47. Profesores sustitutos y el regreso de fresa

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La pareja de chicos estaba bastante impresionada con sus notas, sí bien era cierto de que no eran todos los exámenes, habían sido exonerados del de matemáticas e ingles, debían esperar otros días para ver sí era suficiente para que pasara lo mismo.

–López y García– La rectora los llamó y ellos se levantaron y caminaron hacia ella con las miradas de todos en su espalda –Necesito que cuiden a un curso, son los más pequeños y ustedes son los más disciplinados– Ellos asintieron levemente y guardaron las cosas en su bolso para seguir a la señora.

–La profesora de español no pudo venir y es solo una hora, tranquilos, le diré que los tenga en cuenta por ayudarla– Una vez llegaron allí los chicos se quedaron quietos por la presencia de las mujeres.

Ellos se pararon frente a todos y se miraron a los ojos, no tenían la menor idea de que debían hacer, pero la atención de los chicos estaba allí y no podían simplemente dejarla pasará antes de que se pudieran a hablar como unos desquiciados.

–¿Puede enseñarnos un truco?– Dijo uno de los niños mientras todos se quedaban mágicamente en silencio, Samuel miró a Adrián y le sonrió para luego sentarse en la silla del pupitre de los profesores.

–Bueno, pero deben prometer que no van a empezar a gritar y serán educados– Todos dijeron sí y él sonrió, se sentía como una persona importante manejando masas, que ahora eran niños. Tomó un marcador y fue al tablero –“La ruta nos aportó otro paso natural" se lee igual al derecho y al revés–

Los niños empezaron a leerlo al revés para ver sí era cierto hasta que Samuel se levantó –Eso es un truco de español, hay un montón de clases así pero deben prestar atención, lenguaje es una materia realmente divertida–

El pelinegro se sentó en el puesto y el castaño encima suyo, le abrazó y se acomodó en su espalda dándole leves besos frente a toda la clase que los miraba raro, algunos incluso con odio y eso les hizo recordar a Carlos, pero otros curiosos, una niña alzó la mano.

–Profesores, ¿Ustedes son novios?– Todo el salón empezó a descontrolarse, los chicos sintieron y debajo de la mesa se tomaron de la mano, no querían incomodar a los niños en ningún momento para que el profesor les subiera la nota más todavía.

–Sí, no sé que piensen ustedes acerca de eso– Los chicos empezaron a gritar unos a otros riendo entre otros cosas, el castaño se levantó y abrió el marcador.

–Hagamos una votación, los que apoyan a las parejas del mismo sexo, los que no saben y los que no los apoyan– Los novios sonrieron al ver un montón de chicos que apoyaban a mano alzada a la comunidad LGBT, algunos cinco no sabían que elegir y uno solo se opuso.

–¿Por qué no te agradan?– Preguntó Samuel con una sonrisa mientras el chico miraba fijamente a los demás, estaba disgustado y respiraba irregularmente, viendo la escena Adrián se colocó frente a su novio, no le sorprendería otro ataque inesperado.

–No encuentro una razón para apoyarlos sí rompen con las leyes de la naturaleza– Le rectora dio la orden para que los niños salieran, pero los adolescentes estaban frente al pequeño homofóbico.

–Imagina que eres homosexual, no creo que te gusten que te maltraten e insulten, solamente entra en sus zapatos– Samuel tomó de la mano a su novio y salió del salón para ir al patio, encontraron a la profesora de español y ella les sonrió por su acto.

Fueron donde su grupo de amigos, Sergio, chocolate y vainilla y ahora ellos, solamente eran cinco, pero estaban totalmente felices de su amistad, se sentaron en círculo y después vieron a una chica caminando hacia ellos con la cabeza gacha.

–¿Fresa?– Movió levemente sus dedos sonriendo sonrojada –¿Qué pasa, tus amigos ya no te quieren?– Dijo chocolate enojada.

La chica les había cambiado hace bastante y ahora, que estaban perfecto, se acercaba a pedir cualquier basura cuando les había estado ignorando todo el año, ni una mirada de odio se dedicaban.

–Es que, me di cuenta de ustedes me quieren como soy, además, ese grupo de populares siempre hablan de todos a sus espaldas, ustedes lo hacen en la cara– Sonrió levemente mientras Samuel se echaba a un lado y le dejaba un puesto libre –Pero, tengo una pareja que también esta interesada en pertenecer a su grupo–

–Mejor di nuestro grupo, ahora perteneces y también es tuyo, tranquila, las cosas malas se olvidan para que nuevas cosas lleguen a tu corazón– Dijo el castaño sonriendo levemente y peinándola con la mano –¿Quién es el afortunado de tenerte?–

Ella tosió levemente, todos estaban expectantes, incluso chocolate estaba pendiente a todo los que pasaba con su amiga –Es Rodrigo– Adrián abrió los ojos rápidamente y todos voltearon a mirar, pero antes la chica volvió a hablar –Tiene unas cosas que decir a alguien de este grupo–

El chico se sentó y se colocó en medio de Vainilla y Fresa, a poco espacio de Adrián, que le miraba bastante herido –Perdón sí te hice algo, pero quisiera retomar nuestra amistad, me di cuenta de las veces que te hería con mis comentarios y además lo mal que te trataba mi circulo, pero quiero cambiar eso y formar una nueva amistad con todos ustedes–

–¡Eres bienvenido!– Dijo Adrián sonriendo y luego chocaron las cinco, pero Chocolate les interrumpió automáticamente –Hay pijamadas, fiestas nocturnas, paseos por la ciudad y salidas a lugares especiales, además del chat de grupo– Los nuevos sonrieron abrazándose levemente.

–Ahora todos estamos bien, no hay rencor ninguno– Como siempre debió ser.

Primer amor (#Pequeño Amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora