4. Esperada tarde del sábado

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La madre de Samuel llevó a su hijo hasta la casa del chico, solo quería un número de teléfono de algún adulto para confiar en mandar a su querido niño mucho más seguido y también ver a su cuñado, igual se adelantaba mucho, pero estaba más emocionada que le chico, quien estaba muy, pero muy nervioso.

Una vez Allyson abrió la puerta sonrió al ver al chico, no era como lo imaginaba pero se llevó una agradable sorpresa al ver que este le dio la mano para apretarla de forma muy educada. Ambas mujeres cambiaron de número y la mayor se fue dejando a la otra con su hijo en manos seguras.

Esta se sentó con Samuel en la sala mientras llegaba Adrián, tenía el cabello mojado e iba a preguntar a su hermana si podía usar su secador, pero lo tomaron por sorpresa y con el cabello mojado.

-¡Hola!- Mientras el de ojos grises llevaba una camisa blanca sin estampados el otro llevaba una igual pero con montones de flores que hacían una bonita vista, es agradable de ver.

Estaban confundidos de como saludarse, sería muy confiado un beso en la mejilla pero muy formal e idiota un apretón de manos, pero por idea de Adrián se dieron un abrazo en el que pudo sentir jn agradable aroma a dulce que venía de la ropa del menor.

-Oye, compré un nuevo juego de consola, ¿Quieres probarlo?- Ambos subieron corriendo y acostaron en la cama del chico que tenía una gran televisión enfrente en la que podían jugar con toda la comodidad del mundo.

-Pero yo no soy muy experto manejando con esto- Mientras estaba cargando la partida Adrián pasó su brazo por la cintura del castaño y tocó sus manos para guiarle.

-Con este atacas, y con este corres y te defiendes- Aunque Samuel y ya se sabía eso, cuando sintió los brazos de Adrián tan cerca suyo simplemente no quiso detenerlo, se preguntó porque no había más botones y le explicó otras cosas más.

Empezaron a jugar y fue de risa en risa, por lo general los chistes de Adrián no le hacían gracia pero su sonrisa desencadenaba otra, no podía evitar sentirse feliz cuando el otro lo estaba. Pero el señorito García veía la felicidad del otro y seguía contando chistes que había encontrado en internet y se imaginaba.

El de ojos grises se levantó y fue por una bebida y algo para comer ya que los dos habían asegurado tener hambre, él estaba normal con eso, pero Samuel estaba nervioso por hacer alguna tontería y que el chico no le hablara más.

En vez de adelantarse o hacer trampas y quitar la pausa al juego, decidió echar un vistazo por toda la habitación: Paredes blancas y todo demasiado organizado, algunos póster en las paredes y la televisión con una cama muy grande que era justo donde estaba acostado, además el cuarto tenía lleva un olor agradable.

-Hola otra vez- Dijo con una soda en la mano que llevaba dos vasos de plástico encima y una caja de pizza en la otra, Samuel sonrió levemente y miró al otro para ver si era broma pero este le guiñó el ojo.

-¿Esto es para nosotros?- Preguntó el castaño mientras el chico se pegó a él y colocó la caja en las piernas suyas y del otro, ambos tenían acceso a las rebanadas que quisieran.

Adrián asintió respondiendo a la pregunta y mordiendo la primera rebanada -Yo no sé tú, pero me enseñaron a comer en seco...- Dijo y bajó la cabeza para no mirar la cara de desaprobación del otro.

-Yo también, después me lleno y no como nada- Ambos abrieron los ojos y rieron a carcajadas mientras el juego seguía en pausa.

Dejaron el videojuego a un lado y se centraron en ver imagines chistosas en internet, Adrián reía más seguido haciendo que el otro también lo hiciera, era reacción en cadena.

Se miraron fijamente a los ojos con el vaso de gaseosa en la mano, estaban pensando en que hacer, no son chicos de una cosa y tenían que cambiar constantemente por lo que ya les había aburrido el juego y también las repetitivas imágenes.

Decidieron hacer un reto de quien tomaba más rápido la soda y lo intentaron, Samuel que era un come todo bebió en cuestión de segundos el liquido mientras el otro le miraba con los ojos abiertos y no llevaba ni la mitad, pero después de un milisegundo su garganta comenzó a arder como siempre que se la tomaba rápido y después fue al otro, ambos se burlaron y comenzaron a reír a carcajadas que posiblemente escuchaba Allyson desde la planta baja.

-¿Por qué te cambiaron de escuela?- Preguntó Adrián tomando ambos vasos t dejándolos a un lado mirando al chico que bajó su mirada.

-Porque me maltrataban- Todos esos momentos le hicieron poner tristes, el otro chico se abalanzó y le dio un débil abrazo que terminó en segundos.

-¿Por qué?- Preguntó pensativo en porque alguien quería maltratar a un ángel como lo es Samuel.

-¿Pero no dirás nada, Lo prometes?- El chico asintió y le interrumpió para darle una frase que le llenaba de fortaleza y felicidad: "Lo prometo. No dejaré que nadie te haga daño".

-Soy Gay, me gustan los chicos- Las manos de Adrián estaban en sus hombros y el castaño se echó hacia atrás por si tenía alguna reacción brusca, esperaba que la promesa no se rompiera.

-No pasa nada- Le acercó más y subió sus manos hasta la cara para comenzar a sobar sus mejillas, su piel es tan delicada -Yo también soy gay-

Samuel levantó las cejas mientras sus caras se iban acercando más y más hasta que llegaron a un límite que el estaba deseando, sus labios se juntaron suavemente encajando perfectamente, ambos, sincronizados, cerraron sus ojos para disfrutar del tacto.

Los labios de Adrián mandaban por ser los más grandes, los movía lentamente haciendo que Samuel haga lo mismo, que al tener ese hermoso labio entre los suyos decidió hacer lo que había leído por mucho tiempo. Posó su lengua sobre ellos y lo mojó acto que hizo sonreír al contrario.

El de cabello negro se separó levemente para volver a juntarlos con un poco más de fuerza en donde las manos jugaron un papel más importante. Las de Samuel fueron directo a los hombros del contrario mientras que las de Adrián buscaban cercanía, voltearon sus caras levemente para dar paso a que ambos órganos mojados se juntaran.

Al principio les dio un poco de miedo así que apenas la rozaron, pero después tomaron más confianza, o al menos Adrián que sin previo aviso metió su lengua en la boca del contrario quien bajó levemente sus manos hasta el pecho del otro para pararle, pero falló, tocó uno de sus pezones y eso lo hizo gemir levemente.

Escucharon unos pasos en las escaleras y se separaron velozmente, se vieron las caras y supieron que tenían problemas, tenían la cara y los labios rojos igual que al chupar un bombón.

-Vinieron por ti Samuel- Dijo Allyson abriendo la puerta con una sonrisa por las carcajadas que se habían hace algunos minutos.

Ambos bajaron y una vez estaban frente a la puerta sufrieron de lo mismo que cuando se vieron, pero esta vez Samuel tomo tomó la iniciativa y pasó sus brazos por el cuello de Adrián para abrazarle quien entendió y pasó los brazos por la cintura.

Ambos se dijeron adiós pero Adrián dijo una cosa más que le terminó de alegrar la noche a Samuel -Recuerda la promesa...- Él solo se limitó a asentir con una sonrisa y se fue de allí con su madre, que tenía muchas preguntas que hacer al igual que Allyson.

Primer amor (#Pequeño Amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora