarse así.

–Me lo olía, no hablabas de chicas o todas esas cosas que Carlos tanto suelta por su boca de mierda...– Un silencio incomodo quedó en el espacio en el que los tres se ubicaban.

–¿Lo aceptas como es?– Soltó Samuel en un tono repelente ya cansado de todo lo que estaba pasando –Perdonen, pero mis amigas me llaman–

El grupo de chicas hablaba todos los días seguido con Sami e incluso ya lo habían agregado a todos los grupos en todas las redes sociales que compartieran, además de que eran de la misma clase y todas muy adoradas por los chicos.

Él obviamente obtenía beneficios por estar con ellas, aveces le preguntaban por facebook que les gustaba a ellas, y el chico no respondía y cuando lo hacía cobraba por ello, se había vuelto en alguien bastante popular por andar con Adrián y ellas.

Por otro lado estaban ambos amigos, Sergio seguía sin contestar la pregunta de Samuel aunque obviamente ya tenía la respuesta clara –Obvio te acepto, pero con una condición–

El chico prestó atención porque no quería perder su valiosa amistad que venía desde la primaria –Debes contarme todo lo que pases y que hayas pasado, además debes guardarme un secreto–

–¿Cuál secreto?– Preguntó el de ojos grises después de aceptar todos los términos que no eran para nada malos, pensó que le prohibiría hablar de la relación con su Sami pero fue todo lo contrario.

–A mi también me gustan los chicos– Adrián hizo la misma reacción que su amigo, pero después no se detuvo, le cayó una fuerte tos que paró después de algunos segundos.

Ambos se contaron lo que habían pasado y desarrollaron un lazo más fuerte aún, al parecer, y de forma muy cliché Sergio había conocido a un chico en la escuela de arte a la que solía asistir, afirmaba amar los jugos de naranja.

Ahora el de ojos azules había prometido dejar de ser un amigo tan celoso, entendía que Adrián le amaba mucho pero no podía competir contra su Sami porque estaban en diferentes categorías.

También él había estaba coqueteando con el chico de su clase que aparentemente estaba enamorado de él y buscaba conquistarle, serían mejores amigos de lo que lo eran pero no compartirían tanto tiempo como antes.

–¿Por qué hablaste de la boca de mie... de Carlos?– Literalmente había dejado la palabra en el aire porque él nunca las decía, así le habían educado, pero tenía curiosidad del tema porque su amigo se veía bastante enojado.

–Porque él habla de que deberían asesinar a todos los homosexuales del planeta, eso es injusto, nadie debe ser tratado así de forma tan injusta solo por su preferencia sexual– Ambos se quedaron sorprendidos por las palabras de la boca de Sergio –Soy todo un adulto–

El tema siguió su rumbo y hablaron desde hace cuanto tiempo lo tenían guardado, y para sorpresa de ambos siempre lo llevaban dentro, pero no se gustaban.

–¿Eres pasivo o activo?– El chico miraba raro a Sergio por la pregunta, no entendía nada casi igual como en las clases de matemáticas, antes de Samuel.

–¿Me explicaría mejor, caballero?– Dijo recordando la clase de historia en la que había sido el segundo mejor, ese fue un logro bastante importante que nadie se esperaba.

–¿Ustedes se han abrazado?– Adrián asintió levemente con la cabeza entrecerrando los ojos para entender mejor, manías –¿Cuándo lo abrazas pones tus manos en sus hombros o en la cintura?–

–En su cintura– Dijo el chico entendiendo un poco por las parejas que había visto por el parque y el sexo de cada una además de los obvios nombres, sintiéndose estúpido.

–Entonces eres activo– Aclaró el de ojos azules sonriendo victorioso aunque no había ayudado a explicar nada.

–¿Ser activo es ser el hombre en la relación y pasivo la mujer?– Preguntó Adrián sintiéndose un macho alfa si lo que decía era cierto, entonces tendría el liderazgo, aunque desde donde tiene entendido ambos mandan en la relación, aunque entre sus padres fuera distinto.

–Algo así, pero ninguno es mujer, ambos son hombres, solo que a uno de ellos les gusta que le metan el...– Rápidamente le calló porque sabía que venía después.

–¿Y cuando a ambos les gusta que le hagan eso y hacer eso?– Preguntó el chico de ojos grises después de tapar su cara con las manos y estar sonrojado por el tema de conversación.

–Entonces son versátiles– Aseguró el otro sintiéndose orgulloso de haber estudiado toda la wikipedia gay, no sabía demasiado pero si lo suficiente.

El timbre sonó y todos se fueron a su salón, por su parte Adrián feliz por su amigo comprensivo.

Primer amor (#Pequeño Amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora