E I G H T

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Un chico de cabellos castaños se encontraba tirado en el suelo, recibiendo patadas de los desgraciados que se encontraban allí, insultos escuchaba que llegaban a sus oídos, cubría lo más que podía su rostro con sus brazos, a pesar de que estos eran pateados y estaba comenzando a sentir un terrible ardor y dolor con cada patada.

Min Yoongi estaba caminando dirigiéndose a la escuela cuando escucho aquellas risas, y miro había un máximo de cuatro chicos, vestían el uniforme de la escuela secundaría cercana a su colegio, y allí vio a un pobre chico de cabellos castaños tirado en el suelo cubriendo su rostro.

A su mente llegaron aquellos días pasados, cuando recibía palizas departe de los demás, cuando lo insultaban, no resistió más, a pasos rápidos se acerco a ese grupo.

- ¡Hey, qué creen que hacen!

Al escuchar ese grito, los susodichos dieron marcha alejándose lo más rápido corriendo, sabían quien era ese chico, habían escuchado de su enfermedad, y por una parte estaban alegres, pues sí se le pegaba algo de aquel virus al chico que yacía en el suelo, se enfermaría y no lo volverían a ver.

Yoongi vio como se alejaban corriendo a toda velocidad, se acerco hasta el chico que se encontraba en el suelo, aún seguía protegiéndose el rostro.

- ¿Te encuentras bien? -la voz hizo que el pelicastaño mirase un poco.

No tardo en reconocerlo, pero a pesar de que sentía miedo de que ese chico de piel pálida se le acercará y lo tocará, no corrió, solo lo miro, sentía los leves temblores de su cuerpo, Yoongi no lo culpaba se veía en los ojos de ese chico el miedo que tenía hacía él.

Así que evito tocarlo. Yoongi al ver que el estado de su ropa se sintió tan mal, le hubiera gustado estar mucho tiempo antes, no le gustaba para nada el estado en el que se encontraba aquel chico, sucio, con rastros de las huellas de las plantas de los zapatos de esos bravucones.

- Tranquilo, no te haré daño -aún así ese castaño no confiaba. Yoongi soltó un suspiro-, ta ayudaré a levantarte.

Y así lo hizo, después de ayudarlo, la mirada de ese castaño no se apartaba de él, se veía curioso, y como sí de verdad quisiera decirle algo, más no lo hizo, Yoongi le dio una sonrisa tranquila y se despidió de él, el pelicastaño solo miro como se alejaba aquel chico delgado hasta que desapareció de su vista.

Por primera vez sentía que debía correr hacía ese chico para darle las gracias.

Yoongi entro al salón de clases dando un suspiro y ocupando su puesto, Jimin al verlo no dudo ni un segundo en ir hacía él y darle un abrazo.

- Yoonie, ¡al fin llegas! Has tardado algo.

- Sí, tuve un pequeño percance.

Jimin iba a preguntar de que se trataba, pero la profesora de ciencias había ingresado al salón y era hora de tomar clases, tal vez después se lo preguntaría.

Las clases habían pasado como agua corriendo en un río, Jimin le había dicho a Taehyung que se iría con Yoongi para hacer la tarea, así que sin más ambos chicos se fueron caminando hacia la casa del pálido. Jimin no hablaba, solo caminaba al lado de Yoongi, le gustaba disfrutar de esos silencios para nada incómodos al lado de él.

Pero no tardo en escuchar otras pisadas, Park Jimin sentía como sí alguien los estuviera siguiendo, y no sabía porque pero cada que volteaba y miraba detrás de él, no había absolutamente nadie, empezaba a creer que en verdad se estaba volviendo loco.

- ¿Sucede algo Jiminie?

- No, ¿por qué lo dices? -Jimin trataba de prestar atención a las pisadas, de nuevo las volvió a escuchar, pasos leves.

- Porque ya van casi cinco veces que volteas hacía atrás, ¿qué es lo que miras?

- Yoongi, creo que alguien nos está siguiendo.

El pálido se detuvo al igual que Jimin y escucharon como unos leves pasos también se detenían, Yoongi y Jimin miraron hacia atrás y escucharon como alguien se escondía, pero al parecer le había fallado el sigilo, porque se escucho un golpe sordo al igual que una queja de dolor.

Yoongi decidido se acerco hacia una de las jardineras llena de pinos y allí diviso al mismo chico pelicastaño que en la mañana había ayudado, el chico se vio sorprendido y rápidamente bajo la mirada apenado, no dijo nada, y Yoongi tampoco, solo le sonrió y dejo de mirarlo.

- ¿Quién es Yoongi?

- No es nada, solo un gato -mintió y de nueva cuenta continuaron avanzando.

El pelicastaño espero hasta ya no escuchar los pasos y salio de su escondite, tal vez mañana tomaría el valor suficiente para hablarle a ese chico de nombre Min Yoongi.

Ambos chicos habían llegado a casa del pálido.

- Ya Yoongi ¿dime quién era?

Yoongi dio un suspiro, ambos ya se encontraban en la habitación del pelinegro, estaban realizando las tareas, pero aún a Jimin le carcomía la curiosidad, y se moría por saber que era lo que en realidad había visto, porque sabía perfectamente que Yoongi le había mentido.

- Hoy en la mañana, estaban golpeando a un chico, y lo ayude, él era quien nos estaba siguiendo.

- Vaya, ¿sabes su nombre? -Yoongi negó-. ¿Y por qué te sigue?

- Tal vez quería darme las gracias, después de todo no dijo ni una sola palabra cuando lo ayude, aunque no estoy muy seguro de que quisiera agradecerme, se veía asustado cuando me vio.

- ¿Crees qué él también lo sepa?

- Por supuesto, las palabras de boca en boca llegan más rápido que la información de internet, supongo que toda esa secundaría sabe lo de mi enfermedad.

Jimin tamborileo con el lápiz sobre los cuadernos, ya casi estaba a punto de terminar el último ejercicio que le quedaba de una de las preguntas de sociales.

Yoongi también seguía con sus propias cosas, pero por su mente paso aquel chico, y se pregunto porque demonios no le había dicho lo que tenía que decirle, después de todo lo había visto, hubiera sido una buena oportunidad, pero tal vez no podía hacerlo.

Vaya que ese pequeño sí que era algo extraño, aunque de cierta manera le recordaba un poco a él, pues no era tan diferente, era tímido, tal vez de la misma manera que él.

White Flowers ||YoonMin||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora