32. Charla informativa

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Adrián y su hermana se habían enviado mensajes solo para verse aunque sus cabañas están a unos cuantos pasos, todos habían traído sus teléfonos a escondida y la chica no sabía con certeza sí le iban a responder.

Se encontraron allí y Jeremy más Adrián salieron a comprar algo, el chico pensó que era mejor ir con él porque le entendería mejor, compartían roles aunque uno era obligado y otro selectivo, aún así no estaba seguro, pero lo considero buena idea.

Cuando salieron dejaron a la hermana además Adrián y Samuel solos, ella había escuchado la conversación del día que salió del armario con sus padres por lo que simplemente se lo llevó a su cuarto y sacó algunos esmaltes para empezar con el trabajo.

–¿Qué han hecho?– Preguntó la chica comparando los colores para ver que uno celeste no le vendría nada mal, además el chico tenía los dedos masculinos más bonitos que ella haya visto, además de que sus uñas largas estaban impecables.

–Fuimos a dar un paseo a un puente, él me dijo que allí ustedes jugaban antes– Ella sonrió y asintió, además le comentó la pequeña historia de las pretendientes que antes acechaban a su novio, siempre ella tenía que hacer de princesa para que las chicas no se aprovecharan y le besaran.

–¿Algo más?– Dijo la chica corrigiendo los errores de la primera mano después de tomar un respiro, le había hablado rápido para que la molestia fuera menos y pudieran cambiar de ese tema nada atractivo.

–Nos quedamos en la cabaña, hasta que ustedes llamaron– Ella hizo un sonido afirmativo intentando no equivocarse, le estaba quedando mejor que con las suyas, que sí eran un nueve de diez, las de el chico quedaban diez de diez.

–¿Puedo hacerte una pregunta?– Samuel le miró a los ojos esperando a que ella le dejara y no con la palabra en la boca –Digo, tú llevas conociendo a tu hermano más que yo–

–Ya me hiciste una, pero puedo responderte lo que quieras, es razonable que quieras saber cosas de tu novio, aunque no me cuenta todo– El castaño sonrío mirando sus uñas y dando las gracias, nunca le habían quedado tan perfectas.

–¿Qué piensa Adrián de mi realmente?– Agachó la cabeza esperando lo peor, pero la chica sonrió y le Sobo el cabello haciéndolo otra vez dándose cuentan de que este es muy suave.

–Pasa todo el día hablando de ti, de lo inteligente que eres y las pecas que tienes cerca de la nariz, además de que no te ha encontrado ningún defecto– Él sonrió y se emocionó para luego mirarse las uñas, le habían quedado muy bonitas.

Se levantó para ir a la salida pero recordó que debía esperar a su novio, además estaban en la noche y le preocupaba donde estaban, y como si fuera poco estaba oscuro porque los abuelos se habían olvidado de prender las luces.

–¿Te dijeron adónde iban?– Preguntó el chico volviéndose a sentar mirando a la chica que sonrió y se acostó tirándose en la cama dejando la cabeza colgando.

–Fueron a comprar cosas para...– Pensó lentamente mirando al chico y la inocencia que desprendía, no quería perturbarle o arruinar la sorpresa que su hermano le daría –Pasar un buen rato–

–¿Buen rato?– Dijo el chico frunciendo el ceño y luego sonrojándose, vaya que entendió el mensaje –¿Hablas de cosas de novios? Lo que va después de los besos, ¿Me entiendes?–

Ella asintió y sonrió pero se tapó la boca para que no la viera, en realidad era gracioso que su hermano se haya  conseguido un novio así, ella pensaba que el castaño era quien daba los besos y quien era más energético pero lo escondía, aunque es todo lo contrario.

–¿Qué cosas se compran para pasar un buen rato?– Preguntó él confundido mirándola, estaba con los ojos abiertos mirando la educación que le daban en la escuela, este año no habían hecho esa charla y Samuel la necesitaba  –¿Me puedes explicar? Por favor, sí no los haces tú, nadie lo hará–

–Mira, el condón es para que las mujeres no queden embarazadas y para todos para no tener una enfermedad de transmisión sexual– Aclaró ella jugando con sus manos para que el chico entendiera.

–¿Una enfermedad de transmisión sexual no es el SIDA?– Preguntó el castaño frunciendo el ceño recordando lo que había leído en el foro cuando aprendió a masturbar a su novio.

–Exacto– Sonrió porque el chico le facilitó el trabajo –Y el lubricante es para que cuando el miembro de los hombres entre sea suave y sí el chico que lo hace es delicado será una buena experiencia– Él asintió sonrojado y después se levantó al escuchar unos toques en la puerta.

Ambos bajaron por sus chicos y cuando la abrieron ella le sonrió y tomó una de las bolsas, Samuel le golpeó el hombro y le miró con los ojos entrecerrados, –¿Dónde estabas?– Le dijo despacio para que los chicos no escucharan y entendieran que debían irse y dejarlos solos.

–Acompañado al chico a comprar unas cosas, le regaló otras, mañana te las muestro, ahora deberíamos ir a dormir– Eran cerca de las nueve y esos aún estaban en la calle, eso le preocupaba al chico.

También llamaron a sus padres, una vez estuvieron en la cabaña, para decirle a sus padres que sí podían regresas el domingo, en realidad les parecía horrible tener que irse al día siguiente de llegar y sus progenitores aceptaron solamente porque iban excelente en la escuela.

También Samuel le mostró sus uñas recién pintadas a Adrián quien las miró y sonrió, el chico perdía su timidez poco a poco y era gracias a él, tomó cada uno de los dedos y los besó para luego darle uno en los labios –¡Se te ven muy lindos!– El chico le agradeció y luego se prepararon para dormir.

Primer amor (#Pequeño Amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora