Mi Amado Trancy❤•{Cielois}•

26 Especial

26:Al Aire.
Sebastian x Finny.
Especial.
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Desde que había despertado ese día no había parado, ninguno, Elizabeth quería una fiesta espléndida para su hijo o hija, quería impactar a sus invitados.

_Sebastian, prepara la comida y los bocadillos.

Dijo la rubia aun en sus pijama blanca de seda dejando ver su barriga.

_Mei-Rin, limpia todo, pero procura no romper nada.

_Ya, Elizabeth, ellos saben que hacer.

_Y si lo hacen mal..

_Solo confía, como yo lo hice y lo hago.

_Sí.

La rubia se dispuso a tomar su desayunó para poder pensar en que ponerse esa tarde para dejar impresionados a todos y lucir su barriga.. A sus ojos, era la embarazada mas hermosa y quería oír eso de labios de su querido esposo.

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Finny se encontraba regando las flores para dar un bello rocío a todo el jardín y, aunque algunos invitados no le conociera, quería oír un “que bello jardín” por qué el se estaba esforzando.

_Qué lindas son, tan delicadas,e pregunto.. ¿Cómo es que aún no las he aplastado o destrozado con mi fuerza?.

Suspiro y sonrió acomodando su ya desgastado sombrero.

_Por qué les demuestras amor.

El rubio dio un sobresaltó y miro hacia arriba viendo a su pareja, a ese pelinegro que le daba amor y lo volvía loco son sus caricias.

_Sebas. ¿No estabas haciendo la comida para la fiesta?.

_Sí, pero te vi muy sólo y te quise hablar.

_Auw, Sebastian, que lindo.

Finny guiñó su ojos izquierdo e hizo una linda trompa mandando un beso y pidiendo uno en el proceso.

(Y el lindo soy yo.)
Beso levemente los labios de su pareja amando la sensación de sus labios contra los de Finnian.

_Ya me voy.. Tengo que terminar.

_Yo también, estas plantas no se regaran solas.

_Si, las dejas muy lindas.

Dijo por último llenado se a la cocina y terminar, solo faltaban dos horas.

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Faltaban sólo minutos, ahora, Finny arreglaba una de las mesas por orden de su señora y no estaba habiéndolo bien.

_Si, esa mesa esta bien._ dijo a Mei-Rin._ ¡no!, Finny, el arreglo no es así, retirate, Sebastian, haslo tu.

La rubia de gran barriga se fue dentro la mansión y Sebastian fue por su rubio.

_Lindo, ve y riega las flores de el limite de la mansión, te esperó ahí.

El mayordomo se percató de que nadie le veía, entonces tomo las mejillas de el jardinero y lo beso de manera muy tierna.